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PRIMERO DE MAYO: UNIDAD Y CAMBIO


PRIMERO DE MAYO: UNIDAD Y CAMBIO



Por Hugo Castillo Mesino

Si todos los nacionales enarboláramos las banderas de los mártires de Chicago en un día histórico como fue y es el Primero de Mayo cantando al unísono el Himno de la Clase Obrera La Internacional, alzando nuestras voces: “No más deberes sin derechos, ningún derecho sin deber…”, “Arriba los pobres del mundo…”, comprenderíamos la necesidad de darle otro enfoque a las marchas programadas a lo largo y ancho del territorio nacional; lo que nos permite hacer un rediseño a las motivaciones para movilizarnos y ampliar el discurso sin perder de vista las reivindicaciones propias de la clase obrera haciéndolas extensiva a otros sectores de la vida nacional. Cabe recordar que la conmemoración del Primero de Mayo corresponde al acontecimiento histórico trascendental de lucha de la clase obrera reivindicativa por la disminución de la jornada laboral de doce horas a ocho horas, sintetizadas en la consigna: “Ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa”. Reivindicación enmarcada en la lucha contra el sistema capitalista heredada de la Comuna de Paris, rompiendo con la concepción de que la fuerza de trabajo era una mercancía sujeta a la oferta y demanda al capricho de la acumulación del capital.

Esto es importante tenerlo en cuenta para poder acercarnos a la comprensión de la situación actual en que se debate la clase obrera y trabajadores en su conjunto en las nuevas dinámicas de desarrollo y expansión del sistema capitalista mundial y su expresión en el plano de nuestra Nación: Las estadísticas del mercado laboral denotan una tendencia decreciente del empleo y cuando se da la posibilidad de éste, su vinculación es tercerizada, incrementando solo la rentabilidad de las empresas con la reducción de costos pero incrementando la precarización de los trabajadores, implicando a su vez la castración al derecho de asociación sindical, tal como en su letra lo establece la Constitución Nacional y los Códigos Legislativos correspondientes. Si no se comprende que esto es un resultado inherente a la médula ósea del sistema capitalista, difícilmente podrá trazarse una estrategia de movilización que trascienda la lucha reivindicativa económica hacia la lucha antisistema, lo que permita una ruptura con la dinámica simplemente contestaría o reactiva inmediatista a las acciones del Estado capitalista.

La historia nos enseña a posicionarnos en el significado de la clase obrera y a obtener de ésta experiencias que se traduzcan en hechos donde la ciudadanía haga suya la participación masiva más allá de este día dando a conocer las demandas y necesidades de todos los sectores de trabajadores, donde se asimile que los problemas y las reivindicaciones que se encarnan no son exclusivos de éstos sino del conjunto de los sectores poblacionales excluidos del bienestar social y económico por los dueños del poder capitalista en el país; lo que obliga al imperativo de jalonar y comprometer al pueblo en la lucha por la igualdad de oportunidades, el respeto y la garantía de sus derechos económicos, sociales, culturales y políticos. Es decir, el Primero de Mayo, en consonancia con las condiciones de la lucha contemporánea, debe pasar de ser un escenario de movilización obrera a un campo de movilización popular por las transformaciones para la construcción de un nuevo país, de una nueva sociedad y de un nuevo modelo económico alternativo al capitalismo; donde logren expresarse todas las organizaciones sociales, culturales, políticas y corrientes de pensamiento que propenden por el Cambio con base en la estructuración de la mayor unidad posible. Si algo enseña la historia del Primero de Mayo es del peligro a idealizar exclusivamente a un protagonista, cuando esta fue construida no solo por obreros sino también por personas comunes y corrientes que no proclamaron otra cosa que aspirar a salir de la situación de miseria y explotación a que el sistema naciente los sometía.

Colombia es un país de obreros, campesinos, indígenas, raizales, afros, comerciantes, artesanos, pequeños empresarios, profesionales precarizados, académicos, intelectuales, artistas y otros que forman parte de esa gran masa poblacional e inconforme relegadas de las mieles del desarrollo apropiado por el uno por ciento de la población y que anhela por la creación de espacios vitales de participación democrática que, aquí y ahora, estarán representados en la movilización vigorosa, beligerante y ejemplar del Primero de Mayo. Y para ello, las organizaciones convocantes deben estar sintonizadas en propósitos unitarios que lleguen a todos los sectores valiéndose de la creatividad y medios comunicacionales que despierten una verdadera simpatía y emotividad para el despertar y la participación, afianzándonos en la consigna precursora y comprometedora de sueños de que “si no inventamos desaparecemos”. Ahora la tarea a desarrollar es repensar y revivir las enseñanzas de la historia del Primero de Mayo con todas sus connotaciones sociales, económicas y políticas a través de invitaciones a foros, tertulias, entrevistas radiales y talleres con el propósito de elevar el nivel de conciencia cualitativa de la clase trabajadora que redunde en la Unidad popular por la creación de una nueva sociedad.

PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA

DOMINGO 23 DE ABRIL 2017
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