Por Hugo Castillo Mesino
Recuerdo, como si el tiempo se detuviera, cuando han transcurrido cuatro centenas de días, al escribir mi primer artículo en esta columna “Ágora Razón“ el que titulé “Decencia Política“, del cual retomo textualmente uno de sus apartes: "la tarea es la concienciación colectiva y ésta debe responder al conjunto de acciones e ideas que definan la calidad humana de las personas". Tarea que, en mi condición de sentipensante, he asumido al plasmar en cada una de mis letras insumos para que los lectores digieran, convencido de toda la implicación que debe tener el arte de escribir. Al leer la obra de Fernando Quiroz “Se deja de vainas” en la que entrevista a Daniel Samper Pizano, uno de los más destacado del periodismo investigativo, después de pasear y disfrutar los ojos sobre cada una de sus páginas, valoré la condición de éste como reportero, entrevistador, columnista, editorialista y otros atributos que hacen parte de su acervo, los cuales me incitan a la reflexión y a compartir con ustedes, llevándonos a la imaginación prendida de cierta dosis filosófica y literaria, el asombro que nos despierta sus enseñanzas cuando manifiesta: "al escribir mientras duermes estás despierto"; señala que sus sueños han sido el de vivir y morir escribiendo, resalta que leer y escribir es un mérito, ser reportero al tomar notas es lo mejor que nos puede pasar, escribir vale la pena, al escribir es importante un tinte de humor, los universitarios poco escriben, "me he equivocado muchas veces pero soy honesto con mis convicciones", es un orgullo contar lo que escribes, además es un ejercicio romántico, hay que saber escuchar a quien no le gusta lo que uno escribe, uno siempre debe proclamar quién es, debe acogerse a las normas, reglas, trabajo y poseer una conducta ética que demanda el periodismo, recalca que siempre se ha definido como un hombre de izquierda con ideas liberales más no liberal y concluye: “Yo no le debo nada al gobierno, ni aspiro a nada de modo que puedo decir lo que pienso…En Colombia no hay aristocracia hay es oligarquía que es el gobierno de unos pocos de 40 a 50 ricos”. Este experimento de vida o lección profesional debe encauzar a los ciudadanos, periodistas, estudiantes de comunicación social y periodismo a no mezclar la opinión con los hechos cuando se escribe, más bien fundamentarlos en el análisis, tener capacidad para autocriticarnos, dotarnos de elementos fundantes que nos permitan confrontar ideas con argumentos cuando se escribe y sobre lo que se escribe y siempre andar en la búsqueda de la razón y la verdad en la universalidad cuando se escribe y se lee.
El escribir para los medios nos permite inferir que debemos hacerlo con transparencia y tener una visión contextualizada, visionar el sentido de la audiencia para quien se escribe sin caer en la simplicidad, sin abandonar lo conceptual; es válido escribir pensando en la poesía que seduce y educa, ésta te alimenta de herramientas para dotarte de metáforas en lo que produces; debemos leer acuciosamente novelas, poemas, ensayos y toda la literatura posible que alimente tu espíritu de escritor como condición inaplazable. Es importante destacar, al definirte como escritor, que no basta con los ápices de inspiración que tengas, lo esencial es tener decisión y perseverancia al escribir, romper con el miedo cuando te aparece la hoja en blanco y no sabes qué hacer con ella, de lo que se trata es de escribir. “Los hombres pesimistas hacen de la posibilidad la fatalidad, mientras que los optimistas hacen de la fatalidad la posibilidad”, aunque a veces se nos dice que ser optimista es ser ingenuo; mi aseveración al escribir es que tenemos que estar dotado con iluminación y terquedad al escribir que en síntesis nos arroje el objetivo propuesto.
Tenemos que dimensionar que cuando escribes te van a tildar que reencarnaste a Sócrates, Kant, Einstein, Marx, Gabo y no pare de contar; tómalo como un inventario a tu favor, ese es un lector que te sigue y su accionar se constituye en otro experimento de vida de un columnista. Al escribir se siente, se vive, se disfruta; las horas se vuelven infinitas, se universaliza el pensamiento. Sé que en mi condición de columnista es más fácil escribir una columna diaria que una semanal, además se puede ser neutral más no indiferente; soy un lector que cree en el desorden organizado como visión de un mundo diverso. Al cierre de este espacio y al autocelebrar más de un año de columnista de este diario con “Ágora Razón”, mis energías seguirán fijadas a los buenos propósitos y anhelo de paz, concentrando mi preocupación por el buen manejo político de mi país, del departamento y de mi ciudad; estaré vigilante al establecimiento seguro de nuevos planes y proyectos sociales de desarrollo nacional ante el posconflicto, e invito a los medios de comunicación hablados y escritos a que se actué con el criterio de libertad de prensa y no con el falso sofisma de libertad de empresa que empobrece el pensar y la conciencia de mis compatriotas.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 04 DE OCTUBRE DE 2015
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