A BARRANQUILLA LE FALTA AIR-E
Los usuarios de los servicios de energía eléctrica de la Región Caribe en los departamentos del Atlántico, Magdalena y la Guajira, han sembrado esperanzas con la llegada del nuevo operador del servicio de energía eléctrica, AIR-E, en remplazo de Electricaribe qué dejo sin aire a los consumidores con las disfrazadas alzas de tarifas, inoculando la política del gota a gota, donde no se ve ni se siente, pero se padece por los altos costos del servicio reflejados en los recibos de cobro mensual; quitándole la capacidad de sueño a los usuarios por los apagones sistemáticos que no han desaparecido; más bien, las cosas siguen siendo iguales o peores, sobre todo cuando semanalmente suspenden discriminadamente el servicio de energía eléctrica a la unidad familiar, a micro empresas, argumentado el cacareado mantenimiento, sin previo aviso, afectando el bienestar general.
Al parecer la esperanza no es verde, sino oscura, dado que en cualquier momento se da la suspensión de la energía y no les importa si es de noche, de día o de madrugada, menos si esta acción produce un disgusto colectivo. No hay derecho que esto ocurra en una ciudad bautizada burocráticamente como la “Ventana del mundo”, despojándola de su arraigo o símbolo histórico como la “Puerta de Oro de Colombia”, perdiendo su pujanza y desarrollo, reemplazada por la “cultura del pavimento”. No obstante, el servicio de energía eléctrica en los últimos años sigue haciendo mella sin que autoridad alguna intervenga en la mediación de este problema de nunca terminar; las autoridades se hacen los de la vista gorda, dado que los operadores le prestan un servicio al alcance de los señores que ostentan el poder y sus aliados del sector financiero al contar con circuito especiales para sus hogares y empresas garantizándoles energía suficiente.
Por tanto, a los amos y señores de la mole ciudadana les importa un bledo que la gente de a pie se queje hasta el extremo de constituirse en víctimas por los altos voltajes, con el diabólico juego de suspender y reactivar la energía eléctrica hasta quitarnos el sueño, mientras otros duermen plácidamente, a costa del pago del servicio eléctrico ponderado anualmente que nos tiene hasta la coronilla. Estamos pensando, no sé si por ingenuidad o por exceso de confianza, que AIR-E nos dé un aire de tranquilidad replanteando su conducta administrativa y garantizando el servicio a la ciudadanía, informándole a través de campañas de difusión en las localidades o en los barrios, dejando de hacer esta operación arbitraria e irracional.
El domingo 21 del presente mes, la empresa AIR-E suspendió el fluido eléctrico a las 8:15 a.m., reactivándolo a las 12 a.m., sin mediar alguna información; luego, el miércoles 24 del mismo mes a la 1:00 a.m. vuelven a suspender el servicio en un sector del Centro Norte Histórico hasta por tres veces y en nociones de segundos se reactiva y lo suspendían en forma intermitente; esto implica que los electrodomésticos por el alto voltaje sufrieran deterioros o daños totales, empezando por caracterizar lo hornos microondas con afectación de las guías, la tarjeta, los fusibles; la computadora con el detrimento de la tarjeta y el circuito del cable del adaptador de corriente; la nevera con el desperfecto de la unidad por el alto voltaje; el abanico al quemarse los bujes; el aire acondicionado con daños en el compresor; los bombillos con la quemada de los filamentos o el circuito; el daño del televisor en el sistema y la tarjeta; las cámaras de seguridad deteriorando el regulador o transformador.
La empresa AIR-E debe proveer a los usuarios de reguladores de corriente ante la energía que entra a los hogares de 110-220 voltios y no esperar las fuertes brisas y lluvias con visión determinista y sin planeación, negando el alcance de la tecnología de punta que contribuye a cambiar el sistema de cableado y desterrar las telarañas en los barrios y en el centro de la ciudad, convertidas en un enredo donde se han envuelto ciudadanos desprovistos ante el alto voltaje como víctimas. También debe tomar medidas eficaces justa y a tiempo ante los apagones que ocurren, cuando la energía de una estación local no se desconecta, debido que se puede operar con el mínimo de energía. De lo contrario iría en detrimento del bienestar social ciudadano. AIR-E no ha hecho otra cosa que trabajar sobre los insumos que le dejó el operador anterior; es hora de reingenierizar sus servicios y paradigmas administrativos. AIR-E debe empezar a cuantificar los daños de electrodomésticos y otros conceptos.
La aspiración de la ciudadanía es seguir reivindicando ante los gobiernos local y nacional, al igual que ante la Superintendencia de Servicios Públicos, atendiendo que la empresa le pertenece al usuario- contribuyente, debido a que su infraestructura es una inversión estatal. Repensar AIR-E para que la ciudadanía tenga aire que respirar.
LUNES 29 DE MARZO DE 2021
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