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EN TU DIA SER Y NO SER



EN TU DIA SER Y NO SER










      
Por Hugo Castillo Mesino


A las madres: a todas ellas en su belleza espiritual les brindo un homenaje lleno de amor y felicidad en su día, con regalos de besos y diademas de caricias por su ternura y arrullo que dedican en el tiempo y el espacio desde que nos concibieron en la delicadeza y por ser nosotros ahora lo que somos y lo que soñamos y también por no ser; pero, vivos en la esperanza del alma. Ustedes me invitan a recordar que la Filosofía nos enseñó a  asombrarnos como hijos de la vida, por estas razones múltiples léanme en su jardín familiar y acompáñenme en el camino de la reflexión a comprender  nuestra condición de ser y no ser en esta sociedad que nos abriga y nos atormenta con su calor de olvido; por eso, les cuento a ustedes y a todos que: una vez quise ser payaso para hacerte reír mientras tú reías conmigo, quise que todos me aplaudieran y tú fuiste la primera en aplaudir. Una vez quise ser piloto y convertirte en el aire de mi vuelo, yo jugaba con el viento, tu control era mi existir, eras brújula del viento piloto de mis sueños. Una vez quise ser atleta, con ímpetu comencé la partida, al final sentí que una bandera se agitaba a lo lejos, sin verte al comienzo tú habías ganado la partida. Una vez quise ser docente para orientar el amor, no comprendí hasta reprobar mi ilusión, mientras tú sabiendo leer mis ojos me enseñabas el arte de amar. Una vez quise ser ajedrecista para ser el rey de la guerra, rompí barreras, gané trincheras, la victoria estaba cerca, pero tú te quedaste con el botín de mi encanto. Una vez quise ser buceador de océanos, mares y conocer los  misterios que hay en ellos, vivir en la profundidad cuando en el fondo de ellos encontré tus caricias.


Una vez quise ser lector y aprender la intensidad de la palabra, hablé con ella llena de sonrisa  a veces de nostalgia, otra vez tú llegaste convertida en la historia de mi vida. Una vez quise ser pintor, escultor para plasmar y esculpir cuerpo y alma, te presentaste cuando yo empezaba, eras mi obra maestra. Una vez quise ser artista, cantar en medio de la lluvia y el llanto y tú estabas ahí, quise escuchar mi propia voz, jugar con la sinfonía mientras tú cantabas con frenesí. Una vez quise ser alpinista y escalar por los caminos que conducen al cielo donde he de llegar, al llegar a la cima tú me mirabas, habías llegado a la cúspide de mi alma. Una vez quise ser caminante y jugar con las horas por quienes controlan el tiempo, te encontré sentada en el infinito esperándome. Una vez quise ser el pastor para andar en medio del rebaño, las ovejas me seguían, yo era feliz, tú llegaste a mí como enviada para guardar mis pasos.

Una vez quise ser apóstol y predicar sobre el amor del universo, cuando observaba los cuerpos celestes te presentaste con mil nombres, yo te llamé estrella y al final en la cercanía estaban tus ojos lleno de amor. Una vez quise ser poeta, declamar lo bello, lo sublime, lo hermoso  que tiene el ser y el no ser, escribir en cada estrofa la felicidad y el arte de inventar, corriste a mí y en cada letra de mi tiempo eras poesía. Una vez quise en mi comprensión rezagada analizar, inferir, deducir, me  dijiste filósofo, te dije quise serlo una vez, no obstante me besabas cuando al oído escuché, “transforma la realidad”. Una vez quise ser jardinero, cultivaba rosas, tomé una de ellas con pistilos y estambres, saboreaba su color que corría por mi sangre, la rosa se llamaba “Lilia”, mi madre, y me dijo “me alojas en tu corazón”. Una vez quise ser humano después de haberlo sido todo y no haber sido nada, tuve un salto de dudas, entonces me pregunté ¿quién soy?; en ese momento corrí y salté, soy un ser con la posibilidad de ser y no ser, ella me abrazó con sus ojos y me dijo “ya lo eres”. Una vez quise ser cirujano pensando que viviría más,  cuando mi alma  decía “ellos no saben de las recetas del alma”. Una vez quise ser actor y los libretos estaban abiertos, el papel de mis amores era actuar con justicia; al fondo se habría el telón me esperaba ella, la mujer que me trajo al mundo y me dijo “no dejes de soñar y piensa en ser o no ser, es tu decisión”. Una vez más quise ser un romántico, bohemio, embriagado de amor, sonriendo y hablando con la gente de toda opinión. Una vez quise ser siempre y no ser lo que soy,  por esa mujer a quien no conozco, por ser familiar lo más extraño, pero la amo; una vez más seguiré siendo lo que no soy y negarme todos los días para ser otro y nunca saber cómo soy.

PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 10 DE MAYO DE 2015
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