FACEBOOK LIVE

Latest Posts:

DEMOCRACIA DESDEMOCRATIZADA

DEMOCRACIA DESDEMOCRATIZADA
       



Por Hugo Castillo Mesino


A través de los tiempos se ha venido desarrollando un proceso de involución de la democracia liberal, lo que ha contribuido a alejar la posibilidad de democratizar la democracia. El neoliberalismo ha penetrado en las sociedades contemporáneas valiéndose del colonialismo y acrecentando el racismo, la xenofobia, la desigualdad y otros fenómenos de discriminación que contravienen los Derechos Humanos, como los derechos sociales y políticos, afectando a grandes sectores poblacionales en sus distintas formas de expresión y movilización. Situación manifiesta también en su proporción en gobiernos considerados o que se autodenominan de corte “progresista”, quienes no han dudado en golpear a campesinos, indígenas y afros cuando se han levantado a protestar contra las empresas multinacionales, aliadas económicas de los gobiernos, que atentan contra sus condiciones de vida y del medio ambiente con proyectos extractivista de los recursos renovables y no renovables, tildándolos de “salvajes endemoniados” y “obstáculos al desarrollo”, en clara alusión a prejuicios racistas no superados.

A esta patología de la democracia, las Naciones Unidas han venido manejando el concepto de “seguridad humana”, donde se debe vivir sin miedo y sin necesidades vitales por cumplir; no obstante, este concepto se transformó en políticas de vigilancia llamadas “seguridad nacional”, donde los ciudadanos son causa de sospecha como “sujetos peligrosos” a los que hay que mantener vigilados. Este es otro signo más del deterioro de la democracia y de la negación de la misma. El neoliberalismo en su dinámica, como imperativo global negativo, va en contra de la deliberación democrática cuando se opone a las políticas públicas de salud, educación, cultura, argumentando que éstas van en contravía del presupuesto nacional y por eso las tasas de la deuda soberana se incrementan, no siendo más que un chantaje que busca favorecer la inversión del capital privado; aumentando el despotismo donde las sociedades son políticamente “democráticas” pero socialmente fachistas. La democracia cada día se ve mermada en su concepción filosófica-política a través del totalitarismo gradual donde los ciudadanos tienen menos oportunidades para deliberar, mientras se amplía el espacio para la participación parapolítica dentro de las instituciones del Estado. Esto se manifiesta en una ciudadanía excluida y en una escasa participación de incluidos, prevaleciendo el ingreso económico de los ciudadanos sobre la lucha por la democracia que debería estar en primer plano.

En el momento posicional se plantean dos formas de participación que podrían articularse: la democracia representativa y la democracia participativa. Pero, a la vez, la ciudadanía manifiesta en la primera no sentirse representada por sus “representantes” y en la segunda se debe luchar por el cambio de las instituciones desde la calle, combinando la acción ciudadana en la búsqueda de los poderes locales y centrando su atención en las decisiones nacionales, en una relación recíproca entre lo local y lo nacional.

Cuando el interés se centra en el fortalecimiento de la democracia, ¿a qué obedece que gobiernos de talante “progresistas” o, mejor, “postneoliberales” hayan perdido vitalidad y se desmoronen cuando llegan al poder? O será que en su afán de controlar todo se olvidan de la relación dialéctica entre política y gobierno, acordándose sólo de sus amigos y olvidándose del grueso de la ciudadanía que hizo viable su ejercicio de gobierno, cumpliendo la máxima de que los movimientos sociales son útiles en la medida en que estén de acuerdo con las políticas de gobierno, de lo contrario hay que reprimirlos y judicializarlos; perdiendo de vista que crean así las condiciones para que la ciudadanía descontenta sea canalizada por sectores políticos adversos, fundamentalmente de derecha.

El momento que nos asiste en relación con los Acuerdos de Paz y el postconflicto en nuestro país amerita reivindicar la democracia en su máxima expresión, concibiéndola como la participación activa y beligerante de la ciudadanía desde el primer día y sin descanso en respaldo a los mismos y en la deliberación de su implementación para que no sea aprovechada por las fuerzas hostiles que tienden a neutralizar y acabar con la vitalidad política de los movimientos sociales; previniendo que organizaciones no gubernamentales de desarrollo en asocio con multinacionales entren por los rincones de la geografía nacional a dirimir los conflictos pretendiendo reemplazar la dinámica de la movilización organizada de la población desviando los objetivos connaturales de estos sectores sociales, cuando en el fondo lo que pretenden es convertir los viejos espacios del conflicto armado en rincones estratégicos para el desarrollo de sus intereses económicos privados y foráneos.

Colombia cuenta con una Constitución donde se expresan diferentes formas y mecanismos democráticos que permiten a través de la democracia participativa plantear una reforma constitucional por medio de una Constituyente que fortalezca la defensa de los Derechos Humanos, compartir la economía capitalista con la economía solidaria protegida por el Estado a través de las Cortes, desarrollar una democracia intercultural acorde con el fenómeno participativo e integrar constitucionalmente las garantías y estabilidad de lo aprobado en los Acuerdos de Paz, ubicando a nuestro país en un ejemplo de creatividad política, justicia social y paz.

PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 5 DE MARZO 2017

Share on Google Plus

About hugo castillo

This is a short description in the author block about the author. You edit it by entering text in the "Biographical Info" field in the user admin panel.
    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comentarios:

Publicar un comentario