MAGISTERIO ¿SALUD EN JUEGO?
El magisterio colombiano ante el anuncio del gobierno del presidente Gustavo Petro sobre la implementación de un “nuevo modelo” de atención en salud para este sector, lo tomó, inicialmente, como a buen recaudo, dado el interés que ha demostrado este gobierno por mejorar las condiciones de salud de los colombianos y, en este caso, para el magisterio. No obstante, sin desconocer los traumas históricos que los docentes y sus beneficiarios han atravesado por el deficiente servicio de las entidades prestadoras de salud, con el beneplácito de los mandatarios anteriores, se intenta establecer ahora un control más acucioso que de cuenta de una gestión eficiente y oportuna que responda a los recursos presupuestados para tal propósito.
En correspondencia con lo anterior, en Convenio aprobado por el gobierno del “cambio”, el 1º de abril de 2024, el Consejo Directivo del Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (FOMAG) expidió el Acuerdo No.03 de 2024, “Por el cual se modifican los lineamientos para la contratación de la Prestación de los Servicios de Salud para el Magisterio…”. El “nuevo modelo” de atención en salud de los afiliados FOMAG reconoce la salud como un derecho fundamental. Será gerenciado por Fiduprevisora y se propone garantizar “acceso oportuno, completo y de alta calidad”; eliminando intermediarios e invirtiendo y controlando directamente la prestación de servicios de salud a través de una red integral de prestadores de servicios de salud y tecnologías con estándares de calidad y continuidad.
Sin embargo, en la práctica, a pesar de la intencionalidad del Acuerdo, y a pocas semanas de haber entrado en vigencia, se ha presentado un inconformismo generalizado en los usuarios durante el proceso de transición hacia el “nuevo modelo”, que, al parecer, presenta notables fallas administrativas y organizativas en su ejecución que no están garantizando la eficiencia y calidad que se pretende; provocando una gran confusión y malestar que se expresa en el lenguaje: "Con la salud no se juega", frase típica del panameño enfermo, nunca del sano. La enfermedad es la negación de la salud. El único momento en que podemos decidir jugar o no con la salud es cuando la tenemos, cuando gozamos de ella.
Es cierto, que antes del Convenio, se presentaban dificultades de extensión de tiempo para la consecución de las diferentes citas médicas, en particular las de especialistas e intervenciones quirúrgicas (hasta por más de un semestre), y para la entrega de medicamentos con la famosa estrategia dilatoria de los “pendientes”. Pero lo que debería de mostrar síntomas de superación con la implementación del “nuevo modelo”, ha resultado en un caos, agravado por la carencia de una información orientadora precisa de a dónde dirigirse y de quién es quien en dar respuestas. O sea, cabe preguntarse ¿está resultando peor la cura que la enfermedad? Parecen testimoniarlo, a manera de diagnóstico, las quejas más comunes ante el nuevo modelo, que la mayoría de docentes expresan a través de las redes y en reclamos personales: No atención a los pacientes, falta de medicamentos (sigue siendo una constante, y ahora peor, no se sabe dónde reclamarlos), no hay atención para pacientes crónicos, no hay citas (y cuando se logra ser atendido, no hay medicamentos), mal atención del servicio al cliente… Entonces, ¿cuál es el “nuevo modelo” de salud?
Lo que no se logra entender, resultando incomprensible, es cómo si el presidente Petro consecutivamente en sus intervenciones, no escatima palabras para denunciar la corrupción galopante en entes como la Fiduprevisora y el FOMAG mismo, se deja en manos de estas entidades la responsabilidad administrativa y, sobre todo, financiera de la implementación del modelo de atención en salud al magisterio, con la aparente connivencia de la Federación Colombiana de Educadores -FECODE- y sus filiales sindicales, cuyas voces ensordecen con su silencio. Muy a pesar que para el magisterio el 1º de mayo entraba en vigencia el “nuevo modelo” de salud, ¿cuál fue el seguimiento previo a la implementación del “nuevo modelo”? ¿Cuáles fueron los niveles de comunicación pedagógica a sus afiliados para su preparación al periodo de transición? ¿Dónde están los denominados “dirigentes” que ante la eventualidad poco dicen?
Además, cómo se explica que la Fiduprevisora, y es vox populi, al parecer, sabotea los procesos de contratación de prestadores de servicios de salud en todo el país, habiendo contratado solo con los antiguos prestadores, con algunas IPS de garajes y dejando sin respuestas a los que se han inscrito en la Red Nacional de Prestadores. Lo cual contribuye a sembrar el desconcierto entre el magisterio activo y pensionado.
Comunicador Social y Periodista*
Yo creo q a fecode hay q ponerle la lupa.Lo malo de Petro son sus subalternos,ineptos.
ResponderEliminarAhora,si a los maestros les gusta la corrupcion,entonces q no les hagan ningun cambio
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