LOS DESPLAZADOS APLAZADOS
Por Hugo Castillo Mesino
Después de sufrir las inclemencias del tiempo logran escapar los labriegos azotados por las botas de los escuadrones de la muerte, despojados de sus terruños sin un pedazo de pan y un centavo en el bolsillo, sus cuerpos marcados por las torturas de la injusticia, amenazados, sin tierra para cultivar sus sueños; luchando para sobrevivir salen del campo que los vio nacer y parten a las ciudades donde no pueden respirar turbados ante la indiferencia del otro, pintando una esperanza sin color, observando un matiz de corrupción ante el gobernante arrogante que no los quiere ver, volviéndose irreconocibles ante los depredadores de turno bendecidos por la infamia y la mentira que los llevo a gobernar. Sería bueno que se registrara y publicara: ¿Cuántos de ellos están con huesos partidos, mutilados, con un solo ojo y han perdido el habla, solo por luchar por sus tierras y parcelas, hoy en manos de consorcios, transnacionales y empresarios colombianos?
Esa polis inhumana revestida de hipocresía por maquiavélicos gobernantes dura por la vida y el pavimento, donde la arena y la vegetación se la come el cemento. Allí siguen apostados los desplazados a lo largo y ancho por calles, avenidas y en las afueras de las ciudades, en forma inmisicorde ante las horas de hambre y penurias, comiendo de las basuras y los residuos producto de las ganancias de burgueses y oligarcas; mientras, los desplazados vegetan sin poder volver a escuchar y contemplar el canto de los pájaros, jugar con las aguas de los ríos, y vivir como nace la mañana y muere el atardecer en la exquisitez del campo. Sus pasos errantes y voces irreconocibles se sienten; convirtiéndose en bichos y ácaros contaminantes ante el andar de la gente, que los observan al parecer como si hubiesen renunciado a ser humanos, mientras los días y años transcurren alimentados por la rutina sin solución alguna, ante el falso y descabellado discurso por los amos del poder, que solo saben hablar de los manjares y delicias del presupuesto y sus estratagemas depredando y robando sin piedad a la Nación.
Parece darnos vergüenza nuestra impotencia ante aquellos cuadros de humanos desplazados con alma y vida, quienes han perdido la noción del tiempo al no poder seguir soñando con las estrellas y la apuesta del sol, atropellados por circunstancias de gobiernos que denotan paliativos estadísticos e informes de buena voluntad. Señor Presidente, Alcaldes, Gobernadores, Parlamentarios, Diputados y Concejales, a ustedes no les asombra cuántos de esos desplazados han desviado su conducta y algunos están en las cárceles por buscar el sustento de los días y entretanto sus discursos de aprobación de presupuestos y planes de desarrollo solo hablan de vías y carreteras y de algunos programas sociales mitigantes; donde la participación porcentual de los contratos y los intermediarios del fisco son altísimos, acrecentando la mal llamada “Cultura Nulesca de la Corrupción”. O, acaso gobernantes, les preocupa la Madre Patria y las voces de los niños con sus padres cuando huyen de la muerte y dicen implorando: “¿Cuánto falta, Pa?, ya estoy cansando y tengo sueño”, “Camine, camine rapidito, mijo y no pregunte tanto”, dicen sus padres, “ya casi llegamos, estamos a medio camino”. Escuchen, ya se habían llevado a su madre, de pronto llegan a la ciudad y allí obtendrán una credencial que les aseguraría una vida errante y eternamente borrascosa.
Ojala el apoyo del pueblo por el SÍ al Plebiscito a las firmas de los Acuerdos de La Habana-Cuba y el posconflicto posibiliten a este sector de desplazados reivindicaciones como la formalización y devolución de sus tierras volviendo a sus pueblos con garantías, dejando atrás los cambuches, ocupando su papel de nacionales productores, haciendo aportes a la seguridad alimentaria y proveyendo a las grandes ciudades. Para ello es importante resaltar algunos de los apartes de los Acuerdos de La Habana-Cuba que son inherentes a los desplazados, tales como: la Política de Desarrollo Agrario Integral Social y Económico, acceso y uso de la tierra, infraestructura, adecuación de tierras, desarrollo social con estímulo a la producción agropecuaria, economía solidaria y cooperativa, asistencia técnica, subsidios, créditos y formalización laboral.
Cabe recordar que la propuesta de Reforma Agraria Integral que se viene planteando en los Acuerdos de La Habana-Cuba, tiene su origen a mediados de 1958 donde se firmaron tratados de paz con todos los guerrilleros, que finalmente se aprobó la Reforma Agraria de 1961 y la Ley 160 de 1994, que creó el Sistema Nacional de Reforma Agraria y Desarrollo Rural Campesino. Según la Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados, Colombia es el país con más desplazados en el mundo. Históricamente los terratenientes colombianos han utilizado su poder político local y han establecido fuertes lazos con ciertos poderes militares del Estado que hoy están opuestos al Proceso de Paz. El asunto es que las inversiones que se hagan en el sector rural favorezcan a los desplazados y a los labriegos y no se convierta en otra mermelada de los sectores políticos de la “Unidad Nacional”
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 31 DE Julio 2016
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