Por Hugo Castillo Mesino
Los candidatos a las corporaciones públicas están justo y a tiempo para repensar y tener una lectura o postura sobre sus aspiraciones a los cargos uninominales y a las corporaciones públicas que le permitan expresar sus liderazgos y demostrar sus capacidades cognitivas y sensitivas donde destaquen el grado de madurez política; planteando propuestas que den respuestas a problemáticas y presenten soluciones que aquejan a los ciudadanos de los departamentos, distritos, municipios y localidades para reducir las brechas sociales y económicas. Hay que hacer competitivo a los entes territoriales; proviéndoles de bienes y servicios confiables, transparentes, mejorando los índices de la calidad de vida de sus habitantes y construyendo paz entre la ciudadanía y la administración.
Es hora de dar a conocer los candidatos como dice el adagio “patos al agua” independientemente que las aguas del mar con sus turbulentas olas los lleven a rumbo desconocido o les toque navegar rio abajo o sean atropellados por el fenómeno del niño. Es imperativo de los candidatos dar a conocer sus propuestas y compartirlas con la ciudadanía en un ambiente reciproco; mas no imponerla. Se trata que la ciudadanía conozca los perfiles y la practica social de quienes en sus aspiraciones dicen representarlos. Cierto que el universo electoral tiene de todo un poco; esta urdimbre permite tipificar a los candidatos acorde con sus posiciones o perfiles en: filántropos; misántropos; comprometidos; camaleónicos; clientelares, narcisistas, populistas, eclécticos; machacones, etc.; de todo “hay en la viña del Señor” Perversamente los politiqueros denominan “democráticos” a los candidatos que practican el maniqueísmo; se equivocan cuando el trabajo político debe estar orientado a la construcción de centros de poderes conocidos como poliarquía y a la presentación de propuestas empoderadas que permitan interactuar a los candidatos y electores, creando alternativas ante la crisis paradigmática.
Es elemental preguntar ¿cuáles son los principales problemas que tienen los atlanticenses y los barranquilleros en estos momentos y determinar si son de orden público, seguridad, referentes al poder adquisitivo, a la economía o corrupción, etc.?; inferimos que le corresponde a quienes dicen poseer capacidades para ser candidatos a cargos uninominales y a corporaciones públicas adentrarse en políticas públicas visionando el emprendimiento empresarial y el desarrollo empresarial; incrementando el empleo formal con niveles salariales que equilibren el costo de vida para contribuir con un mejor bienestar social a la ciudadanía.
Otras de las preocupaciones radican en la niñez donde por lo general se reconoce el fenómeno como tal pero no hay un estudio factico y menos una propuesta coherente y fundamentada que le llegue a los sectores vulnerables cuando su estado nutricional es pésimo por la carencia de los gobernantes y de los que hacen el control político y están comprometidos en garantizar que los planes de desarrollo sean una respuesta a estas demandas y necesidades. Por sentido común se debe abordar la asistencia integral de la tercera edad garantizando condiciones óptimas a la vejez como una etapa natural. Ahi la necesidad de llegar a toda esa reserva humana histórica patrimonial a quienes han hecho todo por nosotros y no es justo que ¡nos mantengamos en la indiferencia!
Los candidatos en el marco de sus aspiraciones por lo general no producen asombro sino por el contario muchos padecen de: “analfabetismo emocional. Los candidatos se inscriben convencidos que su participación es un deporte nacional que le puede generar dividendos debido a las ofertas que hacen los mercaderes de la política. Mientras que el Modelo de atención de salud es baja; la calidad de vida es estandarizada; pésima cobertura e infraestructura y tecnología deficiente lo cual no posibilita equidad e igualdad.
La preocupación de los candidatos debe estar orientada a la educación integral de la primera infancia hasta la educación superior. La tarea es contribuir con los gobiernos a través de propuestas que permitan el desarrollo de la infraestructura; optar por la competividad y conectividad y crear las zonas productivas; comprometer a los candidatos y a los gobiernos en el desarrollo de las actividades económicas e industriales; garantizar o coadyubar la calidad y eficiencia en la prestación de servicios públicos domiciliarios asequibles; posibilitar el cubrimiento de los servicios públicos; viabilizar la movilidad eficiente e incluyente; atender a los sectores vulnerables y participar en la defensa de los derechos fundamentales de los grupos sociales al igual que a las poblaciones víctimas del conflicto; colocar en primer plano la lucha contra la pobreza; resaltar los principios éticos y morales para la credibilidad y confianza de la población; garantizar el estándar de vida, es decir, lo que se puede comprar y hacer; propender por la recreación y el deporte para niños, jóvenes y la ciudadanía; coadyubar por los hermanos venezolanos que atraviesan una situación difícil. Planteando la solución sobre la base de un dialogo consensuado y defender el principio de “la libre autodeterminación de los pueblos”; “patos al agua”. En la política como en el amor el que deja un espacio lo llena otro. Repensemos a Barranquilla.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 24 DE FEBRERO DE 2019
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