jueves, 12 de diciembre de 2024

VERDADES COMO PUÑOS

                                 VERDADES COMO PUÑOS 


Por Hugo Castillo Mesino

Dice Irene Vallejo en su libro «Alguien habló de nosotros» La sociedad contemporánea vive inmersa en la inmediatez. A nosotros no cuesta decir la verdad y nada más que la verdad, miramos las aristas incluyendo las nuestras, de lo contrario el resultado sería devastador. Los pensamientos son coléricos, irritados, indiferentes, las opiniones precipitadas y solo conviene comunicarlas a los demás de una forma suavizada, o bien silenciar del todo. Las verdades brutales pueden hacernos desgraciados; por eso evitarlas es un acto amable y humanitario con sensatez, equilibrio, conciliadores al callar en vez de ser crueles, arrogantes y letales diciendo la verdad.

En este mes finaliza el año angustiado de luces y pitos mientras todo duerme; la noche tiene sus náufragos son las personas que tienen los ojos abiertos en la oscuridad, los hay a montones en las calles atiborrados, puentes, alcantarillas, caminando como sonámbulos, anticipando el cansancio del día siguiente, pero seguro que no dormirán más. En el día a día sigue esa gente esperanzada en estos tiempos contradictorios y nos piden confianza; cuando en el fondo seguimos claroscuros en una mezcla de conciencia del error y la esperanza cuando deberíamos ser capaces de reconocer el mal en toda su extensión y derrotarlo. «El respeto por uno mismo, pensaba Albert Camus, crece en el esfuerzo de aceptar primero, y luego transformar, las verdades dolorosas».

Nos han imbuido la invención del éxito al decir ¿Más qué comunicarnos, jugamos a mirar y ser admirados? Aprovechamos el desarrollo del internet y nos tomamos fotos de todo tipo acuñamos frases seleccionadas buscando engañosamente nuevas identidades, versiones mejoradas de nosotros mismos, hasta el extremo de no ser y ser otro distinto según el espejo, que no es real, por hacer alarde a la «invención del éxito». Marco Aurelio, escribió “Lo que vemos es una perspectiva, no es la verdad; lo qué oímos son opiniones, no hechos. No malgastes la parte que te queda de vida, si no es por el bien común, en representación sobre el prójimo” Estás a tiempo de ser tú, aquí y ahora.

La alegría como la felicidad es una búsqueda y andamos detrás de ella, nada es tan completo sin ella. Necesitamos que la alegría exista como posibilidad al igual que la felicidad, sentir que pueden nacer de un lugar a otro, creerla al alcance. La Oda a la alegría del poeta Friedrich Schiller "Alegría, donde repose tu suave ala todos los hombres serían hermanos" Estar alegre debía ser una constante por el hecho de estar vivo y feliz al pensarlo; se trata de ser libre si todo está en la mente, atrévete es una necesidad del escritor exhortar al lector a sostener un diálogo fresco y para ello debemos tener el coraje de nombrar lo que nos asusta o nos amenaza. 

Pero, si abundan los idiotas, suben al poder quienes se las saben todas. Cierta generación descarta la posibilidad de hablar de política y se les olvida que su actuación lleva implícita una acción política que no logra reconocer e identificar; la política es todo, la política somos nosotros, lo que compramos y nuestro modelo de consumo, las condiciones laborales qué hay detrás de la ropa que vestimos, el colegio de los niños, encender o no la televisión, las causas que apoyamos, los sentimientos nacionalistas, la mentalidad cosmopolita. Asi llamaban los griegos a los ciudadanos qué tenían derechos, pero se desentendían de los asuntos públicos, refugiándose en intereses privados. Cuando vivimos juntos, participamos en política queramos o no, por acción y omisión.

A diario solemos decir que esa persona es generosa. A diferencia que la generosidad de los poderosos resulta peligrosa cuando se practica a costa de todos nosotros. Los falsos dirigentes favorecen con sus decisiones a sus protegidos y ellos a su vez los perpetúan en el poder en consonancia con el aforismo «El precio es la privatización del bien común»; está parafernalia de favores, servilismo, halagos, asambleas y votaciones derivaron en un mero simulacro y son propia del clientelismo político donde las lealtades y cargos dependen de está pirámide de poder, a diferencia de las proclamas capitalistas, «el cliente nunca tiene la razón».

La corrupción siempre ha existido en todos los engranajes políticos y económicos, pero no por eso debe cesar la lucha por desenmascararla, conocer sus límites, diferenciar sus grados y desmantelarla una y otra vez.


Comunicador Social y Periodista (*) 


PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA

LUNES 9 DE DICIEMBRE DE 2024

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