TECNOLOGÍA E IDENTIDAD
Hablar de la relación entre tecnología e identidad no es una acción mecánica, donde solemos hablar de variables; toda relación hay que analizarla desde los enfoques dialecticos u holísticos. No obstante, la tecnología no implica técnica, sino una concepcion o un proceso transformador en la perspectiva de construir algo nuevo; en el marco de cumplir una función social que se caracteriza por cambiar el entorno virtual del ser humano a través de un diseño, para construir servicios y productos en la búsqueda de satisfacer demandas y necesidades.
La identidad es un concepto subjetivo que obedece a una construcción personal como expresión semiótica y se caracteriza por interactuar con los otros; como tal guarda una correlación o vínculo con las manifestaciones culturales de un grupo determinado y estas se manifiestan en la identidad de género, elección política, valores morales, religión, costumbres y tradiciones populares, estilo estético, expresión verbal y conductual, ocio, entre otros. Las nuevas tecnologías pueden vulnerar la identidad de los jóvenes cuando su grado de maduración, formación o incapacidad para manejar la complejidad tecnológica, sufriendo un proceso de transculturación o pueden dejarse llevar por el conductismo mecanicista, sin tomar conciencia de las ventajas y desventajas de las mismas.
Es cierto que hablar de tecnología es complejo, no solo podemos hablar de las bondades de la tecnología digital, dado que esta es universal en los campos de la Internet y otras actividades de la producción que contribuyen a conocer diferentes facetas de los jóvenes y por ende adquieren nuevo lenguaje, además permite mejorar la calidad de vida de acuerdo a su objeto científico, favoreciendo las condiciones humanas y físicas; en síntesis, podríamos denominar o llamar a tener una identidad tecnológica.
Es importante hacer un estudio sobre los nuevos lenguajes juveniles en torno a la relación de la tecnología y la identidad, como adquisición de nuevos lenguajes. Corresponde situar a los jóvenes como factor determinante en la identidad personal y esta se manifiesta a través de diferentes variables, es ahí donde su actitud como actores activos y pasivos; interviene la tecnología en forma transversal, en ese ir devenir de sus vidas. Lo anterior conduce a inferir que las variables o atributos de la identidad de los jóvenes contribuye el surgir de un nuevo lenguaje que identifica su personalidad y destaca su identidad de género; su religiosidad como el conjunto de creencias; los valores morales que adquieren como personas sobre la base de su experiencia; costumbres y tradiciones populares de su cultura; el comportamiento verbal corriente de la comunicación; el ocio que traza las actividades fuera de sus obligaciones, entre otros. De esta manera los jóvenes a traves de la tecnología afloran su identidad y adquieren nuevos lenguajes.
Leer al filósofo Byung- Chul Han en su libro “No-Cosas… Guerras del mundo de hoy” nos plantea que somos demasiado dependiente de la droga digital, y vivimos aturdidos por la fiebre de la comunicación, de modo que no hay ningún “¡Basta!”, ninguna voz de resistencia; de esta situación no escapan los jóvenes, en el nuevo mundo del lenguaje digital y de una identidad trastocada por un surrealismo cibernético. Sumado a esto el autor nos traslada a analizar lo siguiente: “La desaparición del otro es precisamente la razón ontológica por la que el smartphone “celular” hace que nos sintamos solos”. La visión de Byung – Chul Han es que: “Las informaciones son aditivas no narrativas, puede contarse, pero no narrarse. La información circula como las fake news “noticias falsas” que pueden ser más efectivas que los hechos…Ya no podemos retener la información, y no sabemos cómo retener las cosas”
José Norte Sosa, en su libro: “Big Data. Comunicación y Política. De la Democracia a la Cybercracia”, parafraseándolo nos dice: estamos siendo manipulados permanentemente y esto suele ocurrir cada vez que nos desplazamos de un lugar a otro y es ahí cuando automáticamente estamos conectado con Google Maps y si pretendemos doblar a la derecha el sistema nos dice que es a la izquierda; siendo una preocupación que inhibe la neurocognición y las decisiones. De esto no escapan los jóvenes que navegan a diario por la cultura inmersiva y por las tecnologías. Como curiosidad cibernética la aplicación Tinder “Conoce amigos y gente nueva para salir” sugiere a los usuarios, jóvenes que ropa vestir, de qué color y cuál es el lugar indicado para tener un alto porcentaje de éxitos con la cita; lo que implica una alienación y pérdida de identidad en los jóvenes propiciado por el consentimiento personal y la autopista tecnológica.
Existe la preocupación sobre los jóvenes que a diario utilizan el internet en la búsqueda de la información, pero esta se da en forma parcial; como suele ocurrir en la academia que obtienen la información, pero no es pensada, lo que se constituye en una acción reproductiva de contenidos muertos. La tecnología esta al servicio del hombre y por ende el hombre debe pensarla como a los libros y sus autores.
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