FACEBOOK LIVE

Latest Posts:

LA SOCIEDAD PALIATIVA

                                              LA SOCIEDAD PALIATIVA



Por Hugo Castillo Mesino


 

Es más que un imperativo categórico afirmar que en todas partes ronda una “algofobia” o fobia al dolor como miedo generalizado al sufrimiento; así lo interpreta el filósofo Byung-Chul Han en su libro “La Sociedad Paliativa”, argumentando que la relación que tenemos con el dolor revela el tipo de sociedad en que vivimos; por ello, toda la crítica social que hagamos tiene que desarrollar su propia hermenéutica del dolor, ese dolor social que se refleja ante los múltiples problemas que atraviesa el país; es ahí donde la algofobia se extiende.


La sociedad paliativa y su dolor social se condensa en el desempleo con una tasadel 18,2% en las 13 ciudades principales del país, que  viven en estado de déficit habitacional; el sector salud se encuentra en cuidados intensivos, tal como se registra con la pandemia; el nivel de cobertura universitaria es muy bajo, de cada 100 jóvenes que salen de los colegios, sólo logran ingresar 20 y  terminan estudio 10; la “seguridad ciudadana” referencia por cada 1.000 ciudadanos 132 son víctimas de algún delito, Colombia ocupa el puesto 92 de 180 países; el analfabetismo en relación a la población total es de dos millones de analfabetas;  la CIDH informó que en el país se han realizado 9.623 protestas de las cuales en 794 municipios se han presentado casos de fallecimientos, desapariciones, personas heridas y agresiones sexuales, como consecuencia del uso desproporcionado e ilegítimo de la fuerza.


La algofobia a la política se constituye en un catalizador de presión para acatar acuerdos y establecer consensos entre los movimientos sociales y el Estado a través de estratagemas se acomoda en la zona paliativa, acabando con la vitalidad de estos. La falta de alternativas de políticas claras es un analgésico político y es aprovechado por los partidos con sesgos ideológicos difusos que, en vez de luchar y discutir por alcanzar mejores argumentos, con sus propuestas terminan cediendo ante la presión y las mermeladas del actual sistema de gobierno.


Los movimientos políticos denominados de centro o de izquierda tienen que convencerse que la política paliativa que viene desarrollando el actual sistema de gobierno no es capaz de tener visiones, ni de llevar a cabo reformas profundas que pudieran ser dolorosas. Son décadas paliativas donde los gobernantes de turno prefieren echar mano, de analgésicos que surten efectos provisionales para tapar desajustes sistémicos; la política en la sociedad paliativa, evidencia hasta la saciedad a gobernantes sin el valor moral de enfrentarse al dolor de la “algofobia social”, dado que todos son la continuación de la mismidad en la condición gestora de la sociedad paliativa en que están sumergidos millones de colombianos; esa seguirá siendo su apuesta histórica.    

   

La algofobia no es más que un cambio de paradigma que estimula la positividad para librarse de la negatividad como la causante del bienestar social, la “felicidad” y el optimismo. La ideología neoliberal suele propagar la resiliencia a través de experiencias traumáticas para incrementar el rendimiento y de esta manera hacer del ciudadano un sujeto capaz de rendir al servicio del gran capital, insensible al dolor en la medida de lo posible y continuamente “feliz”, después de haber desarrollado un proceso alienante, donde lo que prima es la producción y la acumulación de riquezas, por encima del beneficio social.


La sociedad paliativa en la cual vivimos coincide con la sociedad del rendimiento y rechaza toda acción de negatividad. La sociedad paliativa es la sociedad del “Me gusta”, donde todo se alisa y pule hasta resultar agradable, tal como se evidencia a diario en las redes sociales, donde el “like” es el signo y también el analgésico del presente, domina no solo los medios sociales, sino todos los ámbitos de la cultura, donde nada debe de doler. No solo el arte, sino la propia vida tiene que poder subirse a Instagram; es decir, debe carecer de aristas, conflictos y contradicciones que pudieran ser dolorosos. Es así como se actúa en la sociedad paliativa.


En la sociedad paliativa se desarrolla la cultura de la complacencia y esto se explica por la comercialización y mercantilización de esta; los productos culturales están cada vez más sometidos a la presión del consumo, por ende, son consumibles y más agradables. La conversión de la cultura en la economía viene acompañada de la conversión de la economía en cultura; a los bienes de consumo se le añade una plusvalía cultural; los bienes de consumos se presentan como obra de arte; se mezclan el arte y el consumo, lo que hace del arte que esté al servicio de la estética del consumo; se borran las separaciones entre cultura y comercio, entre arte y comercio, entre arte y propaganda, e incluso los propios artistas se  registran como marcas, adecuándose al mercado, se vuelven complacientes por resultar agradables. Repensar que la vida que rechaza todo dolor es una vida cosificada. 


PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA

LUNES 28 DE JUNIO DE 2021
Share on Google Plus

About hugo castillo

This is a short description in the author block about the author. You edit it by entering text in the "Biographical Info" field in the user admin panel.
    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comentarios:

Publicar un comentario