LA FUERZA DEL CAMBIO
Ante las adversidades empuñar la mano y levantarla es signo de fuerza y resistencia; pero, con la convicción del éxito, buscando siempre el concurso de voluntades ciudadanas, abriendo caminos para el cambio que valoren los gajes políticos, con verdadero compromiso humano, solidario y ético a través de un ideario como imperativo para hacer de la política un arte o invención transformadora donde predominen las ideas, propuestas y programas por el bienestar social; despojándonos de caducos y falsos prejuicios, valorando los liderazgos regionales, nacionales, individuales y colectivos con visión social emancipadora donde el accionar de la política debe estar al orden del día, en el encuentro con los verdaderos ciudadanos de bien, asentados en pueblos y ciudades, que son históricamente garantes de confianza, y que deambulan buscando una mano amiga o miles de manos que interpreten sus necesidades y demandas sociales básicas sentidas, ante la desidia de la mayoría de entes gubernamentales y de una clase política vetusta y corrupta que asalta la voluntad ciudadana en cada periodo electoral.
Que bien que “Fuerza Ciudadana. La Nueva Fuerza del Cambio” se esté convirtiendo en la opción que innova y humaniza la política en función de los ciudadanos, haciéndolos participativos y reconociendo sus roles en la toma de decisiones a diferencia de otros movimientos o partidos que los instrumentalizan, mientras que “La fuerza del Cambio” propicia el dialogo abierto y los escucha desde la sencillez y la dignidad; elevando al ciudadano y a sus dirigentes en facilitadores y mediadores sociales en la comprensión y solución de sus problemas de carne y hueso que padecen la mayoría. Es ahí donde la política y sus dirigentes deben sumarse a esta dinámica y sus acciones deben estar en correspondencia con los sueños y reivindicaciones ciudadanas y no optar por aprovechar el voto como mercancía, sino por el contrario valorarlo como instrumento reivindicativo, democrático, participativo en la toma de decisiones en las instancias populares y de gobierno y en otros espacios propio de su naturaleza. En el fondo no es el voto, son los ciudadanos con “Fuerza de Cambio” quienes aspiran y luchan porque sus sueños sean de todos, como verdaderos ciudadanos de bien, para lograr que sus propuestas compartidas se hagan realidad, como expresión vital de la democracia.
En el marco de la próxima gesta electoral es trascendental hacer una lectura concienzuda sobre los movimientos políticos alternativos, progresistas y otros para definir por qué propuestas votar el domingo 13 de marzo al Congreso de la República. Es importante hacer un ejercicio coherente entre la formulación de las propuestas y la composición de los integrantes de las listas corporativas con el fin de aproximarnos a una definición a conciencia, en el sentido que los elegidos no negocien más adelante la voluntad de los ciudadanos expresadas en las urnas. Es cierto que todo evento político electoral requiere un mínimo de organización y planificación por parte del establecimiento y de los movimientos políticos; no obstante, me detuve y leí comprensivamente las “15+1 Propuestas para cambiar a Colombia. Hacia un Estado Federal redistributivo de la riqueza y garante de los Derechos Humanos”, impulsada por “Fuerza Ciudadana. La Fuerza del Cambio”, planteando como objetivos: construir desde el Estado y la Sociedad un nuevo modelo económico, social, ambiental e institucional fundado en la redistribución justa y equitativa de la riqueza, la inclusión y la justicia social, la sostenibilidad ecológica y la descentralización hacia un Estado Federal generando cambios profundos en nuestro país.
Ahora bien, como toda propuesta contempla sus especificidades “Fuerza Ciudadana” invita a la ciudadanía a analizar y votar en democracia sus listas al Senado y a la Cámara, que en términos programáticos propone: política de empleos con incentivos al turismo, agricultura, industrias y la creación de nuevas empresas innovadoras; apoyo económico a la economía, solidaria y popular; renta básica y pleno empleo; un sistema público de cuidados y pensiones; reforma agraria y asistencia técnica; seguridad alimentaria con agricultura ecológica; redistribución de la riqueza, renegociación de la deuda externa, del TLC, eliminación del IVA y exenciones tributarias a los bancos; mínimo vital en los servicios públicos de agua, aseo, energía, gas e internet para estratos 1 y 2 y aumento de subsidios para estratos 3; vivienda nueva con subsidios del 60% y créditos hasta 30 años; salud publica preventiva y humana, sin EPS y con dignificación laboral; educación pública gratuita y universal hasta la universidad en pregrados y posgrados; cultura, deporte y recreación hasta la edad adulta y dignificación de artistas y deportistas; basura cero y prohibición del fracking con protección de la naturaleza; nacionalización de los recursos naturales no renovables, impulso a las energías limpias, creación de la empresa territorial de servicios públicos; lucha contra la corrupción; paz y solución negociada; nueva rama del poder popular y control a los monopolios y asamblea constituyente. Repensar la política como sinónimo de “Fuerza de Cambio”.
0 comentarios:
Publicar un comentario