LOS ENDORFINOMANOS
Por Hugo Castillo Mesino
Solo hay dos opciones que atraviesan nuestras vidas y estas se presentan cuando nos toca afirmar o negar algo, pero hay diferentes formas de expresarlas y estas tienen que ver con nuestro estado de ánimo. Decidir es un acto sublime que depende de nuestra libertad y por ende de nuestra voluntad lo que implica ser auténticamente libre; dado que no hay libertad sin responsabilidad, de ahí que la mayoría de la gente por lo general siempre está esperando que decidan por ella olvidándose que la vida la tenemos enmarcada en un determinado sistema de gobierno el cual nos impone deberes, mientras luchamos para que nos reconozcan nuestros derechos, conduciéndonos a actuar con sello de mártir y llegando a aludir que los demás no nos comprenden. En correspondencia a lo afirmado, bien lo sustenta Miguel Angel Cornejo en su obra “El Compromiso Para Ser Líder” invitándonos a que aspiremos a alcanzar la Excelencia en todos los espacios donde actuamos asumiendo un cambio de actitud para poder realizar nuestros proyectos y no que los tracen otros. Lógicamente bajo la orientación del método socrático “Conócete a ti mismo” si es que aspiramos a conocer a los demás e influir en el liderazgo hasta llegar a formar liderazgos colectivos y crecer como líder de líderes, rompiendo de una vez por toda con la egolatría que niega la condición humana y obstaculiza el progreso y el bienestar.
Reivindicamos a los endorfinomanos como adictos del optimismo y conocedores de la realidad cambiante; a través de más fuerza y espíritu combativo, quienes ponen todo el empeño de realizar sus proyectos, sus sueños, sus utopias y no se quedan en paz hasta conseguir su objetivo propuesto. Esta posición tenemos que aplaudirla y tomarla como ejemplo estimulativo ante aquellos que se dejan llevar por el tiempo y por los vientos, obteniendo al final resultados vacíos difíciles de cambiar. Los hábitos vitales con que contamos los humanos no son más que toma de conciencia, antes que procesos mecánicos y repetitivos por donde transitamos todos los días. Si es que aspiramos a cambiar tenemos que tomar la súper-vitamina E que nos es más que la endorfina la cual consiste en “esperar lo mejor” ella nos dice que en el amanecer de cada día debe reinar la expectativa que anuncie que las cosas van a salir bien, que comprendamos con profundidad que es a nosotros el que nos corresponde hacer que las cosas como tal y no esperar que alguien nos resuelva los problemas.
Ahora bien estamos provistos de otra vitamina E que es la Energía que poseemos para superar los retos y luego alcanzar lo que deseamos. El mecanismo es sencillo; consiste en maximizar físicamente nuestro cerebro oxigenándolo para producir ideas, al igual que a la circulación sanguínea que debe fluir para obtener una buena resistencia y rendimiento. Entonces estamos en la búsqueda del rendimiento para alcanzar una condición adecuada, recordando que no podríamos tener hábitos conscientes sino poseemos voluntad y disciplina. Es importante destacar la Emotividad como Vitamina E la cual nos permite desarrollar una vida sana y afectiva para un buen desarrollo psicológico y tener claro que la antítesis del amor no es el odio, sino la indiferencia. Todos los seres humanos necesitamos dar y recibir caricias como una forma de confirmar nuestra existencia; es necesario reconciliar con los demás y olvidarnos sinceramente de los agravios tal como se expresa en estas reflexión “todo lo que saquemos del alma no sanara y lo que guardemos nos destruirá” esto nos invita a echar fuera de nosotros todos los sentimientos negativos y a la vez deshacernos de las frustraciones aclarando con las otras personas las situaciones que nos distancian, hacerlo significa tenernos autorrespeto y si no lo hacemos hablarlo con nosotros mismos y olvidarlo.
Otras de las Vitaminas E en nuestra condición de endorfinomanos es la Evolución, apoyada en la educación que sirve para hacernos crecer, romper mitos, supersticiones, aprender a vivir, hacernos más humanos descubriendo nuestras posibilidades; por tanto se requiere ser libre, dado que el ignorante vive esclavizado en su propia ignorancia. La educación representa nuestra renovación mental y eleva el nivel tecnológico, incrementa la comprensión y la visión conceptual para ubicarnos en la misión que debemos desarrollar y por ende nuestro compromiso con la sociedad. Por último la Espiritualidad otra Vitamina E que garantiza la renovación espiritual y el ejercicio eficaz de un liderazgo con nosotros mismos, con dimensión nuclear; de donde parten los principios, valores, verdades vitales, esto es posible a través de la lectura y la reflexión, actuando con moralidad y conciencia ubicándonos en el respeto de los valores universales los cuales son indispensables para construir una vida digna. En síntesis comprometámonos a partir de hoy en practicar diariamente los hábitos vitales para mantenernos siempre alerta a realizar acciones en cada situación, así como todo habito implica forzarnos al principio; así será la recompensa por haber consumido las Vitaminas E y de esta manera obtener el ADN espiritual como es “esperar siempre lo mejor”.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 12 DE MARZO 2017
0 comentarios:
Publicar un comentario