Por Hugo Castillo Mesino
Reivindicar la libertad de expresión es un
imperativo categórico como un derecho que nos asiste a todos; no obstante, a
veces nos volvemos esclavos al estar mediados por esquemas mentales inamovibles,
producto de concepciones vetustas y desgastadas, enclavadas en el principio de
la sostenibilidad histórica impoluta por quienes sostienen emocionalmente que:
"si haces acuerdos con candidatos o sectores políticos que no sean alternativos
es porque estás al servicio del
sistema"; desconociendo la dialéctica en toda sus dimensiones y, aún más,
la hegeliana con su “tesis, antítesis y síntesis”, complementada con el
principio filosófico “nada surge de la nada”. Analizando concienzudamente el
contexto político electoral de Barranquilla y, en especial, el departamento del
Atlántico, con miras a las elecciones uninominales y de corporaciones públicas
a realizarse el 27 de octubre; equívocamente hay quienes piensan que la
gobernación del Atlántico está endosada a Elsa Noguera con la complacencia de
partidos como Cambio Radical, Partido Liberal, Partido Conservador y
Centro Democrático; a diferencia de los partidos y movimientos progresistas y
alternativos que promueven candidatos con perfiles destacados pero NO visibles,
lo cual impide potenciar y hacerle contrapeso a la candidata del
establecimiento.
Ante las circunstancias de la política
electoral, definiéndola por su dinámica como cambiante por fuera de todo tipo
de romanticismo y haciendo una ruptura utópica como sinónimo de idealización, se
concibe la necesidad de unirse en torno a un candidato único a la Alcaldía Distrital
apoyado por los sectores progresistas y alternativos de forma progresiva. De
igual manera se debe concebir la unidad de acción abriendo otras ventanas con tercerías
de candidatos a la gobernación de la talla de Alfredo Varela y Gustavo Bell,
con miras a cambiar la correlación de fuerza de la candidata Elsa Noguera y, de
este modo, constituirse en un reto por la dignidad, eticidad y moralidad de los
atlanticenses; frenando la concentración de poder y la hegemonía política de
Cambio Radical con el concurso de sus aliados haciéndoles el harakiri a su
futuro político.
Este reto se convalida en la unidad de acción
de todos los sectores alternativos y progresistas por fuera de toda mezquindad,
dejando a un lado la polireligión y sus constancias históricas que de nada
sirven para crecer y avanzar. Hay dos personalidades a tener en cuenta a la
gobernación del Atlántico por sus liderazgos, carisma y participación en los
menesteres de la política: Alfredo Varela y Gustavo Bell, que de aceptar la postulación
otro gallo cantaría; planteándose una
fórmula con el candidato único de la Coalición Convergente a la Alcaldía Distrital
propuesta por sectores alternativos y progresistas para enfrentar a la
denominada Coalición del Establecimiento,
lo cual favorecería, a su vez, las listas al Concejo y a la Asamblea .
Con este enfoque estratégico electoral debe
impulsarse esta propuesta “Aquí y Ahora”, haciendo una ruptura con los esquemas
y posiciones ortodoxas y dinosáuricas de algunos sectores de las izquierdas que
eternizan sus posiciones sin comprender la dinámica y el cambio propio de las
nuevas situaciones en la actual coyuntura. En coincidencia con la visión de Antonio
Bayona Mendoza sobre el tema en comento, “atrevámonos a generar esta discusión
en el marco de la batalla de las ideas, con propuestas convergentes que daten
sobre las reglas del juego, los acuerdos programáticos y las líneas de
participación de cara a la ciudadanía con Alfredo Varela o Gustavo Bell”. La
dilación en la definición de esta propuesta sería la ganancia y el
fortalecimiento de quienes no garantizan aires de democracia en el departamento
del Atlántico. No permitan que, por falta de visión política, por no inferir
que la política no es una fórmula matemática y que las regiones tienen
características propias que dicen dónde, cómo y cuándo unirse con otros
sectores para apoyar a candidatos donde la visibilidad y viabilidad de los
nuestros no favorecen a la Coalición Alternativa.
Los partidos y movimientos alternativos y
progresistas pueden hacer acuerdos políticos y apoyar a otros candidatos donde la
correlación de las fuerzas no les favorezca antes de seguir entregando el
departamento del Atlántico y la ciudad a quienes se creen amos de un negocio
electoral que acrecienta su patrimonio familiar y absorbe los renglones socioeconómicos
de la ciudad y el departamento. Defender la dignidad de los atlanticenses es
más que un principio de las políticas públicas gobernando con criterios de
eticidad y moral los bienes públicos y justificar los derechos ciudadanos
conculcados.
El reto histórico por la dignidad, la honestidad
y la transparencia del departamento del Atlántico; consiste en salvaguardar a
la ciudadanía saturada de la arrogancia de sus “empresarios dirigentes”. La
nación política ubica al Atlántico y a Barranquilla como un feudo donde los
siervos concurren a las urnas a votar. Confrontar alternativamente al imperio
clientelar es la tarea para contrarrestar la voracidad de la politiquería tóxica.
Repensemos a Barranquilla.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 26 DE MAYO DE 2019
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