Por Hugo Castillo Mesino
Seducir al lector y hacer que sus cinco
sentidos estén en función de la cultura es como navegar a través de las
corrientes del río que nos llevan de un lugar a otro en un universo con mundos
diferentes y en medio de ellos, encontrarnos con Alexandra Vives Guerra,
directora de la Feria Internacional del Libro de Barranquilla LIBRAQ en un
ejercicio de marketing cultural a los lectores volcados en busca de sus obras
preferidas y de sus autores referenciados. La Feria del Libro, en palabras de
ella, es una iniciativa de la Alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico
que unieron esfuerzos con Corferias y la Cámara Colombiana del Libro como
organizadores del evento. Esta feria se desarrolla en el marco del mes de
septiembre del 19 al 23 en el Gran Malecón del Río y el Centro de Eventos del Caribe,
con carácter abierto, convocando a la ciudadanía con el objetivo principal de
promover la cultura y la lectura en la ciudad y el departamento.
Este proyecto, que más adelante enmarca a la
Feria del Libro, nace a partir del año 2017 con la realización de unos pilotos
a través de la campaña “Todos al parque”, con el auspicio de la Secretaria
Distrital de Cultura, con microferias donde participaban autores, promotores,
ventas de libros itinerantes. Esta experiencia permitió visionar y estudiar el
modelo de feria idóneo para esta ciudad y la escogencia del lugar adecuado y
más significativo a nivel cultural. Los niveles de consolidación en la
realización de la Feria se dan a partir de convocatorias a las academias,
universidades, a las editoriales, distribuidoras, librerías, para la
comercialización de los espacios y la conformación de la agenda cultural con
invitados especiales a nivel local, nacional e internacional destacándose entre
otros: Miguel Iriarte, Patricia Iriarte, Paulo Brito, Julio Olaciregui, Ramón
Bacca, Efraín Medina, Mario Mendoza, Piedad Bonet, Gloria Esquivel… en fin, una
nómina acreditada de países también como Argentina, Chile, México, Estados
Unidos, Zimbabwue; la lista es larga, acorde con el registro estadístico
referenciado en 100 expositores o puestos codificados y 60 invitados nacionales
e internacionales.
La asistencia y la participación en la Feria ha
contado con una vigorosidad temática y la afluencia de universitarios,
estudiantes de la media académica y técnica, básica secundaria y primaria de
los sectores privado y oficial, medios de comunicación y público en general,
que han demostrado un gran interés en apoyar esta iniciativa, reconociendo la
necesidad para la ciudad de contar con un gran evento de esta naturaleza. Como
lo señala Alexandra Vives Guerra, la directora: “Donde el libro no es solo un
pretexto para hablar de la cultura en general, sino que el libro, simplemente,
es como el conducto que sintetiza muchos intereses y deseos que tenemos los
barranquilleros de girar también en torno al libro, pero además vivir en un
lugar como en el que lo estamos viviendo”.
El ambiente observado en el devenir de la Feria
donde las neuronas y los ojos no resisten la tentación de autores y temáticas
entrelazadas desde la literatura, la historia, la política, las ciencias, la
filosofía, el arte y la cultura en general que enmarca otras disciplinas, son
los insumos de los lectores que aspiran a seguir retomando procesos de
oxigenación y liberación cultural y espiritual que permitan fortalecer sus
habilidades mentales dando la posibilidad de informarse, conocer y colocando el
ejercicio del saber en correspondencia con el encargo social. Tal afirmación es
producto de mi condición de visitante y docente a esta Feria en el afán de
observar y obtener por parte de los lectores mi libro “Instrumentos para
pensar”, el cual hace parte de la exposición en el stand de la Cooperativa
editorial Magisterio.
La Feria nos deja olores, colores, sabores y
una gama de libros y de autores que al verlos reposar, algunos nos despiertan
nuestras noches de búhos y los amaneceres de alondras, acompañados de los
sonidos del silencio de las tramas y de las discusiones internas sobre el
mundo, la sociedad, la naturaleza, al igual que la curiosidad y el asombro de
temáticas postmodernas que nos invitan a transitar en nuevos rumbos y
contenidos diferentes los cuales están al orden del día en lo local, nacional e
internacional.
En este día domingo termina la mágica aventura
lectora de la Feria Internacional del Libro Barranquilla, la cual deja huellas
y se convierte en un antídoto cultural que alimenta la necesidad de educarnos y
leer como un hábito de conciencia; pero, a la vez, aspirar a que la Feria quede
institucionalizada anualmente como una política de gobierno distrital aquí,
ahora y por siempre. Una Feria que, como
insiste su directora: “En ella confluyan muchas cosas como el deseo de
compartir los espacios nuevos de la ciudad, el deseo de compartir con otros, el
deseo de escuchar otras voces y todo eso lo provee la Feria”.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 23 DE SEPTIEMBRE DE 2018
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