DESAMOR
COMPLEJO
Por
Hugo Castillo Mesino
Susana dejo desvencijada mi alma después de aquella
mañana cuando vi nublarse el sol y mis ojos se cerraron aunque la tenía a mi
lado. Volví a repasar sus palabras que
decían el tiempo nos pertenece; reaccione y concluí que el tiempo solo era de
ella, mi existencia era un pretexto para rifarme al azar de sus antojos. Susana
siempre fue de ella de todo menos mía, sé que no puedo apropiarme de su amor
complejo, esa mañana se convirtió en lo que el tiempo se llevó, desde ese
momento su vida era una novela, había cambiado, agotando su ultimo capitulo.
Nunca pensé que el telón se había cerrado
y el desenlace de la obra desconocía a su par en la actuación; todo
estaba calculado. Susana siempre sonreía a la distancia y en la cercanía, ahora
sus labios nublaban para siempre y sus lamentos alejaban los años compartidos
entrelazados de amor y vida con pétalos
inolvidables que pintaban cuerpos y almas. El silencio se apodero del tiempo,
los días transcurrían sin brújula, el encanto de mis palabras y las de ella no
volvieron a escucharse, su corazón dejo de vibrar, mientras que lo comunicable
se apagó con la complicidad del olvido. Susana había empezado a vivir una nueva
etapa, sencillo, no volverme a ver con la convicción de borrar y exterminar
para siempre una década soñada, pintada y vivida de palabras, emociones,
cuentos y poemas que alimentaron su alma y la mía por los cielos y los encantos
de la ciudad. Dentro de mi cerebro aparecían las notas y los recuerdos
estampados en una agenda interminable tentada de cafés, vueltas de mar y rió
que nos da la vida con sabores, olores y colores de sentimientos en el álbum de
facetas que solo los dos podemos reconocer. El tiempo dejo de ser nuestro para
convertirse en el calendario fallido y turbulento de los días. Susana se extinguía
perdiendo el saludo con ataduras en sus
labios aludiendo que la divinidad la había transformado, donde el amén parecía
ser su salvación alejándola de mí como
pronóstico de fatalidad y sosiego. Hace días por miles vivía en Susana y
calculaba todo lo que sucedía, con su silencio comprendí que la turbación
producida me dolía, pero a la vez despertaba, me detenía para seguir pensándola
aun convencido que Susana era otra; sus explicaciones subjetivas y tendenciosas
denotaban que estaban cargadas de todo menos del amor humano que nos hizo
crecer y vivir. Al otro día el silencio eternizo a Susana, fueron muchos los
aciertos y desaciertos que se cruzaron al pensarla, su furia y enojo al hablar
catapultaban su belleza de cofre que había mantenido y se desdibujaba aunque seguía comprendiéndola al alejarse más
y más dejando de ser lo que fue y no fue, para negar lo que éramos que ya no
somos. Ahora Susana es un enigma tal vez para mí, al hablar con ella. Cada
palabra en Susana antes era el anuncio
de un jardín musical donde destilaba
espiritualidad al vernos. Entonces empezó a surgir la negación de escuchar su voz
entrecortada; surgía un efecto profundo que terminaba negándome y condicionando
su miedo, su alegría de un ayer devastador y sosiego que me invita a olvidarla
por su acción tenebrosa, ahora Susana naufraga en el amor y desamor por tratar de arrimar a nuevos puertos que ni
ella misma conoce, borrando cualquier vestigio de sentimientos que abriera
vuelos y encantos perfumados sobre la piel del amor. No sé si temblar o reír al
escuchar su vibrato sonoro que despertaba los bellos y le daban electricidad a un corazón paciente
que la escucha y la siente cuando hierve su sangre y nutre mi alma. Al
transcurrir el tiempo quede un poco sordo al no escucharla y solo sabía de ella
por escritos en medio de confusiones y lamentos cuando los pesares asfixian.
Penetro en mí su leyenda surgida de sus adentros que decía” te quiero, te
quiero mucho” quede confundido pero también viví la alegría y le dije “tqm “por
ser repentina su exclamación, cuando todo se había apagado. Ahora no sé qué
pensar en este revés de amor, pero tendrá
que ser Susana la que me diga en mis oídos o viéndome a los ojos o
acariciando su piel si esa motivación la resucito para expresar un pasado o ser
alguien a quien ella quiere a su manera. Susana sigue despertando con sus miradas, voces y canciones que escuche un
día y vivo siempre, al igual que sus
manos y las mías sobre las suyas cuando guardo y cargo su sonrisa dibujada; Susana de palabras cortas que la
hacen poco expresiva a veces solo se dibujan sus gestos. Susana aunque no sepas
quién soy en esencia, gracias por seguir produciendo motivaciones que afloran y
viven, aunque no me quieras ver tú has sido causa para escribir y confesar lo que
pienso, soy el mismo con verdad celestial, lógica amorosa y razón para amar ,
también para decidir lo ilógico del desamor complejo.
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