DÉJAME
Déjame pintar tus labios con sabor a miel. Déjame sentirlos con calor y fuego. Déjame ver tu sonrisa agraciada que me hace reír. Déjame escuchar los latidos del corazón sonoro que tiene alma. Déjame mirar tus ojos, son el paisaje de mi vida. Déjame tocar tus manos que encienden mi cuerpo. Déjame contar las miradas cuando no te tengo. Déjame nadar en tu ternura cuando te pienso. Déjame escuchar tu voz que me silencia. Déjame, háblame de ti, de tus encantos. Déjame calcular tus gestos, que allí existo. Déjame jugar con tu cabello, que soy el viento. Déjame, háblame en cada instante. Déjame con esta locura, para respirar el aire de tus adentros. Déjame ser así hasta siempre. Déjame en tinieblas, que siempre soy el mismo que emerge cuando te ausentas
HUCASME
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