Cuando nos ofrecen información sobre las estadísticas mundiales de la pandemia del Covid-19 y sus consecuencias, surgen dos conceptos sobre la medicina: preventiva y curativa. No pretendo dar catedra, tampoco, especializarme en estas dos acepciones; pero, cuando se plantean como alternativas la medicina preventiva y la curativa, pareciera que son suplementarias, que hay que elegir entre una y otra; ambas no solo han coexistido históricamente, sino que resultan frecuentemente complementarias en la medida en que lo que no se logra prevenir tendrá que curarse. Sin caer en el sesgo del aforismo “más vale prevenir que lamentar”, pregunto: ¿Cómo abordar la crisis en tiempos de pandemia, cuando la NO prevención, la poca inversión y sostenibilidad de un sistema de salud mundial, decadente como el nuestro, no está al alcance, desatando cuadros lúgubres y mortales a nuestros ojos?
Leyendo y escuchando al sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfoguel, perteneciente al “Grupo modernidad/colonialidad” de la Universidad de California en Berkeley, EE.UU., referenciado por sus obras: “El Giro decolonial”, “Pensamiento político decolonial e intercultural”, “Teoría decolonial dentro del escenario mundial”, que evidencian su libertad de pensamiento visionando la clave para comprender la crisis de temporalidades y las categorías analíticas en el momento histórico; retomo una pregunta que se le hizo: ¿qué cambiará en las personas en el sistema mundo del capitalismo global en medio de la pandemia?
Grosfoguel plantea tres temporalidades que están en crisis terminal en el 2020 en la pandemia. La pandemia ha acelerado procesos que venían dándose, que tarde o temprano iban a estallar. La crisis de estas tres temporalidades que argumentaré, desde hace rato están anunciadas, incluso por los líderes del capitalismo mundial, por los estados imperiales; estaban maduras y la crisis de la pandemia ha acelerado su proceso. La primera temporalidad la llama el “ciclo del neoliberalismo”, comenzó con el golpe de estado de Pinochet contra Allende en Chile en 1973; ese modelo iniciado con los “Chicago Boys”, grupo de economistas formados en el Departamento de Economía de la Universidad de Chicago que usaron a Chile como laboratorio y luego globalizaron el modelo a nivel mundial hasta el día de hoy. Este modelo está en crisis terminal, NO puede gestionar una crisis de salud como esta, quedando evidenciado que los países insertados en el modelo neoliberal son los de peores condiciones para afrontar este problema pandémico, debido a la privatización y recortes presupuestarios en los sistemas de salud; demostrando que la lógica de la ganancia está por encima de la lógica de la vida, no relativa, sino una situación absoluta donde está en juego la vida o la muerte. En el capitalismo como sistema mundo, la humanidad entra en una gran crisis; estamos en una gran depresión, no recesión.
La segunda temporalidad que entra en crisis terminal es la de la “hegemonía estadunidense en el sistema mundo”, que va 1945 al 2020. Uno de los acontecimientos en medio de la pandemia ha sido el que China realizó una nacionalización del mercado de toda su economía y las empresas trasnacionales que estaban en territorio chino fueron adquiridas por capital chino, ejerciendo soberanía sobre su economía. La nacionalización del mercado generó un crack bursátil en el mundo como parte de esta pandemia; pero, también, como una manifestación profundamente estructural que venía desde antes. La deuda del imperio americano es la más grande del mundo, tanto la deuda federal del Estado como la deuda de los ciudadanos americanos; la deuda privada de los EE.UU. asciende a los veinticinco billones de dólares y la deuda de los consumidores está en 14 billones, esta situación es explosiva.
El tercer ciclo que entra en crisis terminal es el de la “temporalidad del 1492”, que define la expansión de una civilización que va destruyendo todas las otras civilizaciones en el mundo a través de varios siglos de dominación colonial europea que, finalmente, se convierte en la única civilización existente a escala planetaria; es decir, no hay ninguna civilización exterior a la civilización occidental moderna, occidental capitalista que tenemos hoy; una civilización que se hizo planetaria destruyendo todas las otras, imponiéndose por la fuerza en el resto del mundo, estando todos metidos en ella hoy en día. Esa civilización tiene su nombre: la “civilización de muerte”. Esta aseveración la hace mucha gente, pensadores y críticos indígenas de este planeta, en África y América Latina: esta es una civilización de muerte.
Repensar: ¿Por qué los países que tienen
sistemas públicos de salud eficiente y seguridad para el usuario han tenido el
menor número de fallecidos? ¿Por qué Cuba con más de cincuenta años de bloqueo,
inclusive EE.UU. se llevó sesenta y dos mil médicos para desestabilizarla, hoy
tiene un reconocimiento por la OMS y por la comunidad internacional en materia
de salud, etc.?
LUNES 3 DE AGOSTO DE 2020
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