Por Hugo Castillo Mesino
El encuentro de la vieja guardia de la UA
estuvo antecedido de llamadas y de notas por WhatsApp que iluminaban la tarde
marcada por las manecillas del reloj. Le dije al taxista: “por fin llegamos
donde me esperan amigos que no veo hace rato y a otros hace 36 años”. Ahí
estaban los compañeros, estudiantes de siempre, ahora profesionales, con quienes
aprendí a desafiar el viento, a jugar con el tiempo y escucharnos entre voces
de alegría y de desconsuelo, poseídos de utopías dibujadas en el lienzo
imaginativo de las ideas, proyectos, arrebatos y locuras creativas para cristalizar nuestros sueños como estudiantes al
son de la lucha, del debate y de la parodia, bailando entre la musicalidad de
la gente en las calles y desde las aulas hasta llegar a proponer y defender los
derechos ciudadanos, agitando nuestra consigna histórica: “La Universidad será
lo que nosotros queremos o no será Universidad”.
Las horas en su trasegar con el deleite etílico
y la música de la vieja guardia cargaron la tarde y la noche de comentarios,
anécdotas, cuentos, dramas, aventuras y también afloraron los apodos que nos
hacían revivir un pasado que nos integraba más como los irreverentes de esa
época, anarquistas o independientes o como la vanguardia en liarnos en la
búsqueda del poder universitario y no pare de contar. Pero también hubo tiempo
para recordar a los grandes amigos que el viento se llevó, a otros que la
naturaleza de la vida los mantiene ausentes; no obstante, nos produjo nostalgia
al enterarnos que algunos partieron hace poco. Al final, terminamos alegres en
ese gran encuentro que nos oxigena para seguir viviendo.
Luego, surgió la idea del cómo evaluar las
Utopías de la UA; tomadas de un pasado, convertidas en un hoy, para que desde
sus adentros respondieran ahora los ingenieros, economistas, químicos,
licenciados, abogados, escultores, etc., la pregunta: ¿Cómo evalúan ustedes
este evento después de 36 años donde departimos e intercambiamos situaciones de
naturaleza diversa que nos hacen liberar el alma y nos ponen a evidenciar
momentos felices con deseos de seguir viviendo y con una dosis de locura
creativa donde vuelen los espíritus, nos sacudan las anécdotas, las travesuras nos
arriesguen, los cuentos nos hilaricen, dentro de un ambiente de camaradería…?
¿Cómo les parece?
Seguidamente se levantaron las voces
manifestando que fue “un encuentro de hermandad, de regocijo y de afecto de
viejos tiempos”; “Muy bacano, muy chévere, muy bonito, muy fraternal”; “Excelente,
lástima que no lo volvamos a hacer tan pronto”, aunque algunos proponían que
dentro de 30 años; “Es muy bueno ver caras, ver pensamientos, ver ideas, pero
sobre todo es que seguimos con las mismas ideas como cuando éramos jóvenes”; “La
grandeza del pasado cuando uno a estas alturas de la vida mira un poco hacia
atrás en forma retrospectiva y reconoce que todo lo que ha transcurrido durante
todo este tiempo ha tenido que ver con ese pasado”; “Alegría del reencuentro,
madurez del pensamiento, donde encontramos compañeros que teníamos más de 30
años de no vernos y eso representa para nosotros un regocijo del espíritu y eso
significa que hemos vivido”.
Seguimos brindando con sabor etílico en medio
de las respuestas: “Este es un momento mágico, increíble, de una u otra forma
con compañeros que han caído y podemos decir que hacemos parte del grupo de los
sobrevivientes, es un momento mágico”; “Nojoda, es una vaina bacana encontrarme
con los amigos, con las panas, es una parte de mi vida, más que amigos somos
hermanos que hemos encontrado y ojalá este momento se repita lo más pronto posible”;
“Todos ustedes nos marcaron y dejaron una huella como compañeros al recordar
esa época”; “Sería absurdo decir que no es agradable este momento de
reminiscencia, de recuerdos, donde todas las personas tienen mucha historia y
esta historia es válida para esta alegría momentánea de fin de año”; “Eso es
suyo, yo espero el resultado simplemente”.
La música seguía marcando las respuestas de la
pregunta inicial: “Más que todo lo que puedo decir es cuanto nosotros hemos
crecido, con madurez con más capacidad de racionalizar y mirar el mundo y saber
hacia dónde vamos. Antes no sabíamos para donde íbamos, hoy tenemos la
capacidad de saber hacia dónde vamos”; “Fundamental este encuentro, ese calor
humano que surgió en esa época está vivo, solo que a la distancia nos ha
alejado, pero que cada uno de nosotros sigue la llama de ese ser humano, de esa
humanidad y de ese liderazgo en su campo de acción. Me parece fabuloso que esa
formación que asimilamos en la U como la de ese ser críticos, analíticos, sigue
permanente”; “Muy agradable el encuentro porque me permitió mirarme en el
espejo del pasado”. Repensemos la UA y salvémosla de los lobos esteparios y del
canibalismo económico que no permiten que la juventud dibuje sus sueños.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 05 DE ENERO DE 2020
Excelente, Hugo.
ResponderEliminarEsta columna es historica.