LILIA MESINO, UNA LÍDER INNATA
A sus 88 años se mantiene presta
a la dirigencia popular
Por: Lorayne
Solano Naizzir
(Especial para el Diario La Libertad)
Nos dirigimos al barrio Tayrona, el
camino fue tranquilo pero las expectativas estaban en su punto máximo, cuando
llegamos estaba ella ahí, esperándonos en la puerta, con los ojos llenos de
sabiduría y tranquilidad.
Lilia Mesino del Rio es una mujer de
admirar por todas sus cualidades, la calidad humana la transmite a kilómetros
de distancia y su espíritu altruista ha sido la brújula que ha guiado su vida
hasta el sol de hoy. Desde pequeña el servicio por la comunidad fue su
prioridad, "todas las tardes montaba una bestia que me llevaba a la
hacienda Rancho Grande a darle clases a los niños de la vereda", relata
Lilia con una frescura en sus recuerdos que nos sorprende, parece que toda su
vida hubiese transcurrido ayer.
Llegar solo hasta cuarto elemental no fue
impedimento para que ella impartiera conocimiento a sus semejantes de Arroyo de
Piedra, Atlántico, lugar de origen de esta espléndida mujer, que nos enseña que
todo en esta vida se logra cuando se tiene decisión y entereza.
"En el año 66 fui presidenta de la Junta de Acción Comunal de
Arroyo de Piedra y empezamos las gestiones para tener luz y agua", cuenta con
orgullo ya que en ese entonces el municipio no contaba con luz eléctrica ni
agua potable, pero no fue sino hasta dentro de 3 años cuando ya las obras eran
físicas y palpables, sin ayuda de terceros, solo del comité que conformaba la Junta
y la colaboración de los vecinos arroyeros.
"Fueron
6 kilómetros de excavación para empalmar el acueducto de Arroyo de Piedra a la
entrada de Luruaco, todo por autogestión, después que se tuviera un
inconveniente con la instalación de la primera motobomba", relata Lilia
como dato importante que contextualiza la ardua labor que realizaron para hacer
de su acueducto una realidad.
Paradójicamente luego de tanto gestionar
para tener el acueducto de Arroyo de Piedra, los operarios del mismo le
cortaron el servicio por un breve atraso en el pago. Y en el caso de sus
compañeros de la Junta de Acción Comunal, algunos pretendieron desbancarla de
la presidencia pero les falló la acción.
En el año 75 emigró a Barranquilla a
seguir labrando su destino, crió a sus hijos y los hizo profesionales, "yo toda la vida fui
comerciante, así críe a mis hijos Edinso, Hugo, Davinzo y Marisol Castillo Mesino”.
Es fascinante que la "Niña Lilia" como le dicen
sus allegados, tenga fresca en su memoria cada fecha, cada dato importante, y
que hoy a sus 88 años siga esmerándose por contribuir al mejoramiento de su
sector "aquí
en el barrio también hago parte de la Junta de Acción Comunal, queríamos la
calle canalizada, recogí 130 firmas y ya tenemos la calle como la
queríamos".
Publicado en el Diario La Libertad de la ciudad de Barranquilla el día 21 de julio de 2014
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