LA NUEVA ERA TRUMP
Los medios impresos, radiales, televisivos e inmersivos se diseñan en ficha técnica; que caracteriza y estructura su dirección, posibilita analizar e inferir su origen, concepción, sostenibilidad económica y la información a quienes está dirigida. Para el caso que nos ocupa, he seleccionado la sección de columnistas del diario “El Espectador” por su naturaleza democrática y su relativo matiz liberal. El ejercicio a disponibilidad de los lectores consistió en hacer lecturas sobre artículos de columnistas referente a las elecciones entre la candidata del Partido Demócrata, Kamala Harris y Donald Trump, del Partido Republicano.
Héctor Abad Faciolince en su columna dominical «Elon Musk y Marcel Duchamp» comenta que la elección de Donald Trump esta semana, cuando el gran millonario en deudas y bancarrota Donald Duck “Pato Donald” fue elegido con 73 millones de votos gringos “No sé quiénes hemos dedicado nuestras vidas a las humanidades ya no entendemos el mundo en qué vivimos se creen los dueños del cielo y de la tierra”; no se logra comprender que el país que se define con la democracia más sólida del mundo, recurra a maroma de circo callejero desolado. Es la lógica del capital imponiéndose por encima del humanismo, donde los números y el rendimiento son el lenguaje que consolida el poder…
Mientras Rodrigo Uprime en su columna «Trumpada demoledora» se centra en un solo punto, como la autocrítica que debería hacer el Partido demócrata en Estados Unidos. “El Partido debe interpelar a quienes tienen convicciones liberales, qué no son neoliberales en otras partes del mundo”. Esta connotación política pellizca en sus adentros a los liberales del mundo, al comulgar y profesar el neoliberalismo que ha incrementado las desigualdades y deteriorado la situación de los trabajadores, por no haber defendido la democracia e implantado el liberalismo igualitario.
El columnista David Brooks en su artículo «Lo qué los votantes de los EE.UU. le están diciendo a las élites», “La política educativa en el país del norte impulsó a estudios universitarios de cuatro años para calificar «trabajos de futuro». Se considero que la geografía no era importante: si el capital y la mano de obra altamente calificada en los estados más sólidos, no importo lo qué ocurriera en otras poblaciones y comunidades olvidadas”; creando una estratificación consciente que invisibilizaba a los de menor formación, al igual que los graduados en secundaria. “El Gobierno de Joe Biden intentó cortejar a la clase trabajadora con subvenciones y estímulos, pero no hay solución económica a lo que es principalmente una crisis de respeto”.
Mauricio Botero Caicedo en su artículo «El wokeismo y la izquierda reciben tremenda bofetada» el término “woke” se refiere a quienes se enfrentan o se mantienen alerta frente al racismo. El columnista señala que la victoria de Trump fue contundente, ganó en el voto popular, en el colegio electoral, en el Senado y en la Cámara de Representantes”. Los votantes sufragaron contra el establecimiento y la clase experta de elites. Los perdedores fueron la farándula y los medios. A la gente le importó un pepino por quien votaba Taylor Swift y Bad Bunny, los medios que estaban con Kamala van a tener que aprender que su labor se debe reflejar en la opinión pública y no pretender forjarla a su antojo; situación que está de moda en los formatos de la mediocracia que repite una y otra vez en tiempo de elecciones en nuestro país. Se equivocaron los wokes con el argumento de “Racismo sistémico en la Fuerzas Armadas” al destinar los recursos de seguridad para otros fines, dejando marginados a los negros y latinos.
Daniel McCarthy es enfático al afirmar en su columna «Trump ganó por estas razones» los críticos consideran que debía mirarse de cerca al espejo; pero el espejo no es lo que uno refleja, dado que Trump se observa de otra forma, por su condición de misógino, narcisista, autoritario, fascista, que lo hacen impredecible. Según McCarthy “Si Trump y su coalición no logran crear algo mejor que lo que han sustituido, sufrirán el mismo destino que han infligido las dinastías caídas de Bush, Clinton y Cheney” ¿Será una nueva fuerza creativa que surja en la izquierda estadounidense?
El profesor de ética de Harvard Christopher Robichaud, «Sobre el triunfo de los republicanos» en su reflexión fundante, argumenta: “En pocas palabras, el problema - como algunos de ustedes han publicado con razón - es cultural. Estados Unidos, culturalmente, ha abandonado por completo una política de decencia y respeto y ha abrazado en su lugar una política de resentimiento, venganza, falsa nostalgia e intimidación”.
(*) Comunicador Social y Periodista
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