Por Hugo Castillo Mesino
Abril en el calendario premió a
Roberto Esper Rebaje al cumplirse su natalicio el día 5 de abril y el 7 del
mismo mes publicó el periódico “La libertad”, que celebra su cuarenta
aniversario. Estos días marcan una coincidencia feliz al enarbolar a Roberto
Esper Rebaje, un ciudadano liberal y popular, un hombre de principios, un
barranquillero que amaba a su ciudad integralmente, que quería la pujanza de la
ciudad y de sus habitantes, amaba al pueblo de Barranquilla y era querido por
ese mismo pueblo que lo llamaba cariñosamente Robertico.
Su proyecto de vida empezó por
las comunicaciones con “Radio Libertad” en el año 1.953. El diario “La Libertad
y las emisoras de la cadena radial “La libertad” se volvieron una verdadera
escuela del periodismo y de las comunicaciones. Roberto Esper era un padre
consejero para los periodistas que laboraban en sus emisoras y en los
periódicos. Estuvo apegado a la palabra libertad y lo expresaba con razones
trascendentales dignas de mencionar; liberal, creía en la libertad como un
principio fundamental de los seres humanos, el periódico siempre fue el bastión
de todas las corrientes políticas, económicas, religiosas e incluso sexuales. La
libertad y él periódico “La Libertad” son nombres que siguen conforme con el
ideario de quien fue su propietario y continuarán por ese mismo camino para que
Roberto Esper, desde su lecho sagrado, siga soñando por la Libertad de
Barranquilla.
La vida de Roberto Esper transitó
por enseñanzas, posiciones y anécdotas que educan la condición humana
periodística y que son fundante en el ejercicio de la comunicación social, diferenciándose
de otros medios que están al servicio de los empresarios y coartan la libertad
de expresión. Al periódico “La Libertad” solía llegar gente a quejarse sobre
algunos artículos que se publicaban y de contenido fuerte; ante esa situación
Roberto Esper dialogaba con ellos, pero cuando la gente se iba les decía a los
periodistas, “mientras tengamos la verdad y las pruebas documentales ‘denle
chuzo’”. Es una lección fehaciente para quienes hacen parte de la comunicación
social y están al servicio de ella, siempre en correspondencia con el eslogan
del periódico la Libertad: “La fuerza de la verdad”, enmarcada con el
reconocimiento que le hizo el expresidente Julio Cesar Turbay Ayala, “La
libertad, tribuna sin limitaciones ni reticencias al pensamiento de los
colombianos, en donde no existirán retenes ni aduanillas para las ideas”.
Roberto Esper era autodidacta;
fue un lector destacado, comentan que leía hasta los avisos clasificados porque
él decía que había que leerlo todo por si acaso le iban a rematar sus bienes y
lo otro eran sus lecturas sobre escritores con temáticas de comunicación
social, de sociedad, que lo mantenían en contexto. Además era conocedor de
todos los dispositivos de las emisoras, del periódico y con un simple lápiz y
un papelito dibujaba la situación de cualquier emisora con respecto a una
determinada pieza, señalando el número y la referencia de la pieza que estaba
haciendo falta en este momento, anotando que ella produce tal cosa y tal
dispositivo, luego se iba para las bodegas y encontraba la respuesta ante el
daño de los dispositivos de las emisoras o del periódico; mantenía un supuesto
desorden y un orden que solo él lo comprendía, definiéndolo como emprendedor,
disciplinado y acucioso en los menesteres de las comunicaciones.
Es importante señalar a los comunicadores destacados que
pasaron por “La Libertad” y que son dignos de mencionar como Gloria Arguelle,
quien dirige una revista en Alemania; Raúl Mestre Jurado, especialista en
asuntos judiciales; Benedetti, a quien le decían “bucuruco” y trabaja en los
Estados Unidos; y a muchas personas que
pasaron por allí e hicieron escuela en el periódico y en otros espacios de la Región
Caribe, a nivel nacional, que hoy en día reconocen el haber trabajado
cercanamente con Roberto Esper, quien les dio confianza. Roberto Esper fue una
persona que no tenía preferencia religiosa, política, de sexo; para él todos
los seres humanos merecían ser escuchados y ser atendidos. Por eso en su
periódico escribía y escribe gente de derecha, de izquierda, de centro,
liberales, conservadores, socialistas, comunistas, de la tercera vía; en fin,
en eso siempre fue muy claro. Lo importante es que la gente tenga libertad de
expresión la cual es sagrada; mientras que los poderosos y los reaccionarios la
pisotean.
Quienes trabajaron con Roberto
Esper apreciaron mucho su sabiduría en las tertulias; dado que tenía una manera
especial de educar a los demás, no era regañón. Un humano que se condolía de la
gente, muchos al obtener la pensión seguían trabajando en su empresa por su
grandeza espiritual. No obstante, a su avanzada edad seguía pensando en la
reactivación del periódico “El Espacio”. Roberto Esper vivía lleno de optimismo;
era el tiempo para pensar, planificar, independiente de las circunstancias.
Repensemos a Barranquilla.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 7 DE ABRIL DE 2019
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