DIÁLOGO SOCRÁTICO
Sin prisa y haciendo pausas a la vida, es común dialogar con estudiantes que aspiran a ingresar a la universidad y al preguntarle ¿Cuál sería tu profesión? Al parecer se nubla el momento, los ojos circulan ante la posible respuesta y en tono bajo responde “Derecho”, me detuve sin proponérmelo y vuelvo a preguntar ¿Por qué? Los minutos transcurrían y se contaba los dedos de la mano. Le dije respira, piénsalo es en serio lo que vas a definir, sin vacilación “voy a estudiar derecho porque permite conocer la sociedad a la cual pertenezco y defender mis derechos al igual los de mi familia”. El dialogo sostenido se adentró en ir más allá de su decisión y ahora fue quien tomo la iniciativa a lo socrático, al preguntar “que libros me recomendaría” salto a la vista de la biblioteca y se asomó «La República de Platón»
¡Porqué! En su primer libro Platón se refiere a su juventud, es una condensación de toda su vida, donde la metafísica como disciplina filosófica estudia la naturaleza fundamental de la realidad y la existencia; la estética el estudio del arte, la belleza, la fealdad, y la apreciación sensible; la ética el estudio y el sentido de los actos humanos y la relación con el bien. La política de la que hablas tanto, estudia aspectos fundamentales sobre la autoridad, el gobierno, las leyes, la libertad, la justicia, los derechos, el poder político, entre otros.
El entusiasta aspirante se asombró ante las variables del “estudio del derecho” manifestó: ¿para qué sirve la metafísica?, en el mismo sentido pregunta y para que estudias. «Para cambiar». Continúe todo cambio según Aristóteles “persigue un fin y el cosmo entero muestra un orden que se puede comprender racionalmente” por tanto permite hacer una tormenta de preguntas: ¿Qué es ser?, ¿Qué es lo que existe?, ¿Por qué existe algo, y no más bien nada?, ¿Por qué estoy en este mundo? Comprendí su ambición por conocerlo todo y estímulo el diálogo, las preguntas formuladas son una tarea que podrías abordar leyendo «El Mundo De Sofia» es una novela que transita por la historia de la Filosofía, dónde puedes embeberte y después contar y seguir preguntando como en los tiempos de Sócrates, en la “mayéutica”.
En la vida cotidiana suele hablarse de la estética. El aspirante lanzo la pregunta ¿cuándo una cosa es fea y a su vez bella, como se explica? Es como mirarse al espejo por delante que al parecer es bonito. Mientras que por detrás suele ser feo; todo depende de la intencionalidad y la mirada sobre lo feo y lo bonito. En nuestro cosmos habitado por mortales existen dos categorías el bien y el mal. En el rigor de su entusiasmo preguntó ¿Cuáles serían los ejemplos del bien y del mal? Aristóteles consideraba “que una acción era buena si conducía al bien del hombre, y mala si se oponía a ello”. Para Kant “el mal era un objeto de rechazo, y para juzgarlo era necesaria la razón y los sentidos”. Reaccionó ante el nuevo mundo que lo asediaba y dijo “ósea que estamos lleno de buenos y malos”.
En el abordaje de los estudios de derecho surgió la política, con tantas aristas como practicas infundadas y razonadas tiene. Afloró su rebeldía, venció la ignorancia y preguntó ¿Cuál autoridad si a diario se niegan los derechos?; ¿Qué nos pasa, el anterior gobierno estuvo ausente y a este no lo dejan gobernar?; ¿Por qué Gaitán dijo que la ley es para los de ruana?; ¿de qué libertad se habla sino tenemos derecho a expresarnos?
Perfilando su potencial universitario salió en búsqueda de las respuestas: Autoridad o ejercicio legítimo del mando, es decir, el poder que se otorga a alguien que tiene las competencias; el poder político como lógica del ejercicio de las funciones por parte de las personas que ocupan un cargo representativo dentro del gobierno. Sócrates consideraba que la ley debía ser obedecida casi de forma absoluta, siempre y cuando respetara el sistema legal de la ciudad.
El dialogo socrático motivó al principiante a quien le había cambiado la vida y observaba los libros de la biblioteca, al exclamar ¡será que me toca leer muchos libros si quiero ser un buen abogado!; su tiempo merodeaba y recordaba algunos docentes que no leen, es mas no les gusta leer y les dicen a los padres de familia es que sus hijos no leen. Se despidió razonando “que era otro”. Ahora y por siempre su tarea es leer la Constitución Política de Colombia y otros libros que se deriven de ella.
(*) Comunicador Social y Periodista
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