Ayer sólo palabras respiraban y resurgían. Aquel olvido incierto amaneció el presente de lluvias alegres cantando y diciendo revivir es vivir aquí y ahora donde muere y nace el amor con fogatas y llamas encendidas de besos de miradas penetrantes de ambiente cálido cargado de tormentas de pasión. En ese universo sediento crecía el deseo ansioso entre ellos era aquel mármol donde agónicos esculpían. He imaginado lo ideal por revivir siempre turbados de fuego y ternura hablaban con gestos como lenguaje y enigmas mientras escribían palabras que al leerlas seducían el impenetrable amor de corazones sordos con voces que se mueren por vivir silencioso.
El oxígeno hervía tocaban sus manos frotando sus dedos armonía sinfónica rozaba al danzar la piel con sus atormentados besos de néctar sus bocas se derretían sobre sus cuerpos los labios sonoros recorrían el pentagrama donde se unían goteando saciando su sed brotaba el erótico aroma los ojos se cegaban en diversos colores sus oídos ensordecidos solo escuchaban notas musicales con sabor a piel que se erizaba los dos interpretaban el pentagrama de sus cuerpos solfeando sus almas que volaban entre sus brazos.
La ternura volvió su respiro uniforme confundía los cuerpos untados de calor se sentaron juntos sobre aquel sofá que hablaba con solo mirarlo y guardaba momentos intensos indescifrables marcados con curvas y signos cuando de sus agitados corazones surgía otros olores seductores envueltos de amor buscando claridad oscura donde silencio el haz de luz que caían las vestimentas al suelo de sueños perfumados por la magia de la desnudez que iluminó de delirios al vibrar seres abrigados que escribían líneas en blanco en un lenguaje de Eros que los ojos aprendieron a leer al observar la imagen como sombra que matiza sus venas de canales orgásmicos.
Dónde se asomaba el cómplice deseo el reloj se detuvo nacía la pasión se sentían olas de sus mares adentros que suspiraban palabras que traducían signos en Eros volvieron a mirarse eran dos en uno tomados de sus almas sus brazos nadaban por aquel inmenso cristalino mar de arenas de almohadas perfumadas de sol y de luna con vivientes espejos reflejados en altar ceremonial de caricias confundidas con intensidad donde la mañana se volvió tarde y la noche mañana.
Leían sus horas latentes contemplaron lunares ocultos al revivir el tiempo la sangre hervía tiernos besos mojados que prendían vidas hambrientos soñadores nadaban de erotismo y libidos cuerpos y almas aquellos deseos inmensos vuelven y renacen el huracán silenciado volvió a vivir del sueño despierto de seres inmersos en un mundo infinito de viaje celestial.
Ese universo de muros de ciudad aldea en su ápice espacial prendió el fuego de flores embriagadas el canto de las aves transeúntes dormidos y despiertos todo se inmovilizó y movilizó en medio de aquel secreto sagrado naciente vivido a la distanció pacientes los dos esperaban en el aposento con solemnidad e himnos y cantos de diosas poemas de reyes festejaban estrofas sobre su piel hasta formar poesías donde jugaban al Eros embriagados de historias con gravedad que imantó y provocó al ebullir deseos mientras la armonía bailaba sus cuerpos ardiendo sin cesar en sábanas húmedas sus besos corrían en moldeadas piernas llenas de pasión de triangulares vértices de pubis fraganti como rosas en medio de piernas hasta conseguir la paz.
Al poco tiempo los ojos se abrieron en miradas sonrientes ayer como ahora recordaron oídos sonoros los labios se secaron las neuronas renacieron los dedos reposaron la amorosa odisea cesó las almas lívidas regresaron del naufragio donde habían despertado todo les hacía reír después de alcanzar estrellas se detuvo el oleaje su desnudez eterna calculada sentida y amada grabada en la mente de aquella mañana tarde después de pasión y gozo nació un nuevo mar pintado de con olas de felicidad quedando prendido los corazones al transitar millas de amor en la infinita tarde cuando se asomaba la noche que oxigenó el idilio turbulento como nuevo existir quedando sellados e impregnando «el placer de escribir» aunados a la palabra que respira robándose el aire para volver a soñar y escribir despierto.
Comunicador Social y Periodista (*)
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