FACEBOOK LIVE

Latest Posts:

HACIA DÓNDE VAMOS

HACIA DÓNDE VAMOS

Por Hugo Castillo Mesino

Después de haber transitado los caminos que nos llevaron a la definición del panorama político nacional nos queda la tarea de visionar el qué hacer en el escenario local, dado que en el próximo año 2019 corresponde la realización de las elecciones a corporaciones públicas de los entes territoriales, destacándose las aspiraciones de los diferentes partidos, movimientos y sectores a las gobernaciones, asambleas, alcaldías, concejos y juntas administradoras locales. Lo cual se constituye en un verdadero desafío frente a los múltiples problemas que aquejan a la ciudadanía y que siguen atentando contra el bienestar social y económico de la misma.

Ante esta urdimbre política corresponde repensar y despensar cómo abordar gestantemente el papel que deberían jugar los movimientos y sectores que se reclaman alternativos y progresistas en esa coyuntura venidera inevitable, donde hay que despojarse de intereses mezquinos y egoístas de ser protagonistas particulares e inclusive de vampirismo doctrinario por encima de las exigencias reales de la ciudadanía, desconociendo olímpicamente el contexto en que esta se circunscribe. Es válido referenciar cuál es en sí el problema político que no posibilita la comprensión de este fenómeno y los niveles de coherencia para concertar unitariamente estrategias y acciones que den un salto en la confrontación y superación de los poderes tradicionales que en los últimos periodos han administrado la ciudad y el departamento pignorándolos e hipotecándolos de tal forma que si bien ha habido unos cambios en la imagen física y formal de la ciudad no se refleja en la elevación del nivel de calidad de vida de la mayoría de su población, cercenando que ésta tenga otras opciones de desarrollo con un contenido más humanista y social, con un empoderamiento efectivo ciudadano antes que el empoderamiento exclusivo y excluyente de una casta que se apropiado hasta del espacio publico para su propio beneficio.

Es cierto que los cambios no se propician con el sólo hecho de caracterizar el problema y sus manifestaciones sino, por el contrario, tener la capacidad y la autoridad convocante para dilucidar y proponer cuáles son las alternativas políticas de los movimientos y sectores que tienen la voluntad de optar por nuevas estrategias y se planteen un nuevo modelo de ciudad y el departamento sobre la base de un diagnóstico objetivo de la dinámica real del desarrollo que se deviene en estos entes territoriales y articulado inherentemente a un programa que responda a sus demandas y necesidades, producto de la participación protagónica, esta sí, con capacidad de decisión de la ciudadanía y que oriente como un faro la construcción de la nueva ciudad y departamento que esta quiera, resaltando el imaginario colectivo.

Para ello, cada movimiento o sector desde ya debería impulsar un proceso a su interior de análisis, reflexión y debate de la coyuntura que permita evaluar sus fortalezas y debilidades particulares con preclaridad y diagnosticar objetivamente y sin artilugios fantasiosos y mitómanos las condiciones estructurales organizativas y políticas propias para definir su nivel de participación y accionar en el marco de regentar los destinos de la ciudad y el departamento. Determinar su capacidad real de actuación independiente y de triunfo o, en su defecto, la necesidad imperiosa de promover estrategias unitarias con otras fuerzas u organizaciones políticas que conciten medianamente sus propósitos que garanticen las condiciones para irrumpir exitosamente en el juego democrático por la disputa de la administración pública de estos entes y alcanzar mayores niveles de representación en los cuerpos colegiados. Esto puede posibilitarse cuando el ejercicio de crear consensos se hace de cara a la ciudadanía, lo cual permite una interacción que se expresa en la construcción del programa de gobierno, óigase bien, del Acuerdo Unitario que más tarde será interpretado y defendido por el candidato que reúna el perfil previamente consensuado. Esto implica que la alternativa política no depende de la definición primaria de nombres de candidatos sino, por el contrario, del tacto político que tengan los movimientos y sectores para mantener la unidad e interpretar la correlación de fuerzas en disputa por la administración pública y no para hacer una simple ruptura guiada por el afán protagónico de ser candidato o seguir dejando la trillada “constancia histórica” de que se participó sin vocación de poder.


Los resultados obtenidos hasta ahora son satisfactorios en muchos aspectos, pero en otros no se ha podido respirar ese oxígeno donde la ciudadanía reclama su espacio y suele decir que “ya basta” de seguir haciendo el mismo ejercicio, incluso con los mismos protagonistas de los últimos periodos electorales sin que hayan alcanzado una actuación verdaderamente significativa y trascendente que los habilite para seguir obstinadamente en la juerga negando la posibilidad de visionar otras opciones representadas por protagonistas diferentes de otros movimientos y sectores que podrían abrir caminos transitorios ante la hegemonía de la casta enquistada en la administración de la ciudad. Está abierta la reflexión y el debate y al orden del día la discusión experta.

PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA

DOMINGO 02 DE SEPTIEMBRE DE 2018
Share on Google Plus

About hugo castillo

This is a short description in the author block about the author. You edit it by entering text in the "Biographical Info" field in the user admin panel.
    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comentarios:

Publicar un comentario