¡BRUJERÍAS Y PSICÓPATAS...!
Esteban Cruz Niño, antropólogo, magíster y PhD en Historia del Arte y Musicología, de la Universidad de Salamanca (España). Ha publicado “Los monstruos en Colombia, sí existen”, “Vampiros, Caníbales y Payasos asesinos”, “Best seller: expedientes X Colombia”, “Vida después de la Muerte” y “El Libro Negro de la Brujería en Colombia” en el que enfatiza, que no es un estudio académico, una colección de hechizos, ni un producto de la ficción. Es un compendio de historias y reportajes acerca de la influencia y el poder de la brujería entre la sociedad colombiana, que revelan aspectos siniestros y misteriosos de nuestra patría. Parafraseando al autor destaco uno de sus nueve capítulos, intitulado “Psicópatas, estafadores y brujos asesinos”.
La historia comienza sobre una familia seducida por un “enviado divino" que incitó a los hermanos Casas, celebrar oscuros rituales colmados de insectos hechizos y brebajes que dieron forma a uno de los crímenes más perturbadores de la historia de Colombia
Eugenio con voz hipnótica a quien lo llamaban el Mohán de la Paz, en realidad era un ser maligno. A inicios de 1980 la economía estaba en crisis, la pobreza azotaba al país, las ruinas perseguían a los campesinos, en especial a los hermanos Casas: Casimiro, Martín y Luis Felipe, quienes se mantenían acurrucados por la policía; mientras eran sindicados de múltiples crímenes en contra de la vida humana, en la vereda Ferita Peña, municipio de Ráquira (Boyacá) por los psicópatas y asesinos de la zona; entre ellos el Mohán a quienes los habitantes le tenían desconfianza.
Los hermanos Casas, cada uno de ellos, tenía sus labranzas, casas, familia, cuando empezaron a alistarse por orientación del Mohán, quien los convenció que estaban embrujados por sus vecinos, les tenían envidia y que por eso le iba mal, a este episodio se le conoce como la “Mazamorra mortal”; ante la supuesta maldición.
Eugenio, solicitó a los hermanos Casas, que se alejaran de la comunidad, dejaran de visitar el pueblo, volviéndose huraños, sacaran a los niños de las escuelas, la gente desconfiaba y los miraban feo a todo el mundo, eso comentaban en Ráquira. Les prohibió consumir alimentos que no brotaran de sus potreros, pues los graneros estaban administrados por aduladores del demonio y monjes satánicos que conspiraban para hacerles daño, a consecuencia de esto toda la familia se adelgazó mucho, hasta el punto de exhibir sus huesos.
El banquete de la muerte, no era más que la sopa “Mazamorra Mortal” que contenía semillas y flores de borrachero, planta alucinógena de la que se extrae la escopolamina; una droga capaz de nublar la conciencia y causar graves daños neurológicos. Las esposas de los hermanos Casas fueron sometidas a la letal dieta, se fueron enfermando con hemorragias, vómitos, diarreas inflamándose en forma desmedida la fiebre que les impedía moverse.
Con el transcurrir del tiempo la conducta de los labriegos, se les veía vagando por los senderos que atravesaban el páramo de rabanal, con la mirada perdida en los astros que despuntaban sobre el horizonte como si buscaran algo que no pudiesen encontrar. El Mohán y sus secuaces, psicópatas y asesinos, les ordenó que siguieran alimentándose de bebedizos y de “una especie de torta de arcilla con semillas de floripondio”, para su futura resurrección. Eran tiempos aciagos en los que la religión poseía un papel fundamental en la implementación del orden colonial, que perseguía a las doctrinas locales por considerarlas “idólatras y demoníacas”.
El hecho de que Eugenio López le haya ordenado a los hermanos Casas consumir drogas psiquiátricas y plantas alucinógenas entre mazamorra de greda, puede conectarse con la producción de artesanía de barro que posee un gran poder simbólico, pues representan una de las principales actividades económicas de la región. Así es como el enviado no solo manipuló las creencias ancestrales de los Casas, sino que utilizó los elementos más representativos del imaginario local para poder llevar a cabo sus macabros planes.
Las técnicas que utilizo López para su plan criminal son similares a los procesos de “lavado de cerebro” según el psicólogo Pepe Rodríguez, son aquellas que “en su dinámica de captación o adoctrinamiento utilizan técnicas de persuasión que propician la destructuración de la personalidad del adepto o la dañan severamente, ocasionando la destrucción total o grave de los lazos afectivos y de comunicación efectiva del sectario con su entorno social habitual y consigo mismo”.
Un ejemplo de estos cultos lo encontramos en los hechos acontecido el 18 de noviembre de 1978, cuando Jim Jones un pastor protestante nacido en (Indiana), Les ordenó a sus seguidores, 918 personas que se suicidaran en medio de las selvas de Guyana. Todos somos susceptibles de ser manipulados de diferentes maneras como caso que se han visto en personas con grandes estudios o amplia experiencia de vida que terminan siendo Víctimas de estafa o de abuso sexual.
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