OLFATO, TACTO Y FILTRO PARA GOBERNAR
Hace 138 años fue nombrado presidente de la República de Colombia Rafael Nuñez de origen costeño, igual que este 19 de junio los colombianos eligieron al costeño Gustavo Petro como presidente de Colombia, cargo que asumirá el 7 de agosto del presente año. Al conocer los resultados, los colombianos, sin distingo alguno, se unieron tomando las calles y avenidas a lo largo y ancho del país, en un festejo nacional electoral que rompe con la hegemonía de los partidos tradicionales y de los clanes regionales que ostentaban cada 4 años el solio presidencial. El nuevo mapa político se marcó desde la consulta presidencial, la elección de los cuerpos colegiados, la primera vuelta presidencial y la segunda vuelta, que significa para el Pacto Historico, el Frente Amplio y la ciudadanía simpatizante derrotar a los adversarios y de paso borrar a los enemigos internos que crearon las fuerzas retardatarias y el gobierno al relacionar a los movimientos alternativos y progresistas, inicialmente con la FARC, luego con otras organizaciones delincuenciales y, previo a las elecciones como responsables de la “Primera Línea”; a pesar de todo, hoy somos la nueva fuerza política representativa y convocante para empezar a gestar y proponer con racionalidad las reformas que a grito reclaman los colombianos para salir de este flagelo social marcado de pobreza y miseria.
Al electo presidente de Colombia, Gustavo Petro, aparte del clamor, del respaldo y reconocimiento del pueblo colombiano en su tarea de primer mandatario, le avecinan muchos retos para manejar con olfato político percatándose de todas las situaciones que demanda el ser gobernante de un país como el nuestro con complejidades, diferencias, divisiones y con una crisis acentuada en muchas instituciones de la gobernanza; con tacto político para apostar a la sensibilidad en función del seleccionar responsables en las diferentes esferas de su administración con capacidad y reciprocidad de construir estrechas relaciones con la ciudadanías y las comunidades en pro de desarrollar los programas y proyectos que empoderen a las comunidades constructoras de este logro político de todos. Es cierto que para gobernar se requiere conocer el compromiso, el perfil y sus atributos que deben tener por razones meritocráticas quienes vayan a constituir el gabinete y otros cargos acorde con la estructura orgánica y los propósitos contenidos en el Programa de Gobierno; corresponde definir quién sería el nuevo ministro de Hacienda y Crédito Público, determinante en las inversiones y en los gastos que demanda ser gobierno.
Hay dos hechos que destacar: primero, la seducción y el convencimiento a la ciudadanía de apoyar a quien ostenta la condición de presidente a traves del voto como instrumento social; segundo, pasar de los resultados obtenidos y visibilizar argumentativamente con quienes se constituirían las mayorías en el Congreso. En este sentido, la constitución del Gabinete de Gobierno y los entes descentralizados, trabajando mancomunadamente en los propósitos programáticos, debe permitir plantear, proponer y conseguir la verdadera separación de poderes del Estado, unir el país ante la polarización y definir un Acuerdo Nacional que tenga como meta consolidar el Acuerdo de Paz, la justicia social y la justicia ambiental. El electo presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, enfatizó en su alocución que no tendría razón el cambio si no se decide por un gobierno de la vida que lleve al pueblo colombiano hacia la Paz Social. Gobernar con olfato, tacto y filtro es generar una política de dialogo, de convocatoria ciudadana, de convención colectiva que permita construir y generar confianza en los mercados, donde debe estar al orden del dia el dialogo entre instituciones; señaló, además, que quienes tienen más deben pagar más y con ello pensar en la nueva estructura de la Reforma Tributaria.
Hay aspectos transcendentales de retomar en la locución de Gustavo Petro Urrego: desde la visión de la economía política se plantea que el actual modelo económico con cifras altas de pobreza y hambre (42%), se trata es de superar el hambre y la miseria como fenómeno social. Algunos analistas políticos plantean que el nuevo presidente de Colombia en su condición de economista tiene que atender el llamado que hicieron los colombianos al votar por él, igual que a aquellos que no lo votaron. Manifestó Petro Urrego que, no se trata de trabajar simplemente por la unidad, sino de gobernar en las diferencias. La victoria del Pacto Histórico y del Frente Amplio, representada en Gustavo Petro y Francia Márquez, hoy presidente y vicepresidenta electos respectivamente, se constituyó en un hito histórico, en una historia nueva para Colombia, America Latina y el mundo. El cambio que se aspira a gestar es para dejar el odio atrás en medio de su diversidad, multicolor; por ello pregonamos la política del amor, del dialogo, para comprendernos los unos a los otros y no para matarnos los unos con los otros.
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