SILENCIO DE FUSILES
Por Hugo Castillo Mesino
Recuerdo hoy como ayer que al leer y escribir mis primeras letras sentí la necesidad de que estas resonaran en los oídos de mis conciudadanos y auguré que jugaran en el malabar de esta lectura. Mi motivación procedía de esta máxima: “Nunca se debe dejar de contener la pluma, si no se tiene algo que escribir más valioso que el silencio”, reflexión que detonará sus conciencias y abrirá sus corazones al momento de decidir sobre lo que implica y trasciende el Proceso de Paz y el Plebiscito a realizarse el 2 de octubre del presente año, definido como la posibilidad que se le da a todas y a todos los colombianos de expresar mediante un mecanismo sencillo de participación democrática SÍ estás de acuerdo o no con los Acuerdos pactados en la Mesa de Conversaciones en La Habana-Cuba. Retomo a Abate Dinouart en su obra “El Arte de callar”, cuando afirma que “El silencio es necesario en muchas ocasiones, pero siempre hay que ser sincero; se pueden retener algunos pensamientos, pero no debe disfrazarse ninguno…”.
Es cierto que el conflicto histórico de Colombia arroja consecuencias funestas donde la violencia ha sido utilizada con fines políticos hace más de 200 años; 63 guerras, sumándose a ellas confrontaciones interpaíses, oscuros sucesos como el Bogotazo, las políticas del Frente Nacional, el narcotráfico que permeó la política con el beneplácito de los partidos de gobiernos y otros… Cuando se desconoce a la Nación como el conjunto de personas y a la vez los gobiernos de turnos le niegan su participación soberana en las esferas públicas, concluimos que la marginalidad oficiada por el Estado a millones de colombianos fue el explosivo que contribuyó al conflicto armado en Colombia, referenciado desde 1.958–2.012, dejando según estadísticas: más de 218 mil muertos, 8 millones de víctimas, 25 mil desaparecidos, 27 mil secuestrados, 23 mil asesinatos selectivos, 6,8 millones de personas desplazadas, 1.700 víctimas de violencia sexual, 10 mil víctimas de minas antipersona, 5 mil víctimas de reclutamiento forzado y otras modalidades.
Creemos que la Paz es el camino para Colombia; avalamos y refrendaremos con nuestro voto SÍ al Plebiscito a realizarse el 2 de octubre que consagra los Acuerdos de Paz, que detallamos a manera de síntesis: 1) Reforma Rural Integral, consistente en acabar la pobreza y fundamentalmente la pobreza en el campo, promover la igualdad cerrando la brecha entre el campo y la ciudad, fomentar el desarrollo de la agricultura, crear un banco de tierras con entrega, recuperación y formalización de la tierra para el campesinado, seguridad alimentaria para los sectores vulnerables, zanjar el analfabetismo en el campo, ofrecer educación en todos los niveles, acceso a la mujeres en las disciplinas y modalidades vetadas, erradicar el trabajo infantil, crear subsidios de vivienda, desarrollo de políticas públicas para la vejez, velar por los derechos de la población campesina, y proteger el medio ambiente; 2) Apertura democrática para Construir la PAZ, garantizando que nunca más se hará política con armas, fortalecimiento de las organizaciones y movimientos sociales, enriquecer el debate alrededor de los grandes problemas nacionales, garantías políticas a la oposición, participación en los planes de desarrollo, participación de los partidos, organizaciones y movimientos sociales en los medios de comunicación, frenar los asesinatos de los líderes de organizaciones y de los defensores de derechos humanos, garantizar los derechos de integridad en el ejercicio de la protesta social, garantizar las veedurías ciudadanas y construir la cultura de la PAZ; 3) Solución al problema de las Drogas Ilícitas, partiendo por la erradicación de los cultivos ilícitos y acabar con el negocio de las organizaciones criminales, superar la afectación de los campesinos producto de esos cultivos, ofrecer oportunidades de redención a los eslabones más débiles del narcotráfico, amparar la sustitución de los cultivos ilícitos, garantizar el derecho a la vida y el bienestar a la población rural, mitigar los daños ambientales de los ecosistemas, desterrar las minas antipersona en el campo; 4) Victimas, resaltamos los mecanismos y medidas que integran el sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición, tanto las FARC, el Estado y los empresarios rendirán cuenta de lo ocurrido y se les brindará seguridad jurídica, se contribuirá a la reparación a través de actos públicos de perdón, reconstrucción de territorio, retorno colectivo para los desplazados, desminado humanitario para las víctimas, obras de infraestructura a los territorios afectados por el conflicto armado; 5) Equidad de Género y Paz, orientada a promover el derecho de la mujer con equidad en todos los ámbitos, avanzar en la formulación de políticas públicas y el reconocimiento de los roles de la mujer, autonomía económica de la mujer, participación activa de la mujer en el mundo laboral, acabar con la vulnerabilidad económica de las mujeres durante el postconflicto, y terminar con la violencia sexual como táctica de guerra.
A través del Plebiscito el Pueblo es el principal protagonista y dueño de la PAZ.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 18 DE SEPTIEMBRE 2016
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