MANOS SEDUCTORAS
Ante la alegría y el contagio
de la lluvia que incendiaron
la tarde cuando tus manos
frotaban con dulzura mi cuerpo.
En ellas se escuchaban los sonidos
del alma, impávido mi corazón latía,
los inocentes no alcanzaban a observar
mis ojos que desnudaban los tuyos.
Oh!, tarde iluminada, mágica de sueños.
Vivo en el aposento pintado de caricias.
Dibujaba el color de tu piel en las mías.
En medio de risas y carcajadas con fresco
y suave amor por vivir.
La amistad de ese día, de matices tiernos,
yo te miraba en el laberinto de un espejo
con un fondo celestial y seductor con silencio
en llamas de pasión en la tarde de lluvia.
La suavidad de tus manos incitaba
a vivir en la claridad de la tarde
lo que la oscuridad del día
turbulenta la imaginación
que me alimenta el alma
cuando tus manos seducen.
HUCASME
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