APRENDER A PREGUNTAR PARA APRENDER
Por Hugo Castillo Mesino
Dos
siglos han sido insuficientes en nuestro país para lograr visualizar destellos
de Paz que nos posibiliten, hoy, más que nunca, tener un antídoto y
revitalizador para proyectarnos al mundo como seres humanos y como Nación, que
nos vean con otra mirada y, al final, seamos nuevo referente histórico de
verdaderos ciudadanos enmarcados en la sana convivencia y en el ejercicio de
nuestros derechos y talentos, aprovechando grandes recursos regionales
utilizados racionalmente, contribuyendo al desarrollo endógeno y exógeno de
nuestra economía, permitiéndonos alcanzar altos niveles de bienestar social.
Retomar a William Ospina en su obra titulada “Pa’ que se acabe la vaina”,
cuando nos dice: “la vieja Colombia murió el 9 de abril de 1948: la nueva no ha
nacido todavía”; es algo para pensar y despensar.
En ese
trasegar histórico son muchos los torturados, desaparecidos, inmolados; cuyas
estadísticas solo sirven para analizar los regímenes dictatoriales untados de
fascismo, cuyo proposito es aniquilar los buenos propósitos, ideas, propuestas,
proyectos y programas que a estas víctimas no les permitieron materializar
desde los espacios de gobierno y desde la posibilidad de ser gobierno, dado que
la respuesta por parte de los verdaderos dueños del país y de sus esbirros fue
la muerte como acto ofensivo para no pensar, sentir y hacer. Estamos a menos de
dos meses de las elecciones
presidenciales, a la vista están los candidatos opcionados para que la
ciudadanía decida por quiénes votar. Pero esta decisión es manipulada por los
grandes medios de comunicación, de propiedad de los oligopolios, que vuelven a
inflar las encuestas como medidores de “conciencia social”, cuando en el fondo
no es más que degradar a quienes no hacen parte de sus grandes empresas,
inversiones y capitales, señalándolos en extremo de ser proclives y defensores
del “castrochavismo”, sólo con el propósito de confundir y obtener ventaja por
la problemática que atraviesa el país hermano y asimilarnos a este tipo de
situación. Solemne mentira de los mismos con las mismas, a quienes les cae el
peso y la responsabilidad de todos los males que aquejan al país.
La clase
política tradicional y los partidos que de ella se derivan no han hecho otra
cosa que desconocer nuestros talentos, degradar los recursos renovables y no
renovables, manejar su poder arracional, alejarse de la gente, utilizarla y
manipularla en los periodos electorales comprándole y arrebatándole su
dignidad. Esta ceguera y perversidad de quienes pretenden ser reelegidos
después de 16 años y que ahora se presentan en cuerpos ajenos y títeres con
candidatos presidenciales maquillados y revestidos de poder, se les olvidó que
son ellos los que han contribuido a la delincuencia en el país, a la
permanencia de los grupos al margen de la ley, entre ellos el narcotráfico y la
guerrilla; pero que, además, son causantes de la angustia de quienes no comen
por carecer de las condiciones mínimas para su supervivencia. Esta misma
“dirigencia” desde hace tiempo perdió el control de la realidad que viven los
colombianos, dado que su realidad es el control de sus grandes fortunas
obtenidas a costa de la corrupción sistémica en las esferas de gobierno, hoy
depositada en los grandes paraísos fiscales sin que las autoridades sancionen a
los responsables.
Cabe
preguntarnos: ¿Es tarde ya para construir una patria?, ¿Es posible que
candidatos presidenciales antecedidos por mandatos de corrupción sean
elegidos?, ¿Acaso es un mérito estar involucrado en el escándalo de Odebrecht y
ser candidato?, ¿Qué opinión merecen los candidatos que son secundados en sus
programas de gobierno por su jefe político?, ¿Los colombianos están en
condiciones de votar por quienes recrudecen la guerra?, ¿Hasta cuándo Colombia
sigue reproduciendo el “Frente Nacional”?, ¿El 27 de mayo la Registraduría
Nacional, el Consejo Nacional Electoral y el Gobierno van a permitir que
funcionen empresas de votos en Barranquilla y en el resto del país?, ¿En los
debates televisivos los moderadores harán preguntas sesgadas a los candidatos
alternativos y progresistas?, ¿Las empresas encuestadoras seguirán mintiéndole
al país cuando históricamente han tenido pocos aciertos?, ¿La clase política
tradicional hará las millonarias inversiones en la compra y venta de votos en
las presidenciales?, ¿La ciudadanía despertará contundentemente castigando a
los candidatos bañados de corrupción?, ¿Los organismos o movimientos de
observación electoral serán contundentes al denunciar los fraudes en las presidenciales?,
¿La Registraduría Nacional desarrollará campañas pedagógicas televisivas y
garantizara la transparencia en las elecciones?, ¿Se regularizará el transporte
público el día de las elecciones?, ¿Colombia reflejará altas estadísticas el
día de elección y después de quienes cayeron en delitos contra el sufragio
electoral?, ¿Bajarán los precios en las “bolsas de valores del voto” o se
aumentarán los precios del mismo?, ¿Los apostadores de la guerra en las
presidenciales seguirán reproduciendo el libreto del plebiscito?, ¿Surgirán
nuevos tarjetones como los falsos positivos en la consulta interpartidista?,
¿Aumentarán los títeres en los debates de proselitismo electoral?, ¿Se puede,
ser coherente y transparente en la campaña presidencial?
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 08 DE ABRIL DE 2018
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