EL PROCESO DE PAZ
Por Hugo Castillo Mesino
Es dilemático empezar a escribir cuando son miles las miradas que surgen sobre cada una de las palabras que se plasman y que al final nos conciernen a todos cuando hablamos de la paz, por evidenciarse conceptos y opiniones que de una u otra forma en su intencionalidad estarán acordes con las disciplinas, las ciencias, la religión y con la visión de los tratadistas de Derecho Internacional; pero, para el caso que nos ocupa prefiero apoyarme en lo que esboza Estanislao Zuleta en su libro "Lógica y crítica" cuando retoma a Platón señalando que el problema de las opiniones se puede formular así: "Una opinión falsa se puede producir cuando nosotros confundimos algo que conocimos con algo que no conocemos". Prefiero seguir transitando en el tiempo y en el espacio de los acontecimientos que surgieron desde la época de la Primera Gesta Emancipadora de nuestra historia dirigida por Simón Bolívar, sin olvidarnos que para ese entonces el Estado Mayor condenó a muerte a Piar cuando luchaba contra la escltavitud; sentencia que fue admitida por el Libertador; al igual que al lider indigena Agualongo, quien comprendió que con los criollos los indios la pasarían peor que con los españoles, siendo condenado y tambien fusilado.
Comprendiendo la dinámica histórica que ha tenido nuestra Nación donde se registran situaciones y conflictos entre gobiernos e insurgencias, se suma a este panorama el asesinato a hachazos en la puerta del Capitolio Nacional de Rafael Uribe Uribe quien participó en la "Guerra de los Mil Días"; después de firmar el armisticio, fue senador y diputado, participó en las huestes liberales rebeldes. La historia sigue marcando hitos, la esperanza de renovación política y social del pueblo es ahogada en sangre el 9 de abril de 1948 con el magnicidio de Jorge Eliecer Gaitán, quien planteaba con responsabilidad y dignidad que la lucha no era entre partidos sino de clases, que había que procurar que los ricos fueran menos ricos y los pobres fueran menos pobres. Nueve años después es ultimado a balas el exguerrillero liberal Guadalupe Salcedo, quien encabezó la resistencia contra la violencia conservadora, a pesar de haber participado en el proceso de reinserción de la época.
Cuando leemos a "Cien años de soledad" no descansamos en pensar el mágico mundo de Macondo que es nuestro mundo en el cual siempre están a flote las guerras que han sido más de 32 y los fusilamientos como en los tiempos del Coronel Aureliano Buendía. Aún el tiempo no se detiene y los gobiernos del Frente Nacional no cesan en la conciliación de sus partidos más no de la Nación, cuando por el contrario se repartían entre ellos la torta burocrática cada cuatro años, parodiando la canción de la Fania: "Quítate tú pa' ponerme yo"; un "Frente Nacional", tal como lo expresa William Ospina en su libro "Pa' que se acabe la vaina": "La mera pregunta de los críticos los constituia en enemigos del orden social", tal vez legitimando el carácter absolutista del Frente y sus partidos, negando el acto de disentir como una variable de la democracia.
Sin pretender hacer disquisiciones históricas, en nuestro país durante las 3 últimas décadas se han desarrollado procesos de diálogos y armisticios con la insurgencia que culminaron con la reinserción política de algunas organizaciones, mientras que otras estuvieron signadas por el fracaso, paralelo al fortalecimiento de una política de corte militarista, por adversos o enemigos de la paz quienes suelen ofrecer tranquilidad a la ciudadanía, como quien da gato por liebre.
En la conciencia colectiva de los ciudadanos debe predominar la voluntad de paz inherente a su naturaleza social, al igual que la voluntad politica y compromiso por parte del Estado. Está connotacion es diferente a la situación de algunos paises de América Latina que tienen una densidad poblacional alta con estamentos militares regulares, a diferencia del nuestro donde su densidad poblacional es baja y su estamento militar es alto, enmarcándose de esta forma una desproporción en el gasto público, cuando se trata es de incrementar inversiones sociales en sectores determinantes como salud, educación, agro y otras nescesidades que demanda la sociedad.
Es válido hacer aproximaciones históricas sobre la paz, dada su complejidad, por los factores y actores que en ella intervienen; por tanto, para seguir ilustrando y visionando retomo a Fernando Savater en su “Diccionario del ciudadano sin miedo a saber”, y señalo textualmente: "La paz es la renuncia de los ciudadanos y de los paises a utilizar la violencia unos contra otros y la decisión explicita de someterse a leyes comunes "; ahora nos corresponde seguir defendiendo nuestras libertades para que la paz sea posible.
La paz implica una reflexion profunda, por las tendencias, enfoques que ella enmarca, no ostante desde lo lejos se puede observar mas claro, depende también dónde estamos situados y cómo nos movemos; para ello, mis miradas sobre las aproximaciones de la paz como escenario social, los diálogos y el postconflicto los sustento sobre tres tópicos fundamentales: 1) El reconocimiento, la defensa y la garantía de los Derechos Humanos en todas sus dimensiones; 2) la reivindicación de principios y valores para la convivencia humana; y, 3) la asunción de una actitud dialógica comunicativa para la superación de los conflictos en democracia. Entonces, será esto lo que exhortara a la sociedad civil y al Estado a implementar una politica con una cultura para la paz.
Es tiempo de finalizar por el comienzo de las lineas que abonaron el camino, que con mis pasos, termino expresando lo que sabiamente dijo Estanislao Zuleta: "Sólo un pueblo maduro en la vivencia de su conflicto, es un pueblo maduro para la fiesta de la paz "; será que ¿podremos vivir juntos?
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 24 DE AGOSTO DE 2014
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