¿COMO ELEGIR A UN CONGRESISTA SIN CORROMPERLO?
Por Hugo Castillo Mesino
En nuestro país se da
una ausencia de información, conocimiento y saberes por parte de la ciudadanía
al decidir con su voto, como instrumento social, por qué apoya a determinado
candidato que aspira a corporaciones públicas. De esto, suele hacerse la
pregunta: ¿cómo elegir un congresista sin corromperlo? Este interrogante
contribuyó a sociabilizar una muestra a más de un centenar de ciudadanos que
respondieron desde diferentes matices, que estamos seguros serán analizados por
los lectores sin constituirse una camisa de fuerza al tiempo de tomar una
definición ante las urnas con motivo de las elecciones al Senado y a Cámara que
se avecinan en el calendario electoral del presente año.
En este ejercicio de
aventurar al pensar, las múltiples respuestas parecen evidenciar el estado de
valoración que tiene la ciudadanía sobre quiénes deben ser sus representantes;
es más, atreviéndose a apostar que no es fácil ejercer el sufragio dado que los
candidatos en el certamen electoral no reúnen las condiciones, atributos,
perfiles, propuestas, para depositar su confianza en un derecho que debe ser
sagrado como es a quién, cómo, dónde, cuándo y para qué se elige. Veamos las
expresiones sentidas, quizás vividas y soñadas de quienes atendieron el llamado
para tener una visión colectiva de por quiénes deben votar; entre ellas las que
se reseñan a continuación y línea:
El congresista a elegir debe
estar comprometido con su pueblo y olvidarse de que su aspiración es para
llenarse los bolsillos y ser fundamentalmente honesto. Al sufragar se debe
utilizar el
voto de opinión y apelar a los valores cívicos que impidan que los ciudadanos
se dejen corromper. Que proceda de un partido democrático y sea propositivo en
proyectos sociales de vida. Tener ética y principios; propósitos para servir y
no enriquecerse; si el elector está viciado también es corrupto quien da la
dádiva. La corrupción no depende de si es elegido o no, él ya viene con
determinados valores. Votar por su programa y a conciencia. Al elegir hacer uso
del poder político del elector, dado que se está eligiendo el futuro propio, el
de la familia y el de la sociedad; tener en cuenta la calidad del candidato en
capacidad y experiencia; evitar los espejismos de amiguismos, los partidismos y
la politiquería; el elegido tiene un deber y un compromiso de servicio y es
representar a sus electores para ejercer el bien común. Dar a conocer su humildad
cuando llega al cargo y los valores que conserva al terminar su periodo. Al
elegir debe hacerse con sentido social, cero clientelismo, que no haga parte de
la maquinaria política tradicional. Tener convicción en el acto de decidir; ser
consecuente con una acción moral y ética. Ganarse el apoyo sin contraprestaciones
que estén por fuera de la ley; adquirir compromisos sociales amplios y
gremiales, asociativos, reivindicativos, puntuales de beneficio general, que
seguramente entrarán en contradicción con sectores poderosos; se trata de
asumir una conducta personal de cara a la opinión pública. El elector debe
asumir su condición de ciudadano al tiempo de elegir. Que no pertenezca a las
camarillas corruptas; muestre trabajo social y que su historia haga parte de
las luchas reivindicativas. Que presente propuestas sociales incluyentes,
participativas y democráticas. Al elegir hay que revisar su hoja de vida y el
impacto que origine en los escenarios donde se presente sin conceder cero pesos
a los asistentes. Identificarse con sus propuestas sociales y con su práctica
ética; elegir de otra forma es corrupción. Al congresista no lo corrompen: es
corrupto o sencillamente honesto; es un problema de formación política seria y
no de simples politiqueros vestidos de honestidad. Para elegir hay que hacerlo
a través del voto libre, que no marque ningún interés personal y que sea afín
con el elector. Que tenga conciencia de la condición social de la población,
con objetividad y veracidad en sus discursos. El candidato tenga firmeza
ideológica y política, dentro de los fundamentos de valores y respeto por los
demás. Que le haga seguimiento a las entidades públicas en el sistema de
contratación y de ejecución; que sus convicciones personales sean excelentes,
honestas y comprometidas con el cambio. Tener conocimiento de sus funciones y
de los procedimientos inherentes al acto de legislar y tener coherencia en el
discurso de sus aspiraciones con el ejercicio de su práctica legislativa.
La multiplicidad de expresiones manifiestas devela los valores, principios, propuestas, enfoques, de los potenciales electores; observando una muestra diferente del cómo se debe ejercer la condición del voto al elegir a sus futuros representantes al Senado y a la Cámara. Aspiramos que estas definiciones asumidas por quienes las han dejado plasmada sirvan como referente para que este 11 de marzo se vislumbre un cambio al interior del Congreso de la República eligiendo hombres y mujeres con una nueva forma de hacer política y de contribuir a cambiar el encargo social.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 14 DE ENERO DE 2018
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