APRENDER A FILOSOFAR
La enseñanza de la filosofía desde el enfoque curricular está orientada a la secundaria en los cursos superiores, con reducción de la intensidad horaria; desconociendo que la formación del ser humano se gesta desde los primeros años de infancia, aun antes. El profesor de filosofía Jordi Nomen en la Escuela Sadako de Barcelona y autor del libro “El niño filósofo” destaca la importancia de esta disciplina en la educación y el cómo es transversal en la educación y en la vida cotidiana, además de señalar su rentabilidad formativa del “Por qué deben aprender filosofía los niños”. Para Matheud Lipman, filosofo investigador, la filosofía es un proyecto; es ahí cuando se percata que sus alumnos mayores no sabían filosofar, no sabían dialogar porque nadie se los había enseñado y se ratifica resaltando: “Los niños y los adultos deben tener pensamiento crítico, pensamiento creativo para resolver problemas, pensamiento cuidadoso para tener en cuenta a los demás”. No obstante, está claro que una de las falencias del NO filosofar de muchos jóvenes y adultos obedece a la enseñanza dogmática de muchos docentes al no comprender en la cotidianidad, que brinda esta; para la cultura formativa y transformadora.
Para Jordi Normen la didáctica filosófica comienza preguntándole a los niños a manera de ejemplo ¿Cómo te llamas? Enfatiza el profesor a su alumno ¿Si tu nombre es importante, si te hace único? Insiste en no dejar de preguntar ¿Qué más es lo que te hace único? Además de escuchar a los niños y valorar sus respuestas, es válido volver a preguntar como palancas filosóficas ¿Si lo que te hace único lo compartirías con los demás?; la filosofía busca en los niños jóvenes y adultos el sentido de la vida, de la sociedad, del mundo al plantearte y replantearte, para ello tienes que reflexionar y no dejar de seguir lanzando miradas a ese mundo como realidad inventada, dado que a veces no lo vemos, de lo rápido que vamos. De ahí que los niños, jóvenes y adultos deben filosofar, calmar, volver a ver ese mundo, diseñar, rediseñar, elaborar, reelaborar lo que piensan.
Tenemos que amar lo que pensamos hacer. Si realmente es empático lo que pensamos, la respuesta está en desarrollar las habilidades de pensamiento y el ejercicio consiste en acostumbrar a preguntar a los niños y a los jóvenes ¿Por qué hay que trabajar?, ¿Que es un amigo?, ¿Que es la vida?, ¿Que es la tristeza? Padres y docentes deben empezar por hacer preguntas y enseñar a preguntar: ¿Cómo es la muerte mientras estas vivo, sino estas muerto?, ¿Por qué es importante ser amigo?, ¿Te has comparado con un utensilio de cocina? Se puede definir al trabajo como producción y vida, un amigo de verdad es lo mejor que nos puede suceder, la vida hay que saberla vivir, la tristeza es de humanos, al aflorar sentimientos, estar vivo, permite imaginar cómo es estar muerto, el cuchillo es un símil, para tu garganta.
Volvamos a los niños al filosofar como punto de partida gestante. Observamos en los niños a sus dos años situaciones visuales, que permiten analizar y jugar con ellos, haciendo conjeturas que terminan en el filosofar. En los niños la lectura es un antídoto que sirve de insumo para filosofar; leer el principito y preguntarse sobre algunos pasajes con el zorro, como este: “Ven a jugar conmigo – le propuso el principito. – Estoy tan triste... dijo el principito”. Pero, después de reflexionar, agregó: ¿Qué significa “domesticar” ?, ¡cuando se doméstica, se adquiere una responsabilidad, porque amas a alguien ¡
Asombrarse es ir más allá de la realidad. ¿Cuántas obras de arte has observado y te has quedado mudo por el desconocimiento sobre ella? que encantador es escuchar a un joven preguntarse ¿Cuál fue la técnica utilizada, ¿En qué época? o ¿Le gustaría más si le cambiaran algunos de sus colores? Filosofar no es pintar una alfombra, es rediseñarla, dibujar el silencio es pintar un pájaro cuando deja de cantar, dibujar el riesgo es entregar una hoja de papel en blanco, por lo que esta significa; el filósofo lo que hace es preguntar; por eso todos somos filósofos, lo que sucede es que no lo ejercitamos. Todas las respuestas estan en Google, las preguntas NO, se infiere que son más difíciles. Hay que complejizar la pregunta para que surja el asombro y desarrollar lo creativo…
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