NOSTALGIAS
No es común leer libros de empresarios, en los campos de la historia y la literatura. A diferencia del ingeniero civil, Luigi Salemi Nieto, quién se dio la tarea de estudiar y compilar segmentos de la historia de Barranquilla, partiendo de su génesis, cuando era un asentamiento indígena a orilla del rio Yacaré “Río Karakali” llamados por los nativos en alusión a los caimanes y bautizados por Rodrigo Bastidas, el 1 de abril de 1501, como “Río Grande de la Magdalena”. En 1743 el padre italiano Felipe Salvador Gilij, sostuvo que algunos autores comentan, que el término Barranquilla surgió del diminutivo de Barrancas, motivado por la necesidad de diferenciarla de Malambo que ostentaba esa denominación. El 25 de abril de 1815 con el aviso del campanario de la iglesia de San Nicolás, la respuesta de los “Patriotas” y el valor de las siete mujeres fue empuñar las armas uniéndose al ejército del libertador, en la batalla el “Chuchal”.
Salemi Nieto, en su libro “Nostalgias” introduce la canción de Esthercita Forero, mujer con espíritu y alma barranquillera. “Tierra barranquillera” brotando letras que dicen: “Tierra mía, pequeña hecha para llevarte dentro del corazón alma, de mi patria costeña, quién podría cantarte cómo te canto yo…” El autor de “Nostalgias” recorre los caminos de una Barranquilla, que nace pujante con grandes adelantos y que hoy son historias. El autor en su coherencia destaca de Barranquilla, ser la pionera en transporte aéreo, prensa, radio, semáforos, acueducto moderno, construcción del Canal del Dique; del cual su abuelo materno, fue rectificador del mismo. Pasa el tiempo y Barranquilla continúa su ritmo acelerado de crecimiento; en 1919 se constituyó la compañía colombiana de Bocas de Ceniza, con el propósito de impulsar el puerto de Barranquilla y otras empresas en la Barranquilla de ayer, en medio de “Nostalgias”.
La vida de los seres humanos se construye con anécdotas, son insumos de la historia. Hablar y escribir sobre la historia de Barranquilla, es referirse a sus personajes, costumbres o anécdotas bautizadas en los términos, en las que el autor hace referencia. En su ir y devenir en tiempos de la arenosa, se plasman anécdotas cómo estás; al embajador de los Estados Unidos a comienzo del Siglo XX, Johnny Perifoy, por su vestimenta desbordaba en elegancia a Petronio y que, por la analogía popular de la palabra coloquial, derivó en el término “Emperifollado”. No podía faltar la anécdota de Ricardo Field cazador barranquillero y el expresidente Guillermo León Valencia, cazador de patos de agua, no tardó en invitar al oficial Ricardo Field, cuando al final de la cacería el presidente le regaló a Field un fino perro hábil en los menesteres, de cazar en los montes. De regreso a Barranquilla Field no dudó en cambiarle el nombre al can por “presidente”, los amigos al llamar a Field, al lado de la bocina se escuchaba, guau, guau, guau… Y siguen las anécdotas.
“Nostalgias” nos brinda espacios para los cuentos como género literario y es ahí donde su autor narra como conoció a Gallo, su amigo; el hombre de las múltiples peleas a diferencia de su padre y de su madre que destilaba belleza. Por circunstancias disciplinarias a Gallo lo cambiaron de salón; mientras Gallo torcía su camino, acumulando golpes, cicatrices, enfermedades. Un día cualquiera antes de su graduación, Gallo no paro de llorar por el dolor de un amor perdido que lo dejo por otro. Unidos en el tiempo y los estudios los amigos viajaron a Bogotá a realizar estudios universitarios, graduándose Gallo en la Universidad Nacional como economista y luego en filosofía y letras. El tiempo cambio, Gallo cambió para bien, hasta ordenarse de sacerdote y al final encontré a Gallo con 40 años menos, igual de ágil y esbelto dándose puño a granel en una esquina del barrio Getsemaní contra una pandilla de vendedores ambulantes… Y siguen otros cuentos.
En “Nostalgias” en su rincón de recuerdos y bohemias afloran poesías que engalanan un jardín de letras como “Reminiscencias”, “Hijo”, “Ilusiones”, “Las Naves del Olvido”; las cuales expresan de su autor, encantos, sueños, amaneceres, agradecimiento a Dios, Cartagena, la serenidad de los días, recuerdos juveniles, naufragio y rumbo, el fin de mis ojos, las brisas de diciembre, entre “Nostalgias” pero siempre con espíritu alegre al sentir, pensar y vivir, asi se expresa en el catálogo poético de “Nostalgias”.
En la contra portada de “Nostalgias” el Ingeniero Civil, graduado en la Universidad “La Gran Colombia” Luigi Salami Nieto, nos sorprende “Si volvieran los años pasados y si pudiera escoger mi destino, otra vez pecaría por ingenuo, nuevamente tomaría el mismo camino, las mismas ropas anchas y volvería a tapar, con cartón, los huecos del zapato, andaría en las mismas calles y sufriría las mismas penas, volvería a perdonar todas las ofensas…
(*) Comunicador Social y Periodista
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