lunes, 28 de septiembre de 2020

AUTORRETRARTO

                                                           AUTORRETRARTO





Por Hugo Castillo Mesino

El autorretrato lo podemos realizar a través de distintos métodos y medios haciendo referencia al estado de una persona en un momento determinado. A muchos pintores famosos se le acreditan autorretratos en distintas épocas de sus vidas; mediante ellos se puede establecer cambios en las técnicas y en la transformación de la percepción que tienen de sí mismos como individuos.  Así lo plantea Peter Sloterdijk, filósofo y catedrático, al afirmar que: “Los seres humanos no tienen un rostro para sí mismos, sino para los demás”. Es lo que aspiramos crear con un mínimo de conocimientos visionados y, a través de estos, de la ciudadanía que se reafirma al estilo del cantor y poeta Facundo Cabral: “Ayer soñé que podía y hoy puedo”

Para diseñar un autorretrato se pueden idear y construir desde varias perspectivas concepciones como gestor del autorretrato y sobre quien recae la caracterización del mismo. Para ello es trascendental observar detenidamente los rasgos característicos físicos y de la personalidad. Los rasgos físicos que se destacan en el autorretrato no son los más importantes, pero se le puede atribuir e inclusive aspectos que denoten la personalidad del personaje seleccionado en comento; podemos señalar aspectos que tocan con el carácter que sobresaltan la personalidad, combinar aspectos formativos, adjetivos y roles del personaje en el autorretrato; también está en el escenario dar a conocer atributos y desaciertos, es ahí donde la sátira política contribuye a darle vida y expresión a lo  pensado y objetivado.

El autorretrato a referenciar permite describir las facetas físicas de la cabeza y sus órganos. Observamos en la construcción del personaje el “cuello” corto y corto de pellejo, dicho mordaz; con cuatro dedos de “frente” ante el exsenador; de “pestañas” pobladas que le permiten seguir durmiendo a los colombianos; “ojos” normales almendrados que solo ven al Chavismo por todas partes; “pómulos” altos pero con baja favorabilidad; “orejas” largas que permiten solo escuchar a la burocracia y a los clanes políticos;  “mentón” saliente con protagonismo televisivo; “labios” ni grueso ni delgado ósea ni chicha ni limoná; “dientes” grandes  cuadrados para devorar el presupuesto nacional; “boca” pequeña donde salen frases que ridiculizan al país; “lengua” que de acuerdo al color y forma es del Centro Democrático; de 1.74 de “estatura” que no alcanza a ver la realidad; “brazos y antebrazos” que ayudan a sostener la figura mediática del caricaturista Matador; “manos gruesas y dedos cortos” para firmar las medidas económicas en contra de la ciudadanía; “espalda” ancha que en nada se parece a la de Platón; y en el enfoque sistémico corporal de “piernas y pies” como garantías para hacer pinolas políticas, fútbol y más futbol.

El mundo que se observa en el autorretrato y la percepción del personaje autorretratado acorde a su navegación y las relaciones sociales donde se sumerge y emerge tiene implicaciones en el país del Sagrado Corazón que evidencian la distribución del tiempo gubernamental, los gustos y preferencias con sus pasatiempos que comparte individualmente con familiares y amigos; permite una descripción de la naturaleza del carácter y su personalidad que los lectores interpretarán literalmente, es “aquí y ahora”; así se define al personaje como una persona con “seriedad” por haber propuesto reivindicaciones que el viento se llevó y que son una burla ciudadana; “conservador y familiar” con los suyos al concebir el préstamo a Avianca, hoy embolatado, donde su hermana es vicepresidente; no siendo ético y favoreciendo  con concesiones a los que apostaron a su aventura naufraga.

Sigue comprometido el personaje en hacer lo que otros le dicen y no comprender que él es el mandatario y de nada le sirve una biblioteca con 17.000 ejemplares heredada como se manifestó durante su campaña, además de los títulos universitarios; entonces para qué estudió; “trabajador” de medio periodo donde la incapacidad brilla y el descontento popular reina; “amigable” con amigos y detractor internacional de  los  adversarios y críticos; “curioso” con sus infantilidades  convertidas en atropellos y señalamientos a los nacionales y, por lógica, “recursivo” al defenderse por sus escasas realizaciones de gobierno.

Le gusta “cantar” y hacer caminar el Whisky al manifestarlo en entrevistas durante su campaña; amante del micrófono en los actos públicos y en las parrandas donde vibró y mandó la Ñeñepolítica; no le molesta el cerdito de Matador; “famoso” y con buena suerte al ganarse un espacio en televisión con posibilidades de premio nacional de periodismo televisivo por sus reportes estadísticos en el programa aburridor de la pandemia; le gusta “tocar” guitarra e interpreta la canción “Los guadales”, pero no hace nada por ellos; se desvela hablando de la “música” de Silvio Rodríguez pero arremete al gobierno cubano. ¿Cuáles serían las motivaciones del personaje para aspirar a ser lo que no es y que le espera al final del túnel? Repensar el autorretrato.

PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA

LUNES 28 DE SEPTIEMBRE DE 2020

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