Por Hugo Castillo Mesino
No sé cómo empezar sin hacer un homenaje de fiesta, rumba, poesía y drama a los inmortales Celia Cruz, la Guarachera de Cuba, con su canto e himno “La vida es un carnaval”, y a quien con su humor político y sorna social, Jaime Garzón, dejó como legado antes de su magnicidio la bella canción que no dejaba de interpretar, “Canela”, que en uno de sus apartes dice: “Quiero morir de manera singular, con un adiós de carnaval”.
Los carnavales que se gestan en cada continente y nación marcan muchas pautas culturales. A esto no escapan los Carnavales de Río en Brasil, los del Caribe en Centroamérica y en Colombia; en especial, el Carnaval de Barranquilla, soñado, bailado, cantado y apetecido por nosotros; cuando las brisas decembrinas no dejan de airear, ya se siente un sabor a carnaval que se enrumba este 17 de enero con la Lectura del Bando que dota de las baterías que dan movilidad a los espíritus, mentes y cuerpos que vuelan al son de la música, como lo define el amigo e investigador cultural Jairo Soto Hernández: “La expresión del mundo al revés, característico del carnaval, se evidencia en el Bando, en el cual a través de versos satíricos, pero cargados de humor, el Rey Momo en el siglo pasado y la Reina en la actualidad, asumiendo funciones de autoridad civil reglamentan el desarrollo de las festividades, dictando las medidas que oficializan la rumba y legalizan la diversión sin freno, porque el carnaval es el tiempo de hacer lo que cotidianamente no se puede hacer, es el tiempo de la transgresión”. En el carnaval hasta los reyes se portan como el pueblo. El carnaval es la revolución o la revolución es carnaval.
El mundo carnestoléndico en Barranquilla sigue encendido con la celestialidad y terrenalidad de La Guacherna, creada por Estercita Forero, que a juicio del investigador Soto Hernández es: “La inigualable experiencia de un desorden bien organizado, en donde se aprecia en su real dimensión la fiesta como hecho social, basado en la activa participación de los asistentes con su vitalidad, su carácter colectivo, sus luces y colores con creatividad, humor, burla y libertad, porque en últimas, La Guacherna es una reivindicación de los sectores sociales donde se originó, el Barrio Abajo, y ella consagra la igualdad transitoria de la sociedad”. La Guacherna es una constante histórica en el tiempo y en el espacio.
La alegría del carnaval despierta un mar de emociones y razones con la Gran Batalla de Flores, donde los espíritus encarnados gozan y se divierten en un desfile multicolor de expresiones folclóricas y culturales diversas. En diferentes puntos cardinales de la ciudad predomina el slogan contagiante “Quien lo vive es quien lo goza”, como expresión del sentir, vivir, disfrutar el carnaval como parte de nuestros sueños despiertos; es el momento en que los humanos y mortales confesamos y ponemos a volar la imaginación, la mía y la tuya, donde alcanzas a ver lo inimaginado; es el espacio de los versos, de las composiciones, de las letanías, del grito, del desorden hecho orden, de la algarabía, del bullicio y del silencio, de los corazones alegres y tristes, del todo con sabor a carnaval. El escenario donde lo imposible se hace posible; es una buena lección de disfrute aprendida para el goce, pero insisto, humana.
Los disfraces en el carnaval representan a la vez dos cosas: la diversión y las verdades de esas cosas que suceden, ejemplo el monocuco, es una forma de mamarle gallo a la gente; y qué decir de las marimondas, éstas lo hacen de manera sería y burlona, pero en el fondo es una expresión que habla de nosotros y por supuesto de ellas y por qué no de la vida cotidiana.
En este carnaval donde escondemos lo que somos y somos lo que escondemos también predominan las máscaras, donde sus formas y expresiones emiten una serie de mensajes de lo que sucede y nos sucede; esas máscaras nos permiten denunciar las cosas, llamarlas por su nombre a través de simulaciones, al igual que los eventos y situaciones diarias, pero ellas también simbolizan y revelan los dioses, las divinidades, los mitos de nuestros antepasados y los contemporáneos. Si las máscaras son una expresión del carnaval donde ocultamos algo, lo importante es quitárnosla y denunciar lo que somos. Por favor, ponte la máscara en carnaval y quítasela a quienes las usan después del carnaval.
En este escenario del carnaval también concursan las letanías como expresión donde nos desbocamos a decir lo insólito, lo bueno, lo malo, lo feo de la ciudad y el país; son poemas y versos de expresiones de denuncia al robo público, al saqueo, al despilfarro, al mal manejo de los servicios, a la irracionalidad de los mismos, a la carestía de la vida, a las políticas equivocadas de los gobernantes.
No quiero despedirme sin antes hablar de las comparsas. Ellas simbolizan algunas actividades económicas como la agricultura, la industria, el medio ambiente, las costumbres de los viejos tiempos, las relaciones de producción y la denominación de los pueblos y sociedades. Y en el evento final aparece la figura legendaria de Joselito Carnaval, el personaje que con el llanto y el ron, al son de la música, se entierra, y como en la vida real siempre fue bueno como todas las personas al tiempo de morir, en la esperanza de una feliz resurrección en el próximo carnaval, simbolizando el eterno retorno nietzscheano.
El carnaval, es abordado por diferentes disciplinas de estudio, lo que determinaría hacer una lectura extensa y compleja de todas sus variables y significados en el mundo social y cultural; por tanto, el reto es asumir el carnaval como un laboratorio pedagógico para la formulación de propuestas que aborden y asuman la realidad como contenedora de educación desde una perspectiva múltiple y diversa que abra a las niñas y niños y jóvenes la posibilidad no sólo de disfrutar la fiesta sino de poder conocerla, respetarla y valorarla, al tiempo que se formen como ciudadanos de manera integral.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 18 DE ENERO DE 2015
buena publicación profe
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ResponderEliminarMuy buena publicación profesor Hugo, pero lamentablemente las festividades se han visto afectadas por los desordenes o las riñas que se presentan entre los espectadores e incluso la falta de respeto que existe entre espectadores a participantes, dejando eso a un lado cada año mas grupos se integran al carnaval y esto es algo muy favorable para nuestra cultura, esperemos que en este 2015 los carnavales de Barranquilla se hagan con mucho mas respeto hacia todos sus integrantes y espectadores.
ResponderEliminarbuen articulo profe y mas que ya estamos en carnaval
ResponderEliminarbuena esa profe buen articulo
ResponderEliminarbuen articulo profe, adecuado por la fecha en el que fue publicado eso es lo importe
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