¿Acaso haber leído a José Martí, Simón Bolivar, José Antonio Sucre, Ernest Hemingway, Joseph Stiglitz y centenares de libros y ser consecuente con los autores y sus aportes NO conduce al hombre a universalizar sus ideas y contribuir en la solución de problemas sociales y políticos que aquejan a los países y al planeta? El Comandante Fidel Castro no fue indiferente a este reto; por el contrario, Es y Será superior en la historia como viviente líder y personaje de dos siglos donde transitó. Hoy, millones de hombres y mujeres lo valoran como un forjado luchador, estadista, politólogo, internacionalista, humanista y símbolo de la Revolución Cubana y de los pueblos liberados y de otros que emancipan cambios estructurales.
Fidel desde su infancia, a pesar que su padre fue analfabeto, mantuvo su espíritu rebelde desde su propio hogar en Birán y luego asistió a la escuela en Santiago, internado por muchos años en La Habana; se compadecía cuando los trabajadores hacían colas en las proximidades de los cañaverales sin que nadie les llevara una gota de agua, ni desayuno, ni almuerzo, ni albergue, ni transporte; le llamaba mucho la atención ver a los muchachos descalzos, brindándoles comida sana de excedente. Nunca discriminó a los negros; fue amenazado por sus padres para llevarlo a un reformatorio en La Habana por su rebeldía justa y solidaria con los niños y jovenes pobres.
A Fidel le gustaban las novelas del oeste y coleccionaba postalitas que hacían alusión a la guerra de Etiopia; desde temprano estuvo informado de los acontecimientos históricos, empezando por la guerra civil española en la época de Franco, la Batalla de Madrid marcada con la paliza que le dieron los republicanos a los soldados de Mussolini en Guadalajara, situada en la península ibérica; conocía sobre los preámbulos de la Segunda Guerra Mundial empezados con las guerras de las derechas apoyadas por Hitler y Mussolini y las izquierdas por la Republica Española y la Guerra de Etiopia. En su condición de gobernante fue un crítico de la religión católica por estar a espaldas de la nueva realidad de la política cubana, tal como lo expreso en la entrevista que le hizo Frei Betto en su libro “Fidel y la religión” y al leer la biblia infirió que el Antiguo Testamento está plagado de guerras y tratan de ocultar las razones humanas que las provocaron. Los referentes enunciados influyeron más tarde en su vocación como un estratega político-militar que le permitió diseñar y librar las confrontaciones propias de la revolución.
Fidel perteneció al excelso grupo de insurgentes míticos como: Nelson Mandela, Ho Chi MI, Patrice Lumumba, Amílcar Cabral, Che Guevara, Carlos Marighela, Camilo Torres, Turcios Lima, Mehdi Ben Barka quienes persiguiendo un ideal de justicia se lanzaron pensando en cambiar un mundo de desigualdades y discriminaciones. Lidiar con diez presidentes estadounidenses y con líderes principales que marcaron la marcha del mundo después de la Segunda Guerra Mundial (1.945) y haber conocido algunos de los principales intelectuales y artistas de nuestro tiempo, conceder cinco conversaciones largas que le han dado la vuelta al mundo en más de cincuenta años de lucha ante Gianni Mina (dos), Frei Beto, Tomás Borges e Ignacio Ramonet y otras cortas, en especial a su amigo Gabriel García Márquez; son más que razones suficientes para saber del talante de quien Es y Será el hombre que deja una huella indeleble con su expresión revolucionaria ante la injusticia: “La historia me absolverá”.
Fidel Es y Será quien apoyó a las guerrillas en América Central, del Sur, sus tropas participaron en las guerras de Etiopía y Angola, en la derrota de las élites de la Republica de Sudáfrica, lo cual acelero la caída del regimen del Apartheid que acentuaba las diferencias entre blancos y negros; esta posición es inherente a otros líderes pero no lo hace con el espíritu de los perros de la guerra que se muerden como jaurías humanas, Fidel lo hizo siempre con espíritu de solidaridad ante los débiles y maltratados del mundo. Razón tiene Ignacio Ramonet cuando en su libro “Fidel Castro, biografía a dos voces”, afirma que: “Le guste o no a sus detractores, Fidel Castro tiene un lugar reservado en el panteón mundial de las figuras que con más empeños lucharon por la justicia social y que más solidaridad derrocharon en favor de los oprimidos de la tierra”.
Retomo de Fidel la pregunta que se hace cuando dice: “¿Cuál es la ética de un revolucionario?”. Todo pensamiento revolucionario comienza por un poco de ética. Lo que Fidel Es y Será es que sigue diciéndole a muchos de los que dudan o nos condenan porque tengamos determinadas ideas y es que mediten cómo este pequeño país ha resistido más de medio siglo las embestidas de la más poderosa potencia. Fidel siempre fue hostil al culto de la personalidad y lo hacía cuando se trataba de algún acto conmemorativo, entrevista o en los encuentros internacionales donde su presencia era considerada como una vedette política.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 04 DE DICIEMBRE 2016
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