LOS JÓVENES FRENTE A LA POLÍTICA
Por Hugo Castillo Mesino
Surgen muchos interrogantes acerca de la poca participación de los jóvenes en la política y no deja de ser una preocupación sentida por ser estos sujetos sociales los que deben visionar y proponer una nueva concepción de vida social y formas de gobernar. Esta reserva moral y política parece que se detuviera a observar qué pasa o estuviera procrastinando cómo dimensionar la forma de hacer política y hacerla más atractiva o tal vez contrarrestando la adultez de la misma o planteando cómo articular lo viejo que funciona con lo nuevo alternativo. Creemos que ante la situación dilemática formulada es válido tertuliar con Teddy Peluffo Jhon, quien actualmente es Representante de la Organización Colombiana de Estudiantes (OCE) Capitulo-Atlántico.
Hugo Castillo Mesino: ¿Cómo formar a los jovenes sin corromperlos en el contexto social donde conviven y se educan?
Teddy Peluffo Jhon: El país vive una crisis de corrupción supremamente fuerte. La corrupción es sistémica, como lo ha señalado el Senador Robledo y, por tanto, este modelo político no puede ofrecerle a los jóvenes la posibilidad de generar un debate solido de lucha de ideas, con diversidad de conceptos que fijen los rumbos del país, contrario al clientelismo con que los sectores de la política tradicional en Colombia logran movilizar a ciertos grupos de jóvenes. Es una tarea de los sectores alternativos y progresistas emprender una cruzada de pedagogía política dirigidas a los jóvenes que confronte la corrupción.
H.C.M.: ¿Existe una relación dialéctica entre juventud y política?
T.P.J.: Claro que sí; es decir, la política en últimas determina la calidad de vida de los jóvenes. Cuando la juventud se organiza y participa activamente en la política y en los procesos de discusión de la conducción del país, puede lograr determinar las políticas públicas del Estado colombiano sobre ella. Si los jóvenes no nos comprometemos y dejamos en manos de esta clase política tradicional el rumbo de nuestras vidas, de nuestros intereses, nos atropellarán. La única forma en que los jóvenes nos beneficiemos de la política es participando en ella, para derrotar a quienes han mal gobernado a Colombia y nos tienen a los jóvenes en condiciones de exclusión: casi la mitad de los jóvenes no ingresan a la educación superior, el desempleo de los jóvenes hombres y mujeres del país es del 20% y hay más de 580.000 jóvenes que ni estudian ni trabajan, o sea, un escenario terrible para esta generación.
H.C.M.: La educación superior pública siempre ha estado marcada por déficit presupuestal; no obstante, el Gobierno Nacional impulsa el programa “Ser pilo paga” como un atractivo a los jóvenes que aspiran a ingresar a la Universidad, ¿qué valoración tiene usted sobre esto?
T.P.J.: “Ser pilo paga” es un paso más en la nefasta política educativa del gobierno que busca no solamente privar del derecho a la educación a los jóvenes colombianos, sino de diluir la Universidad Pública como hoy la conocemos. El programa es una forma de propagar la inequidad educativa; selecciona a un grupo muy pequeño de jóvenes pobres de Colombia y los ubica en universidades privadas con recursos públicos, generando más segregación en la juventud colombiana. Además esos recursos se niegan a la Universidad Pública. Entre 2016 y 2017 se destinaron cerca de 800 mil millones de pesos a las universidades privadas, recursos que podrían haber ido a las públicas, para garantizar que mayor número jóvenes de Colombia accedan a la educación superior oficial con altísima calidad.
H.C.M.: ¿Cómo reinvidicar la investigación y la academia y a la vez hacer una ruptura ante la politiquería enquistada en la Universidad Pública?
T.P.J.: Las universidades deben ser centro de debates, de investigación, de producción, de conocimiento. La crisis presupuestal ha sido el principal obstáculo para el desarrollo y la producción de ciencia, conocimiento, tecnología y demás en las universidades públicas del país. Esa asfixia financiera que impone el gobierno corresponde a una antidemocracia que impide que se den debates de fondo al interior de las universidades públicas. Esto es posible romperlo si generamos en las universidades publicas mayor democracia en la conformación
de sus órganos directivos, fortalecimiento de la autonomía y mayor presupuesto.
H.C.M.: En la Universidad de Atlantico existe una crisis paradigmática alimentada por corrientes políticas internas y externas, ¿cuál es su opinión?
T.P.J: La Universidad del Atlántico es la única universidad pública en Colombia declarada “Ley de quiebras” desde hace más de diez años, la cual no ha funcionado para resolver la situación financiera de la universidad, acrecentando más su crisis. Una de las salidas es la derogación de la Ley 30, que tiene a las universidades absortas tanto en la crisis financiera como en la antidemocracia que hoy se vive.
H.C.M.: ¿Cuál es el llamado que usted les hace a los jóvenes a participar en las gestas electorales que se avecinan?
T.P.J.: Participar en la lucha democrática civilizada permitiendo generar conciencia, caracterizando a los responsables históricos de los desmanes económicos, sociales y políticos que han degradado al país.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 15 DE OCTUBRE DE 2017
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