FACEBOOK LIVE

Latest Posts:

CARICATURA DE LOS CANDIDATOS

CARICATURA DE LOS CANDIDATOS


Por Hugo Castillo Mesino

Es controvertible en el ámbito político definir lo que significa una caricatura de los candidatos a las diferentes corporaciones públicas, máxime si estamos próximos a eventos electorales a la Presidencia y al Congreso de la República. Podemos empezar afirmando que en lo político la caricatura se refiere a las decisiones u opiniones sobre la política en general, criticando, exagerando o ridiculizando el perfil de sus protagonistas, como resultado de la valoración que se hace de sus propuestas y acciones y su coherencia o correspondencia con la realidad en la que se inscriben. En términos más claros, los candidatos, por lo general, no hablan sobre sí mismos y cuando se les concita a hablar sobre ellos exhortan a que otros hablen por ellos. Al parecer estarían invocando el hecho de que no se conocen a sí mismos; lo cual lleva a inferir que lo que transmiten y proponen no tiene autenticidad, sino más bien seguir incubando la mentira como forma de manipulación a sus electores.

Parece que estos candidatos retomaran el texto Galeno de Pérgamo “De las pasiones y errores del alma”, donde señala que “para decir la verdad sobre sí mismo y conocerse, uno necesita a otro a quien debe buscar un poco de cualquier parte, con la condición de que sea un hombre de edad y serio”. A diferencia de muchos candidatos que no requieren de ningún tipo de asesoramiento, sino la definición de ser inscrito por un movimiento o partido que le da la responsabilidad de ser administrador de su propia campaña, de simular un perfil y de presentar una plataforma programática distante a la función que le corresponde desarrollar; en términos generales, son marionetas o títeres que se someten a respaldar a toda costa la sostenibilidad económica de las grandes inversiones que hacen los tahúres o mercenarios de la política local, regional y nacional. Tal vez, reafirmando la sentencia maquiavélica de que “el fin justifica los medios”.

Las caricaturas de estos candidatos inciertos, brumosos y fluctuantes, adolecen de hablar con franqueza y honestidad sobre las problemáticas de la gente, llegando hasta el extremo promesero de construir obras de infraestructura cuando su papel es el de ser, a manera de ejemplo, un legislador coadministrador del Estado y velar por los procesos de transparencia de quienes hacen parte del Ejecutivo en el Gobierno y de otros organismos de control. En esta época pre-electoral de las dinastías, de los compadrazgos y de las grandes empresas, suele escucharse en los espacios cotidianos de la política “cuánto cuesta una curul” al Senado y a la Cámara de Representante, quién la financia y qué contraprestación burocrática y contractual se “corresponde”, hasta el extremo de firmar títulos valores como prendas de garantía una vez que el candidato resulta electo.

¿Cómo se explica que en el Departamento del Atlántico muchos medios de comunicación afirmen como un hecho cumplido que las curules a la Cámara de Representantes ya estén definidas cuantitativamente para algunos determinados partidos, que tienen asegurada la clientela electoral? Se concibe el voto programático como un instrumento democrático para que los electores decidan qué candidatos los deben representar en las corporaciones públicas; sin embargo, los partidos registran a sus potenciales electores en forma de empadronamiento y con un estipendio económico del 30% como anticipo o quizás más, para que el día de las elecciones deposite su voto en lo que comúnmente se denomina el “carrusel electoral”, que no es otra cosa que el votante al tiempo de sufragar lo haga en un tarjetón chimbo, previamente entregado a él, y luego el tarjetón original lo trae en blanco a los traficantes del partido o movimiento en cuestión, quienes lo marcan con el candidato apoyado para entregarlo a un nuevo votante que lo deposita y a su vez trae un nuevo tarjetón. Lo curioso de esto es que esta modalidad del “carrusel” y otras son conocidas por las autoridades y los observadores electorales, sin que haya una respuesta efectiva que dé al traste con estas prácticas abominables que ya son pan comer en cada jornada electoral.

Es preciso hablar con el coraje de la verdad, que esta se constituya en una clara opción por parte de los candidatos y que éstos digan lo que piensan, lo que hacen y sellen ante sus electores que son diferentes en el actuar a quienes futuramente tendrían una máscara de poder gubernamental y contribuyen con hacer de la institucionalidad una cloaca de corrupción, en la cual se siguen mirando los herederos de estos tipos de prácticas. Tener coraje y propagar la verdad es asumir el riesgo de quien habla, cuestiona y propone a pesar de todo; pero es a la vez, tener coraje como interlocutor que acepta recibir como cierta la verdad y que las transformaciones son posibles. En otras palabras, la falsa retórica de los candidatos caricaturas obedece a un estilo que encubre los grandes problemas que aquejan al país y su responsabilidad causal de los mismos.

PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA

DOMINGO 17 DE DICIEMBRE DE 2017

Share on Google Plus

About hugo castillo

This is a short description in the author block about the author. You edit it by entering text in the "Biographical Info" field in the user admin panel.
    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comentarios:

Publicar un comentario