PRESUPUESTO DISTRITAL, ENTRE REALIDAD Y FICCIÓN
Por Hugo Castillo Mesino
Un Presupuesto se define como una proyección al futuro, también es un supuesto previo que se espera sea el producto de las Rentas y Gastos, que perciba e invierta la entidad territorial. En Colombia el presupuesto de las entidades públicas se hace anualmente, con aplicación del Estatuto Orgánico del Presupuesto; el proyecto de Presupuesto de Rentas y Gastos del D.E.I.P de Barranquilla para la vigencia del 2017 está regido por una amplia normatividad que toman como base el Estatuto Orgánico, el decreto 111 de 1996, sumado a él contiene 20 leyes, 7 decretos, 1 acuerdo distrital con 70 artículos y 9 parágrafos.
Para su comprensión es relevante que nos informemos que los ingresos de los entes públicos se clasifican en: ingresos corrientes, recursos de capital y transferencias del sistema general de participación. Los ingresos corrientes son los que recibe el ente de manera permanente como impuestos, los recursos de capital son créditos bancarios y los rendimientos financieros. Las etapas de elaboración del presupuesto son: programación, presentación, estudio y aprobación, éste se presenta ante el Concejo distrital como el órgano competente para su análisis, discusión, aprobación y expedición; es en estas instancias donde se debaten la pertinencia de sus proyectos y programas, dando aplicación de transparencia, objetividad y equilibrio financiero en la búsqueda de la sostenibilidad fiscal del distrito.
En la dinámica de la aprobación del Presupuesto distrital de la vigencia fiscal 2017, se le dio un primer debate en la Comisión de Presupuesto y se omitió deliberamente llevar las recomendaciones dadas en esa primera instancia a la plenaria del Concejo para que el debate fuese enriquecido democráticamente con las visiones que tuviesen los partidos acerca de los proyectos y programas con sus respectivos impactos financieros acorde con el encargo social. Ahora los barranquilleros nos hemos asombrados por el salto de canguro y el trapecismo ocurrido en la Comisión de Presupuesto que se abrogo de manera ilegal la representatividad de la plenaria; cayendo en un presunto prevaricato por acción, que a la fecha los órganos de control deberían abocarlos, por ser esta vía de hecho, pública y notoria.
En nuestro legado macondiano, la ficción parece desbordar la realidad y a esto no escapa el Presupuesto distrital de Barranquilla en cuanto a las cifras que nos informan el endeudamiento real del distrito, porque a diciembre de 2015, la deuda del distrito con la banca ascendía aproximadamente a medio billón de pesos y en diciembre de ese año se aprobó por acuerdo distrital por punto siete billones de pesos lo cual elevo a casi un billón de pesos el endeudamiento distrital, pero en marzo de 2016 se aprobó un endeudamiento de vigencias futuras por valor de punto siete billones de pesos lo que nos entregaría un consolidado de uno punto seis billones de deuda distrital y mágicamente en la discusión del presupuesto se afirma que el distrito solo debe punto cinco billones de pesos lo cual esconde la deuda real del distrito a diciembre del 2016.
Las inquietudes expuestas que debieron ser discutidas en plenarias, seguramente hubiesen mostrado que el distrito no tenía los índices de liquidez y solvencia para justificar el marco fiscal que presento el alcalde Alex Char Chaljub, quien nos muestra una carga mediática de ficción sobre “Los grandes logros de sus administraciones”, las cuales son desmentidas por los precarios índice de desarrollo humano del distrito, así como también la drástica caída de la industria local y el comercio en Barranquilla tal como lo reflejan las estadísticas del DANE. Lo único real de todo esto es que sigue haciendo el quite a la reglamentación de la plusvalía, llenando las arcas del negocio boyante de los “grandes constructores” que soslayan irresponsablemente responder por sus construcciones de mala calidad.
Los presupuestos para su elaboración y aprobación deben ser democrático, participativo, con veedurías que emitan sus opiniones, reclamen, propongan; donde los ciudadanos tengan la opción de elegir por barrios a sus delegados que los representen en las obras e inversiones que el gobierno distrital ejecute. ¿Cuándo veremos al señor alcalde y a su gabinete distrital con los delegados barriales, reunidos, discutiendo y decidiendo con los vecinos las demandas y necesidades prioritarias de los barranquilleros que sirvan de insumos en la elaboración del presupuesto? al igual ¿Cuándo se hará una verdadera rendición de cuentas donde participen los Organismos de Control, del Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo, los Partidos Políticos, los Movimientos Sociales, los intelectuales, las Sociedades de arquitectos e ingenieros, Asociaciones gremiales, etc?.
Comparativamente, Medellín tiene una población de dos millones seiscientos mil habitantes y su presupuesto es de cuatro billones de pesos; Cali su población es de dos millones cuatrocientos mil habitantes y su presupuesto es de dos billones setecientos mil millones; mientras que Barranquilla su población es de un millón cuatrocientos mil habitantes y su presupuesto es de tres billones setecientos mil millones de pesos reales no maquillados, esto obedece a que esconden las vigencias futuras aprobadas en 2016, constituyéndose un homicidio epistimicidio presupuestal.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 22 DE ENERO 2017
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