LA PESADILLA DE MI PUEBLO
Por Hugo Castillo Mesino
Cansado por el silencio de mi pueblo caí
en una pesadilla que no permitía que transitara por las calles, avenidas y
otros lugares testigos de mi fervor religioso y de mis andanzas desde de
la niñez hasta nuestros días; como es mi costumbre. Recuerdo que empecé a
delirar, dibujar, pensar y despensar que cambiaría mi lugar de nacimiento o mi patria
chica al informarme que no podía acercarme donde el señor que oficia misas y
otros menesteres. La reacción y la nostalgia
en ese lapsus o delirio que perturba el restablecer y volver a ser lo
que soy; me asedio hasta llevarme a llorar derramando lágrimas a cántaro
formando un cenagal que obligo al inspector de policía a declarar emergencia manifiesta
por la inundación de lágrimas. La vecindad al enterarse salió a las puertas de
sus casas y muchos se acercaron y exclamaron ¡quién es el culpable que ese hijo
de Dios no descanse de llorar! se formó una multitud que pedía explicación del
autor material y espiritual de mí llanto infinito. La noche avanzaba con la
complicidad de la luna mientras seguía delirando y me preguntaba ¿yo que he
hecho para que suceda esto?, reaccione y salí corriendo para donde el religioso
y alcance a observar que estaba custodiado, y tenía un crucifijo que no
permitía que se le acercara y desde la distancia mostraba el código con la orden
del amparo policivo. La situación
oscurecía más mi pesadilla, fue cuando empecé a leer el código y concluí;
¿será que viole todas las normas y están esperándome para condenarme?
En medio de las tinieblas provocadas por
la pesadilla invoque a Jesús que une a sus hermanos y los protege de la
adversidad; pero la situación seguía igual, NO, por Jesús, sino más bien que ni
el mismo Jesús comprendía. Al lanzar una mirada observe que las calles estaban
demarcadas con la palabra “puros” y otras con la palabra "pecadores"
entonces le pregunte a unos de mis paisanos que caminaba en medio
de una de las avenidas ¿qué significa pecadores? Y le dije y tu porque no
transitas por la calle de los “puros” respondió airado es que a mí me pasa lo
mismo que a ti y no te has dado cuenta, ¡así es la cosa! Es que tú no sabes que
van a demarcar las calles e instalar semáforos peatonales con las mismas
palabras, al igual que en las tiendas, heladerías, colegios, bibliotecas,
cantinas y las viviendas para diferenciar “pecadores y puros” y establecer las
distancias que van de uno hasta cien metros con el fin de no acercarse los unos a los otros y viceversa,
incluyendo al religioso, so pena de sanción.
Cuéntame una cosa ¿y quién autorizo esas
medidas y porque?, sencillo por lo de la “Iglesia virtual”, por ahí está
circulando un papel, eso dice la gente, a la fecha no ha llegado a mis manos, pero
tengo entendido que en una de sus líneas dice a mi modo de interpretar, “no
permite que nosotros los “pecadores” se le acerquen al religioso y a sus
seguidores, los “puros” además que a partir de hoy ambos grupos portarán un
monograma con la palabra "pecadores” y “puros" bueno aclárame y eso
de “pecadores” que quiere decir, que más que pecadores y todo lo demás. Enérgicamente
le dije al paisano, para joderlos por decir la verdad, lo mismo que a Cristo.
Mientras seguía en mi pesadilla reflexione, ¿qué voy hacer ahora, yo que
pensaba confesarme? y ser padrino de bautismo, matrimonio, colocar milagros y
acompañar a los dolientes; ahora si se jodío esta vaina. Alcance a escuchar
alguien en la calle que a bordo de un vehículo perifoneaba con el sonido del
pickup " El menor" alcanzando a escuchar “compre su agua bendita y báñese
con ella, para no dejarse contagiar de los “pecadores” que están tentados a
acabar con la feligresía”. Trate de hacer una pausa que me ayudará a salir de
la pesadilla, cuando de un momento a otro me encontré rodeado de una comitiva con su logística a
bordo: saumerios, agua bendita, incienso, mirra, diez crucifijos pequeños y uno
grande, cinco sacristanes y diez sacerdotes para exorcizarme.
Entones, saque fuerza donde no pude y
empecé a patalear hasta formar una gritería diciéndole no es a mí a quien hay
que exorcizar son a los “puros”, repentinamente desaparecieron por la gracia
divina. Se acercó alguien con tono suave al oído y me dijo; no vas a comprar
los suvenir, están vendiendo escapularios, rosarios, camisetas bendecidas,
crucifijos, códigos, altares en miniatura para acabar con los
"pecadores" y le dije como te atreves a proponerme semejante
barbaridad, eso es ir en contra de la corriente, nosotros somos creyentes y eso
es suficiente. Bueno cuéntame además de
lo acabas de decir que más comenta la gente, que más van a decir que tú y el
resto de los “pecadores” no pueden mirar a quien tenga una sotana puesta y que
si no cumplen las nuevas señales peatonales y lo dicho por el inspector van a
parar al nuevo penal que está dentro de “la laguna de Luruaco” por espacio de 5
a 6 años. Bueno, ahora si es que me está entrando miedo y quien me mando
a meterme en este berenjenal. Me tocará acudir a un pul de abogados con
doctorado en criminología, hacer una colecta o decirle a su Santidad que
interceda ante este callejón sin salida religiosa y laberinto jurídico. Empecé
a leer los periódicos que llegaron al pueblo y los titulares decían “Guarnición Militar y Fiscalía especializada atenderá
caso de los "pecadores por oponerse a la iglesia virtual y pensar en la
Iglesia real", “los “pecadores no renunciaran a seguir en la brega hasta
cuando no se construya la Iglesia verdadera”.
En el pueblo se había corrido la voz que
yo estaba utilizando máscaras y me mimetizaba para que la policía no me
esposara y que estos no lo hacían por estar en medio de la pesadilla. Las
medidas y amonestaciones de la Inspección se hicieron extensiva de tal manera
que era prohibitivo acudir conjuntamente a un lugar donde estuvieran los
"los puros y los pecadores", es más tenían instalado sensores
que se prendían e irradiaban color “verde para los “pecadores” y rojo para los “puros”
con el fin de no permitir los acercamientos. De violarse las norma por las
partes, la sanción es recíproca. Comentan que cuando esto sucedía en la calle o
en algún lugar determinado, temblaba, llegándose a transformar las personas que portaban el
monograma de los “puros “mientras que los “pecadores” reflejaban un aire de dulzura
y felicidad e inclusive arrojaban una sonrisa a los equivocados seguidores.
Recuerdo que al pueblo llego una
comisión de topógrafos definiendo milimétricamente las distancias entre las
personas implicadas en la medida preventiva y de protección, al igual que
llegaron unos economistas del Banco de la República a quienes se les consulto
el valor de los lingotes de oro, si es que se llega a caer en una infracción, o
degradan el buen nombre, como indemnización a los afectados. Los jóvenes en el
campo de fútbol cuando veían a los “puros” las cosas empezaban a salir mal e
inclusive se hacían autogol y el campo adquiría un olor a azufre. A la entrada
principal del templo aparecía una lista de los "pecadores" con
los sectores y lugares a transitar con horarios estipulados por ambas partes.
Los “pecadores” fueron excomulgados del templo sin derecho a defensa y
sustentada en el comunicado emanado de la primera autoridad; con la salvedad
que cualquier apelación de la feligresía sindicada de perturbación y atentar
con la divinidad del señor que oficias las misas, la única instancia sería el
Vaticano en una combinación clásica de la resurrección del Concordato y la
vieja constitución de Núñez de 1.886. Bien las cosas se fueron complicando dado
que el poder eclesiástico parroquiano emitió una resolución que en tiempo de
elecciones no se puede votar por los candidatos de los "pecadores" en
los grados de parentesco y de consanguinidad; no se podrá repetir o retomar
frases o palabras de uso de los “pecadores” por ser subversiva, filosófica o
ateísta; las cuales serían causales de mal comportamiento y les puede costar la
expulsión a los “puros” Es más en tiempo de lluvia invernal nadie puede
socorrer a un vecino "pecador" por anegársele la casa o tener
un percance; esta acción se considera una traición al grupo de los "puros".
La pesadilla se mantenía viva y no había suplica, ni oración alguna para salir
de este letargo tremendista y provocador por la majestuosidad y la provocación
del señor que oficias las misas y por la complacencia silenciosa de autoridad
alguna al no permitir lanzar ni una mirada a la “Santa de nuestra devoción”.
Ahora en medio de las dificultades
somnolienta en la pantalla de la computadora aparecía en letras grandes
un aviso reflejado por las luces de la pesadilla que decía “se le prohíbe tener
como contacto en las redes sociales y hacerle juego a los “pecadores” sumado a
esto no responderles y hacerles comentarios
por motivos de; onomástico, trabajo, estudio, enfermedad o muerte, etc. Caso
contrario caerá en penitencia de un año de oración o pecuniariamente pagara una
suma que determinará en el pleno del grupo de los “puros”.
La pesadilla al final se mitigo con
salvedades que hacía la policía, donde decían que ellos debían mantenerse a la
distancia por no ser deliberante y que sólo podían saludar a las partes, so
pena de traslado a otro departamento del oriente. Como caso curioso en mi
pueblo habían instalado cámaras de seguridad ciudadana que registraban los
movimientos y conversaciones, la gente prefirió estudiar otros idiomas, algunos
se volvieron poliglotas para desviar la atención como hablantes de los que
llevaban el control y registro de las comunicaciones. Los técnicos debían
informar si estas habladurías contenían insultos, sarcasmos y mal trato al
religioso como lo contempla la circular "mantente a la distancia de lo
contrario te caerá el peso de la ley”. Entonces, fue cuando el grupo de los “pecadores”
nombre obtenido desde la parroquia, se les dio por contratar un agente especialista
en “seguridad y detrimento ciudadano” para detectar chismes y componendas al
igual que el libre tránsito con el propósito de no tropezar con el otro grupo y
sus representantes.
Ante todo este vaivén de la pesadilla
desperté y observe el mismo templo que dejé desde hace más de dos años y ahora
vivo con el malestar de no volver a soñar porque alejo más la construcción, de
una construcción que no se construye, y que tienen acosados a los “pecadores”
que son buenos y piensan más allá que la
multiplicidad de altares y ruego que hacen los “puros”. Cuando el pueblo estaba silencioso
empecé a escribir la pesadilla de mí pueblo y a tramitar el cambio de
nacionalidad de mi patria chica, sino conceden el derecho a el libre tránsito,
la asistencia y concurrencia a los espacios públicos, comunitarios y la
libertad de expresión sin tapabocas que es producto de la la inoperancia de
quienes aspiran silenciarnos con mentiras piadosas, que ni ellos mismos se las
creen. En la pesadilla los vi mirandose al espejo peleando con ellos mismos y
al final del túnel observaba la obra de Pablo Neruda que decía en su portada
“podrán cortar todas las flores pero no detendrán la primavera”.
Al informarse los diarios sobre mi
pesadilla, un grupo de especialistas visito al pueblo entre ellos: médicos,
sicoanalistas, psicólogos, terapeutas sociales, psiquiatras y después de hacer
una evaluación exhaustiva determinaron; que el afectado por la pesadilla le
cayó agua sucia mal bendecida untado de chisme y cotilleo regado por el pueblo
y como tenía las defensas bajas por no compartir la virtualidad religiosa se
produjo el “delirio tremen” o pesadilla intensa; afectando la circulación de la
sangre que conduce al cerebro y originando todo lo comentado y escénico.
Consideraron además los facultativos que este caso es único en el país y que es
propio de los lugares donde se propone la virtualidad religiosa. Es más
manifestaron que su recuperación es instantánea y los síntomas desaparecen
cuando haya un humo blanco para trasladar el mal que lo originó.
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