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¡POR FIN PARIÓ PAULA!

¡POR FIN PARIÓ PAULA!


Por Hugo Castillo Mesino

La tarde empezaba a caer cuando la tormenta informativa prendió sus llamas, diciendo: ¡Por fin parió Paula! Generalizándose a lo largo y ancho del país y sentida en las ciudades, aldeas, hasta paralizar peatones y parroquianos con la complicidad de los semáforos, ocasionando una inmensa congestión vehicular parecida al cuento de Julio Cortázar “La autopista del Sur”; los conductores abismaron con sus pitos y ensordecieron la tranquilidad ciudadana afectando hasta a los vendedores estacionarios quienes se olvidaron de sus quehaceres diarios, los aparcacoches hicieron lo mismo y gritaban sin cesar: ¡Por fin parió Paula!, mientras sobrevolaban helicópteros y drones enviando imágenes, con voces alarmantes captadas desde los aires y enviada a la Seguridad Nacional que apostaba a sus agentes para controlar el alboroto del siglo y garantizar la tranquilidad de la gente que disfrutaba la gran noticia del magnánimo acontecimiento, envidiado por los eclipsados periódicos que contemplamos durante años y siglos; la gran noticia elevaba a la ciudadanía, llevándola a un estado de alerta caracterizado al estilo de Shakira en su melodía “Ciega, sorda y muda”.

Las horas transcurrían en una confusión tal que hasta los relojes y celulares quedaron nublados, colapsaron las redes sociales, los sacerdotes dejaron de administrar la comunión, los pacientes en los quirófanos de la alegría quedaron sin oxígeno, los ganaderos y terratenientes salieron de sus guaridas armando protestas, los seguidores acérrimos se descompusieron, los aeropuertos internacionales se saturaron de nacionales con cupos agotados, las organizaciones de Derechos Humanos salieron a las plazas públicas, el presidente electo salió de urgencia para donde la estilista en busca  de su viejo look; cuando alguien en voz alta se atrevió a decir, parodiando a Gabo en su cuento “Algo muy grave va a suceder en este pueblo” que, por el contrario, “algo bueno está sucediendo en este pueblo”; siendo respondido a la distancia: “No es la mala hora lo que estamos atravesando, es la buena hora para los colombianos”, aunque el Nobel desde su estancia infinita dijera que es un plagio.

El país respiraba un estado de zozobra y se olfateaba la “Náusea” al estilo de Jean Paul Sartre, donde nos situamos de manera indirecta ante la sensación de una vida desperdiciada alejada de todo cambio y convivencia con sentimientos de hastío, duda, obsesión, miedo, de todo y por todo; donde es complejo darle una respuesta a la vida y lo que ella implica, así vivimos la gran noticia de que ¡Por fin parió Paula! A medida que la tarde se extinguía, los árboles permitieron ver al bosque y los parques se llenaron, las plazas públicas, las caferías universitarias, el espectro nacional de conversatorios, sin importar las edades e ideologías, los supermercados e iglesias reactivaron su fe y confianza confirmando que ¡Por fin parió Paula! Es más, los niños nacidos durante ese día fueron registrados con el nombre de Paula y Paulo. Se escuchaba al fondo: al fin vamos acabar con ese cerco de desconfianza que mantiene sitiado a todo el país y que no permite que nadie llegue a las fronteras y pueda terminar de una vez con toda “La Peste”, a la cual se refería Albert Camus, donde las ratas humanas están acabando con la pobre gente truncando las posibilidades que los nacionales entren y salgan llenos de paz en el país de todos.


Al parecer, la calma y la sorpresa mantenían expectantes a los colombianos, las carcajadas y el humor empezaron a apoderarse del ambiente de la gran noticia: ¡Por fin parió Paula! y en medio de la confusión con buenos síntomas de claridad surgieron las opiniones diciendo que el lobo político había desistido de sus ambiciones parlamentarias producto de una conversación sostenida con Hermann Hesse comprometido a humanizar al “lobo estepario” y buscar una nueva adaptabilidad social que permitiera mostrarse como lo exige toda la audiencia ciudadana, que se mantiene en vilo por su voraz actuación. Ahora las editoriales imprimieron millones de textos del “Señor de la sombra” ante la gran noticia, tal vez recordando a Mauricio Babilonia, donde están las mariposas amarillas allí estaba el espíritu y alma de su novia; algo similar ocurre en el país donde la gente empezó a conocer el nuevo menú ciudadano del ¡Por fin parió Paula! Las estadísticas de las amenazas bajaron sobre “te voy a partir la cara marica”, ¿el Ubérrimo se encontrará con su antiguo capataz? Detrás de toda esta noticia quedaron sepultadas las nalgas de Mockus que sirvieron de antesala y ceden su lugar a la gran noticia ¡Por fin parió Paula!, sirviendo como cortina de humo a las nalgas transparentes. Al cierre del telón hay que aprender billar pool para tirar las dos carambolas: con “una sola Corte” o con “varias Cortes” Después del Parto de Paula Paula “El Gran Colombiano “con su mitomanía compulsiva desiste de su dimisión  pensando en su sillón parlamentario o la mazmorra; al final otro falso positivo más.


PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA

DOMINGO 05 DE AGOSTO DE 2018
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1 comentarios:

  1. Excelente artículo amigo HUGO,esto refleja la realidad de una tragedia convertida en novela,que gusto da leer estas picaresca narrativas extraídas de los falsos positivos,mis sinceras felicitaciones,admiro mucho su capacidad persuasiva de la realidad política de éste país,un fuerte abrazo.

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