Por Hugo Castillo Mesino
Muchos ciudadanos se
sobresaltan y algunos tienen el temor y se echan a temblar cuando tocan temas
gelatinosos de naturaleza política y los llaman por su nombre; es más el cantante y trovador cubano Silvio Rodríguez
dice: “Yo he preferido hablar de cosas imposibles porque de lo posible se sabe
mucho”; en política como en el amor quien deja un espacio lo llena otro y sobre
todo ahora que empieza a correr el calendario electoral donde afloran posturas,
estrategias que consultan las estadísticas electorales para las aspiraciones a cargos uninominales y a corporaciones públicas
con miras a las elecciones del 27 de octubre de 2019.En la obra él Método de Edgar
Morin con niveles de complejidad afirma “que se puede comer sin conocer las
leyes de la digestión, respirar sin conocer las leyes de la respiración, se
puede pensar sin conocer las leyes ni la naturaleza del pensamiento, se puede
conocer sin conocer el conocimiento”; surge una variable es que no se pueden
conseguir resultados electorales satisfactorios si propenden por aspiraciones electorales mediadas por el
individualismo y el egocentrismo con ello negando la concepción y los
postulados de los movimientos y partidos denominados alternativos.
No es extraño referenciar
candidaturas de los sectores alternativos donde se perciben posiciones triunfalistas;
desconociendo que existe la necesidad de ir unidos en todos los ámbitos a
cargos uninominales y a corporaciones públicas. A estos sectores les
corresponde hacer una ruptura conceptual que abra las puertas a los candidatos
a las corporaciones públicas para que hagan parte integral de la convergencia con
listas al Concejo distrital y a la Asamblea departamental con identidad
política; al igual que ceder espacios de inclusión a las tercerías en sus
aspiraciones a la gobernación y optar por decidir en la Unidad “Sin temor ni temblor político” constituyéndose
en alternativas para confrontar en el terreno de la contienda política a
quienes tienen concentrado el poder político de la ciudad de Barranquilla y del
departamento del Atlántico.
Ante las situaciones políticas
dilemáticas es válido precisar conceptos que conciban la política como el arte en
la resolución de conflictos, como la administración de los bienes comunes, en otras
palabras, la política supone tanto la lucha como la cooperación, como si fueran
dos caras de la misma moneda. No podemos extrañar que hasta los dictadores en
la historia de la humanidad se vieron obligados a hacer concesiones y urdir
alianzas; mientras que algunos sectores alternativos a veces niegan esta
posibilidad por su puritanismo y romanticismo subjetivo de mantenerse en
castidad; pero alejado de la realidad de ser poder y gobernar en función de la
ciudadanía.
Interpretando a Mario Bunge en
su libro la “Filosofía Política” nos plantea la contienda política y pregunta
¿Si el poder es para los candidatos o para las comunidades?; ¿Si las
aspiraciones son personales o corresponden al ideario de los partidos o de la
convergencia?; ¿Si es posible concertar el poder una vez electo el candidato o
este tiene que ser distribuido por quienes hicieron posible su aspiración?; si
no es así, entonces el candidato o el sector político asumiría una posición
autocrática negando la democracia como expresión de participación y decisión
conjunta y colectiva.
La Unidad de Acción de los
sectores alternativos, no solo es electoral sino en todos los ámbitos del
escenario de la confrontación por acceder al poder político y tener vocación de
poder; para ser efectiva no solo debe estar conjugada por acuerdos
programáticos o preceptos ideológicos o de "principios" sobre la
necesidad de la Unidad, sino que obedece más a una intencionalidad, es decir, a
la Unidad derivada y gestada por la *voluntad política*, sin la cual quedaría
reducida a mera majadería retórica. A la Unidad de los sectores alternativos en
la coyuntura actual se llega a través de la *decisión práctica* de hacerla
posible soslayando las posiciones maximalistas de pretendida pureza unitaria
que no concita a la Unidad misma. Solo sosteniendo una actitud mental amplia de
convocatoria, podrán los actores alternativos viabilizar la Unidad. La Unidad como
imperativo categórico se construye a través del ejercicio unitario no
excluyente.
La reflexión de quienes
aspiran a representar a Barranquilla y al Atlántico en los cargos uninominales
o corporaciones públicas debe ser una aspiración con humildad y al parecer
renunciar a los métodos históricos divisionistas de talanqueras; negando el
espíritu y fortalecimiento interno y externo de la Convergencia; la soberbia es
sinónimo de las emociones y produce cegueras mentales, la ciudadanía lo siente
y lo manifiesta. Los egos son
sentimientos de superioridad que de nada le sirven al ejercicio propuesto por los
diferentes movimientos y organizaciones en la búsqueda de alternativas de poder
en el gobierno local y departamental. Cuanto más fuerte es la sociedad civil,
más rico es el capital social de cada uno de sus miembros; y cuanto más rico es
el capital social de los individuos o las organizaciones, mayor es su poder social.
Repensemos a Barranquilla.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 9 DE JUNIO DE 2019
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