LA AVENTURA DE ESCRIBIR
Por Hugo Castillo Mesino
Escribir sobre mis propias
ideas y pensar sobre lo pensado es aproximarme a lo complejo de lo complejo y
es el reto propuesto en este artículo, donde el espejo en que nos miramos
resulta ser la imagen transparente de ser diferente a lo que siempre se ha sido
traduciéndose en un cambio constante de lo que verdaderamente se es. Esto fue
percibido al lanzar mi libro “Instrumentos para pensar”, producto del ejercicio
sostenido desde el momento que comprendí que escribir es un acto de locura con
ingredientes de rebeldía y, a la vez, un
acto de soledad donde afloran universos que desprenden estrellas iluminando
letras, palabras, ideas, frases y argumentaciones temáticas convertidas en
insumos para inferir, subvertir, contraponer, confrontar, unificar, negar y unificar
los “Instrumentos para Pensar”, que es de ustedes y entrego a consideración del
mar de lectores que me siguen y que contribuirían a estimular mis próximas
producciones.
El calendario anunciaba el
lanzamiento de mi libro “Instrumentos para pensar” el sábado 27 de Enero,
cuando la ciudad se oscureció y silenció con detonantes que amargaron su
tranquilidad; no obstante, se vivió un ambiente solemne lleno de humanos,
hombres y mujeres sentipensantes que han tributado por la vida a la cultura
como máxima expresión fehaciente de la historia y de la sociedad que cada día
crece, se desarrolla y mantiene viva la necesidad espiritual y material de comprometernos a leer y escribir
racionalmente lo que somos, lo que otros son y pueden ser. Quienes acudieron a
la cita cultural demostraron su superioridad a las circunstancias; situación que
enarboló la obra convirtiéndose en un tributo a la produccion y estímulo a
seguir posibilitando reflexiones filosóficas, políticas, literarias,
teológicas, pedagógicas, administrativas y de otras disciplinas del saber.
Al escribir en el libro “Instrumentos
para Pensar” contenidos fundantes de producción académica, intelectual, de
naturaleza multidisciplinar, producto de la formación obtenida a través de la
Vida, la Escuela, la Universidad y de muchos espacios donde mi convicción
socrática de bibliófilo sediento del “solo sé que nada se” ampliaron el deseo y
el amor por la lectura y el escribir como un manjar servido en miles de hojas
blancas hoy convertidas en escritos que le dieron vida y contribuyeron a
estructurar el libro “Instrumentos para Pensar”. Elaborar este libro es
escribir sobre sí mismo y también ser autobiográfico, a la vez que es la
historia de muchos personajes que hacen parte del acervo cultural de la
humanidad; de ahí que ser original es complejo ya que somos la historia de
otros que han hecho historia y que aspiramos a seguir evocando sus pasos.
La tarde del sábado se
abrió con un menú cultural acompañando mi disertación, creando el espacio donde
se argumentó la relación del autor con el lector que nació ese día y seguirá desarrollándose
con mis lectores potenciales en este ejercicio, apoyándome en Sócrates, como mi filósofo de cabecera,
para ver el dilema dialéctico del autor y el lector, al sostener que: “una vez
que algo se escribe, la composición, sea
esta la que fuere, empieza a moverse por todas partes, cayendo en las manos no
solo de aquellos que la comprenden sino de igual manera en la de aquellos que
nada tienen que ver con ella; el escritor no sabe cómo dirigirse a la gente
adecuada y no dirigirse a la equivocada”. Entonces, cabe preguntarnos: ¿para qué
se lee?; lo que leemos está relacionado con nuestro entorno, todo lo que
tenemos es nuestra memoria y nuestra imaginación no es más que nuestro pasado,
presente y futuro. Por eso es importante leer.
Algunos están de acuerdo
con las ideas y propuestas que hago en mis artículos y ensayos, a veces suelen
descalificar mis conjeturas mentales, otros me aplauden y hacen comentarios
trascendentales; me parece relevante criticar y de no ser así estaría muerto
intelectualmente: es inherente a mi irreverencia. En medio de la llovizna
silenciosa, los autores escribimos por muchas razones: 1) El autor escribe y
publica una obra, ensayo, artículo y cuando le pone el último punto esta
producción no le corresponde; 2) El autor lo hace por un acto de soledad, tal
como lo expresó García Márquez; entonces, manifiesto que la compañía del autor
es un universo de ideas y está sujeto a formulación de críticas reflexiones y
aportes; 3) Escribir es un acto de rebeldía porque se valora la acción y no la
inacción y porque conduce a la reflexión; valiosa es la lectura que nos permite
conocer quiénes somos y quiénes no son; para ello requerimos tener una alta
dosis de tolerancia; 4) Escribir es suponer que tienes identificado a tus
lectores y esa imagen la llevas dentro de ti cuando estas produciendo; 5)
Escribir es atenerse a hacer presupuesto fáctico e interpretativo; 6) Escribir es un acto de
liberación. Cada día siento el placer de escribir, le hago el amor orgásmico a
las palabras para terminar gestando pensamientos, opiniones y conceptos.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 04 DE FEBRERO DE 2018
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