CUANDO REVIVE EL AMOR
Por Hugo Castillo Mesino
Ayer sólo palabras/
respiraban y resurgían. Aquel olvido incierto/ amaneció el presente/ de lluvias
alegres/ cantando y diciendo/ revivir es vivir/ aquí y ahora/ donde muere y
nace el amor/ con fogatas y llamas encendidas de besos/ de miradas penetrantes/
de ambiente cálido cargado de tormentas/ de amor y pasión. En ese universo
sediento crecía el deseo/ ansioso entre ellos/ era aquel mármol donde agónicos
esculpían. He imaginado lo ideal por revivir siempre/ turbados de fuego y
ternura/ hablaban con gestos/ de lenguaje y enigmas. El oxígeno hervía/ tocaban
sus manos frotando sus dedos/ armonía sinfónica rozaba al danzar la piel/ con
sus atormentados besos de néctar/ sus bocas se derretían sobre sus cuerpos/ los
labios sonoros recorrían el pentagrama/ donde se unían goteando/ saciando su
sed/ brotaba el erótico aroma/ los ojos se cegaban en colores diversos/ sus
oídos ensordecidos/ solo escuchaban amor. La ternura volvió/ su respiro
uniforme confundía sus cuerpos/ untados de calor/ se sentaron juntos sobre
aquel sofá/ cuando escuchaban sus agitados corazones/ surgía otro olor seductor/ envueltos de amor
buscaban claridad/ un poco oscura/ silencio el haz de luz/ caían al suelo vestimentas
de sueños/ perfumadas por la magia/ la
desnudez iluminó momentos de delirios/ al vibrar los seres/ abrigados de
amor. Donde se asomaba el cómplice deseo/ el reloj se detuvo/ nacía la pasión/
se sentían olas de sus mares adentros/ que suspiraban palabras/ el Eros traducía/
sus signos atraían/ volvieron a mirarse/ eran dos en uno/ tomados del alma/ sus
brazos nadaban por aquel inmenso cristalino mar de arenas/ de almohadas
perfumadas/ de sol y de luna/ de vivientes espejos reflejaba aquel altar/
de ceremonial caricias/ confundidas con intensidad/ donde la mañana se volvió
tarde. Ese universo de muros de ciudad y aldea/ en su ápice espacial/ prendió
el fuego de flores embriagadas/ el canto
de las aves/ los
transeúntes dormidos/ todo se inmovilizó/ en medio de aquel secreto
sagrado naciente/ vivido a la distancia/ pacientes los dos/ el aposento
esperaba/ siempre solemnidad e himnos/ con cantos de diosas/ poemas de reyes/
donde a cada hora festejaban cada
estrofa sobre su piel/ donde jugaban al Eros/ embriagados de historias/ con
gravedad flotaban/ imantó y provocó- al ebullir deseos/ mientras la armonía
bailaba sus cuerpos/ ardiendo sin cesar en las sabanas húmedas/ sus besos corrían
en moldeadas piernas/ llenas de pasión/ de triangulares vértices/ de pubis
fraganti/ donde se apostaron/ cuando leían sus horas latentes/ contemplaron lunares ocultos al revivir el tiempo/ la
sangre hervía/ tiernos besos mojados que prendían vidas/ hambrientos soñadores
nadaban de erotismo y libido/ de cuerpos y de almas/ aquellos deseos
inmensos/ vuelven y renacen/ el huracán silenciado volvió a vivir del sueño
despierto/ de seres inmersos en un mundo infinito/ de viaje celestial. Al poco
tiempo/ los ojos se abrieron/ en miradas sonrientes/ ayer y ahora recordaron oídos
sonoros/ los labios se secaron/ las neuronas renacieron/ los dedos reposaron/ la
amorosa odisea cesó/ las dos almas regresaron del naufragio/ donde habían
despertado/ todo les hacía reír después de alcanzar estrellas/ se detuvo el
oleaje/ su desnudez eterna/ calculada sentida y amada/ grabada en la mente/ en
aquella mañana tarde/ después de palabras/ pasión y gozo/ nació un nuevo mar de
pintada felicidad/ quedando por siempre prendido el corazón/ en el transitar de
millas de amor/ en la infinita tarde/ cuando se asomaba la noche/ oxigenó el
amor/ comienzo del nuevo existir/ que respiran los dos/ marcado y sellado/ e
impregnado de amor…
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