ÉTICA, POLÍTICA Y CIUDADANÍA
Por Hugo Castillo Mesino
No es fácil nadar contra la corriente. Es
válido pensar aventurando en un marco de hipótesis que desborden las teorías de
esquemas y modelos estables en una sociedad como la nuestra que está llena de
vampirismos doctrinarios, los cuales no posibilitan vislumbrar otras formas de
interpretar y transformar la calumniada Ética, Política y Ciudadanía. Esta
triada de variables lo que pretende es darle vida a la política como disciplina
haciendo provocaciones reflexivas; aunque las miradas de algunos se accidenten con
mis palabras llenas de incertidumbres y confusiones producto de errores de los
inmortales que suelen no equivocarse.
Tesis 1: Es cierto que según los
Estatutos de algunos Partidos de Oposición a las Comisiones de Éticas les
corresponde, vigilar, controlar, decidir e informar sobre el cumplimiento de
los mismos por parte de sus militantes. Partimos del supuesto de que a las
Comisiones de Ética les corresponde actuar éticamente, lo cual denota una
concepción de la sociedad, de las instituciones y del individuo en concordancia
con su moral como práctica ante los objetos y sujetos sociales. Entonces
inferimos que para hablar de ética y estar en consonancia con ella debemos
ubicarnos en el ayer, en el aquí y el ahora; solo así podemos ser éticos. Es
decir, en todos y cada uno de los espacios que datan sobre nuestro
comportamiento. La ética también se concibe como la reflexión de la libertad,
sobre lo que queremos, sobre los valores donde estamos inscritos y esta sirve
como marco referencial para la expectativa de los políticos, no podemos ser
éticos ante los partidos y amorales por fuera de ellos.
Tesis 2: La reflexión sobre la ética plantea tres fuentes de valores en los
cuales coinciden la ética y la mejor política: A) La inviolabilidad de la
persona humana; B) La autonomía de la persona; C) La dignidad de la persona,
sin clasificación de ningún humano, ni de primera, ni de segunda, ni de
tercera.
Tesis 3: La deontología,
que no es más que lo debido, lo que le corresponde a un grupo determinado, de
allí que haya limites deontológicos para unas profesiones o para unos puestos
de la vida que no corresponde en cambios a otros. De tal manera que hay
deontología de los periodistas, de los padres con relación a sus hijos, de los
políticos, cuando se dice que los políticos sean éticos, es bueno para ellos,
porque la ética es buena para quien es ético.
Tesis 4: La deontología nos permite la delimitación entre los diversos
fines que tenga una persona en un cargo público. Hay tres tipos de fines que
hay que distinguir en la acción de ser político: A) Fines privados; B) Fines de
partidos; C) Fines del Estado. Lo que implica que estos fines son legítimos,
pero no se pueden mezclar partiendo del ejemplo que un partido es algo que esté
partido, que esté separado, la sociedad es un todo, y si el beneficio es mayor
para un partido es evidente que no se está beneficiando la sociedad. En
conclusión, la deontología debería impulsar
una cierta función ejemplar y educativa en las tareas del político.
Tesis 5:
La ciudadanía democrática es la forma de organización social de los iguales
y esos iguales son en derechos y deberes. El ciudadano se define como un sujeto
de libertad política y responsable de lo que implica su ejercicio, es él quien debe
sustentar el sentido político de la comunidad y no al revés; la ciudadanía
exige un espacio público de preocupaciones y debates. Estamos obligados a hacer
una ruptura conceptual donde el ciudadano favorito es el idiota, o sea, quien
anuncia con fatuidad: “Yo no me meto en política” olvidándonos que somos
políticos activos o pasivos, lo otro es la politiquería callejera.
Tesis 6: Después de 26 años en que la Constitución
del 91 contemplara los Partidos de Oposición surge el Estatuto de Oposición, que,
al son de la ética, la política y la ciudadanía, propicia espacios de
participación y de decisión en las esferas institucionales públicas. Estos
espacios deben ser de rentabilidad social, sin protagonismos y con
responsabilidad documental e investigativa cualificada. Si algo se perfila por el
establecimiento es que los Partidos de Oposición siguen en la óptica de los entes
estatales en el “cumplimiento de sus deberes y derechos. Por tanto, no es bueno
desviarse y caer en la doble militancia y otros con indicios de delitos
electorales; este ejercicio se centra en generar discusiones reflexivas al
interior de las organizaciones políticas y partidos que se denominan
alternativas y democráticas y que a través de su militancia o con alianzas aspiren
a elegir candidatos que las representen.
Es trascendental que se instituya en este tipo de sectores una práctica
depurativa optando por los liderazgos que se comprometan con la ciudadanía y
obedezcan a los lineamientos de las organizaciones sin desconocer la tendencia
que los representa al interior del mismo.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 12 DE AGOSTO DE 2018
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