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NO MÁS FIRMAS NO MÁS GUERRAS

NO MÁS FIRMAS NO MÁS GUERRAS
  
  
  

  
  
  

Por Hugo Castillo Mesino

Aventurar en un país como el nuestro donde pensar se constituye en un acto subversivo, es una tarea reposada, reflexiva, mesurada y decidida que no podemos abandonar quienes somos amantes de la Paz y de la Reconciliación Nacional que tanto anhela el pueblo colombiano y que data desde hace más de medio siglo; esta brigada humana que se ha conformado por académicos, intelectuales, artistas, obreros, campesinos, amas de casas, partidos políticos, movimientos sociales etc. y que además cuenta con  el apoyo legitimado de la comunidad internacional, tiene como  misión específica  la de contribuir en todo lo posible, en la concreción de la firma de los Acuerdos de Paz en la Habana- Cuba, entre el gobierno y la insurgencia de la Farc y coadyuvar en la celeridad del proceso con el ELN.
Este propósito abriga la esperanza cierta de derrotar a quienes hablan de paz, pero asumen posiciones maniqueas y genuflexas recogiendo firmas en contra de los Acuerdo de Paz, tal como lo expresa en su condición de autor el Senador Álvaro Uribe Vélez en su campaña “proclama por la paz que queremos”, cuando afirma: "Si a los colombianos se les preguntara si quieren la paz, todo el mundo dice que sí, pero si a los ciudadanos les preguntan: ¿usted acepta que en el acuerdo de La Habana los responsables del secuestro de niños, del narcotráfico…? Muchos tenemos que decir: queremos la paz, pero no aceptamos esa impunidad…"; al Senador se le olvidó que en su gobierno aspiró a dialogar con esa misma insurgencia y se propició aún más la guerra que contribuyó a incrementar las cifras de más de 220.000 personas asesinadas entre 1.958 y 2.012, tal como lo señala el documento “¡Basta Ya! Colombia: Memorias de Guerra y Dignidad!“; otras estadísticas señalan que desde 1980-2010 se dieron las 40 masacres más abominables del país, ocasionando perjuicios en daños materiales y morales a miles de familias del campo y de la ciudad en todos los niveles, a las comunidades y  sus organizaciones, a las instituciones públicas y por ende a la sociedad colombiana en su conjunto, y que ha llevado a vastos sectores de la población indígena y de afro descendientes a la pérdida de su identidad, de sus manifestaciones culturales y sus formas de vida.


Es vox populi que el Senador Álvaro Uribe Vélez, recoge firmas en contra de los Acuerdos de Paz con las FARC, “atrincherado” con su “Resistencia Civil”,  invitando al pueblo colombiano a firmar y oponerse a los Acuerdos de Paz, argumentando  que estos impedirán que los guerrilleros vayan a la cárcel, lo que considera un "mal ejemplo que lleva a la violencia”. Al Senador se le olvida que estigmatizar y humillar a quienes están en medio de la guerra afecta el mundo emocional y psicológico de las víctimas y le ocasiona daños morales que irritan y afectan el honor y la reputación de las personas que tienen incidencia en la aptitud del pensar, del querer y de sentir.
El Senador padece de serias manifestaciones socio paticas, dado que se le olvida que ha sido autor de políticas públicas que terminaron afectando la estabilidad de los trabajadores. Que implementó un sistema de seguridad social que terminó privatizando la salud, pensión y trabajo, que acabó con la profesionalización de la Educación y que a través de un acto legislativo modificó la constitución reduciendo el presupuesto de la Educación y de la Salud. Senador usted, puede seguir desarrollando su campaña de firmas y asumiendo su postura de “resistencia civil”,  así vaya en contra de la memoria de esa “alma grande” de Mahatma Gandhi.  Pero de lo que estamos seguros es que al solicitarle la firma a miles de colombianos que le apoyen su desenfrenada campaña, más de miles de compatriotas le van a decir  que las firmas son “falsas y positivas” y los campesinos le van a reclamar que le firman si se le restituyen sus tierras y que fueron desplazados durante  su gobierno. Otros ciudadanos le firmaran solo con la condición que parte de su equipo de gobierno presidencial vuelva del anonimato a darle cara a las instancias judiciales que requieren de su presencia ante los estrados judiciales.
Senador la confrontación bélica y las guerras solo sirven para repartirse el mundo y el poder; considero que esos cuantiosos rubros deben estar destinados a la inversión social.  Senador usted no puede aparecer como el adalid o el salvador de  nuestro país manifestando ser el doliente más destacado. Senador Uribe, el Grupo de Memoria Histórica sobre los Acuerdos en la Habana-Cuba en su documento hace la siguiente consideración: ¿A quiénes concierne la guerra? “en la visión kantiana, el daño que se hace a una víctima es un daño que se le inflige a toda la humanidad. De allí el compromiso axiológico de protección a las víctimas, consagrado en las normas de Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario” y mientras usted sigue apostando a confundir a los colombianos con sus firmas  de guerra  con artilugios y  discursos besugos. Lo invito  a pintar a Colombia de vida y de Paz.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA

DOMINGO 12 DE Junio 2016
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