SÓCRATES MÁS ALLÁ DE LA IRONÍA
Sócrates ha pasado la historia como el primer filósofo de la cultura griega clásica, pero nunca escribió nada, su influencia fue tan grande que las escuelas filosóficas posteriores se reclamaron herederas de Sócrates, quien influyo en la vida y el pensamiento de Platón, configurando con Aristóteles, la tradición filosófica clásica. Desde nuestra perspectiva Sócrates es un personaje enigmático, irreverente y se comprueba en las fuentes antiguas, que ofrecen imágenes contradictorias.
Para intentar entender un poco más su pensamiento y repercusión, es necesario conocer su vida, y muy especialmente, su muerte condenada por el Tribunal de los Heliastas por “Corromper las juventudes atenienses” y no reconocer a los dioses de la ciudad, lo acusaron de impiedad. Antes de tomar el veneno “la cicuta” y morir, estas fueron sus palabras, “Es hora de irse, yo para morir, y vosotros para vivir. ¿Quién de nosotros va a una mejor suerte? Nadie lo sabe, solo los dioses lo saben”, la madre de Sócrates, siendo partera fue acusada de pitonisa; que ironía, solo por orientar, Sócrates por decir la verdad y no renunciar a sus principios, al igual que Cristo.
Era un gran conversador, consiguió reunir a su alrededor las grandes figuras de la época. No cobraba por sus clases y solía hacerlos en lugares libres o jardines, su método “La Mayéutica” consistía en parir la verdad, heredado de su madre. El juicio de Sócrates, según Platón en la Apología, fue probablemente un juicio político; es aseverar que fue político. Algunos nobles conservadores de Atenas querían llamarle la atención, porque les molestaba su influencia sobre los jóvenes, querían desacreditarlo, verlo sometido, darle una lección ante los órganos que “administran justicia”, como sucede en nuestro país.
Los filósofos inmediatamente posteriores lo inmortalizaron. Su condena impresionó tanto a Platón, que le marcó la vida. Se alejó de Atenas y cuando regresó, nunca aceptó ningún cargo político, es más Platón le dijo que se entregara, que él se encargaba de la familia y este no aceptó. A través de Platón la influencia de Sócrates quedó incrustada en la historia de la filosofía; de hecho, dos mil quinientos años después, Nietzsche dijo que Sócrates era el culpable de la decadencia de la sociedad occidental.
Pero... ¿en qué consistía su pensamiento? La filosofía socrática es absolutamente práctica. Se pregunta por la justicia, por el bien, por la virtud, por la democracia. En parte, por esto se le considera el primer filósofo de la historia, porque fue el iniciador de una nueva rama de reflexión dentro del pensamiento, la ética.
Los pitagóricos, por ejemplo, ya habían intentado una reforma moral de la sociedad. Ahora la novedad de Sócrates se encuentra en el medio que propone llevar a cabo esta reforma ética, que es el mismo conocimiento. Esta teoría ética es conocida con el nombre de intelectualismo moral, y constituirá también la base ética del pensamiento de Platón. Basta con saber qué es el bien para llevarlo a cabo, por ejemplo, para ser un buen zapatero, tienes que conocer el oficio.
Entonces, para ser una persona justa, tienes que conocer la justicia. Podríamos decir que el intelectualismo moral es una forma de racionalismo que identifica el bien con el conocimiento, y el mal con la ignorancia. De esto también se desprende que nadie hace el mal voluntariamente. ¿Cómo llegamos a la virtud, al conocimiento del bien?
El método socrático es un método dialéctico, basado en la conversación, y que se despliega en dos fases. Primero hay que destruir los conocimientos falsos del otro, para que así, después, pueda surgir la verdad de éste mismo modo como ocurre con los silogismos. La primera fase es la ironía socrática, la ignorancia previa. Sólo sé que no sé nada; en la medida en que sabemos, sabemos menos, la famosa frase de Sócrates es una ironía.
El trasfondo de este mensaje era, yo no sé nada, pero por lo menos yo soy consciente de mi ignorancia. En cambio, tú, que tampoco sabes nada, te crees sabio, cuando en realidad eres un ignorante. Sobre las bases de este mismo razonamiento, creía Sócrates que el Oráculo de Delfos, con ese nombre bauticé la biblioteca de la Institución Educativa Inocencio Chinca donde fui el gestor del proyecto de “La Galería Ciudadana”, en mi condición de Rector, donde a buena hora se “restaura”. Sócrates en el Oráculo de Delfos había dicho que él era el más sabio de todos los hombres, porque era el único consciente de su ignorancia; él lo llamaba su Dios, su Daimon. Actualmente, la interpretación más aceptada de esto, es que el Daimon socrático no es otra cosa que la representación de la conciencia moral.
*Comunicador Social y Periodista
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