Por Hugo Castillo Mesino
La gestión pública de los gobernantes requiere
ser evaluada por la ciudadanía como mecanismo de participación, al igual que de
los candidatos aspirantes a las corporaciones públicas y a cargos uninominales
como las alcaldías y gobernaciones. El 27 de octubre se realizarán los comicios
electorales a lo largo y ancho del país; en ese marco está la capital del
Atlántico, Barranquilla, y quienes aspiran a gobernarla. Son cuatro los
candidatos que se la disputan en el tinglado político electoral orientados por
sus respectivos partidos y movimientos: Antonio Bohórquez Collazos, apoyado por
la Coalición "Somos Alternativos", conformada por el Polo Democrático
Alternativo, Colombia Humana-UP, MAIS, Compromiso Ciudadano y Liberales Libres;
Jaime Pumarejo Heinz, candidato oficial de la administración del Clan de la
familia Char y respaldado por el Partido Liberal, Partido Conservador, Cambio
Radical, La U y el Centro Democrático; Rafael Sánchez Anillo, en un vuelve y
juega, por la Alianza Social Independiente y Diógenes Rosero Durango, por el
Partido Verde, que últimamente confirmó su aspiración en una especie de
dilación y coyuntura electoral.
Es cierto que las redes sociales o corporativas
juegan un papel trascendental en todos y cada uno de los sectores y espacios de
la sociedad. Por ello, ante el escenario político nacional con motivo de las
elecciones próximas circulan informaciones, imágenes, pautas publicitarias y
una infinidad de memes y acertijos sobre los candidatos en los diferentes entes
territoriales; pero, no es cierto que a través de las redes, en los actuales
momentos, se haya dado el primer debate de los candidatos a la Alcaldía Distrital
de Barranquilla; situación que es de honda preocupación debido a que la
ciudadanía no alcanza a percibir cuáles son las propuestas acordes con los ejes
programáticos que están en juego para el desarrollo de la ciudad y el bienestar
social de sus habitantes y que estas propuestas, a su vez, estén sustentadas
con niveles de profundidad referenciados en indicadores y estadísticas con
viabilidad financiera. Denotando que la preocupación ciudadana es exigente ante
sus futuros gobernantes en concordancia con los principios constitucionales que
legitiman la participación ciudadana en la definición de sus propios estándares
de vida.
Es necesario que en la lectura de la ciudad que
hacen los candidatos a la Alcaldía Distrital expongan ante la ciudadanía cuál
es la visión que proponen proyectar de la ciudad, si la de Barranquilla
solamente como metropolis o expandida como ciudad-región. La definición es de
vital importancia porque de ello se derivan los objetivos, las metas y los
proyectos a desarrollar en cada uno de sus Programas de Gobierno. Por ejemplo,
dado que, en la ciudad, en el marco de la crítica social, se afirma que hay algunas
obras de infraestructura que, aparte de mitigar soluciones sociales, más bien
están dirigidas a proteger y a consolidar patrimonios empresariales encauzados
en la actual administración; cabe preguntar ¿la competitividad para el
desarrollo es la sedimentación crónica del canal navegable de acceso al puerto?
Para algunos el problema debe resolverse para beneficio exclusivo de los
portuarios y para otros se trata de la competitividad de la ciudad para su
desarrollo, donde la conectividad y la subsidiaridad la proyecten al Caribe y
al mundo.
Ahora, es de destacar que, en la actualidad,
casi todos los programas de gobierno expuestos por los candidatos, como si
fuera un snob, portan como estandarte la reivindicación de lo “humano”. En un
debate serio por Barranquilla cada candidato debería explicitar ante la
ciudadanía cómo internaliza este concepto de “humano” y cómo se apropia y se
manifiesta en cada una de sus propuestas programáticas: ¿qué es lo humano al
gobernar, informar directrices o empoderar a la ciudadanía?, ¿qué es lo humano
en la cultura ciudadana?, ¿qué es lo humano en la seguridad ciudadana,
incrementar el pie de fuerza policial o generar oportunidades de inclusión
social?, ¿qué es lo humano en la prestación del servicio de salud,
instrumentalizarlo o legitimarlo como un derecho?, ¿qué es lo humano en
educación, la cobertura solamente o la calidad integral acorde con el encargo
social?, ¿qué es lo humano en una política económica laboral, la precariedad o
la generación de empleo digno y sostenible?, ¿qué es lo humano en el ejercicio
del control público, organismos responsables al servicio del mandatario o de la
ciudadanía?
Convencidos de que en esta ciudad todavía se
respiran aires democráticos y no vientos huracanados desestabilizadores por
algunos sectores políticos que odian y malgastan sus sentimientos de rechazo a
los debates, como medios que generan participación, opinión y decisión de la
ciudadanía para ultimar con detalle cuál es el candidato a elegir para regentar
la Alcaldía Distrital; es esta la razón y mil más para colocar al orden del día
que el Debate por Barranquilla que concluya definiendo el perfil, la visión y
el programa de cada candidato, se materialice aquí y ahora de cara a la
ciudadanía por todos los medios comunicacionales disponibles. Repensemos a
Barranquilla.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 25 DE AGOSTO DE 2019
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