Por Hugo Castillo Mesino
En la obra de Eduardo Galeano denominada “Los
hijos de los días” surgen coincidencias en tres grandes hombres para la
historia: un 8 de octubre Ernesto Guevara, el “Che”, cae prisionero y es asesinado
al día siguiente; Emiliano Zapata, acribillado y Augusto Cesar Sandino,
asesinado. Para Latinoamérica es una fecha conmemorativa y de talante histórico.
Mientras que para Colombia es indigno que ese mismo día la Corte Suprema de Justicia
citara al expresidente Álvaro Uribe Vélez a indagatoria por presunta
manipulación de testigos, sobornos y fraude procesal. Como en el “Patas arriba:
la escuela del mundo al revés”, del mismo autor, donde “el plomo aprende a
flotar y el corcho, a hundirse. Las víboras aprenden a volar y las nubes
aprenden a arrastrarse por los caminos”; para nuestro país es una tragicomedia vergonzosa
convertida en desgracia. Se afirma que el expediente de Álvaro Uribe Vélez es
una biblioteca jurídica por contener 8 cuadernos principales y 6 cuadernos
reservados, además de 137 discos compactos con interceptaciones y demás
evidencias técnicas.
Es de conocimiento en la opinión pública,
también en la privada, que el expresidente denuncio al senador Iván Cepeda
Castro ante la Corte Suprema de Justicia por presentar falsos testigos en su
contra y este accionar se le revirtió como en el refrán “Fue por lana y volvió
trasquilado”. Álvaro Uribe Vélez aspiraba a obtener un gran beneficio de la
situación en comento; sin embargo, obtiene una pérdida, una desilusión o un
desengaño, o todo a la vez, que lo tienen en el banquillo de los acusados. ¿Qué
pasaría si el 8 de octubre se produce el posible fallo de los Magistrados de la
Corte Suprema que determine la privación de libertad de Álvaro Uribe? Se podría
convertir en una jugada de ping pong de la oligarquía clásica para quitarse de
encima, de una vez por todas, a tan incomodo huésped, que en el fondo nunca
llego a ser, ni será, parte estructural de ella, tan solo un invitado
coyuntural en la gesta de gobierno.
Juan Pablo García en su artículo de “Las dos
orillas” dice: “al parecer en Colombia numerosos sectores anclados a grandes
intereses del poder político y económico no están interesados en que se realice
una transición hacia la paz. Numerosos hechos confirman que de una u otra forma
se le están colocando grandes obstáculos a este proceso, como se deriva de los
acontecimientos más recientes”. Estos sectores con el beneplácito del alto
gobierno, acolitado por el partido de gobierno, propenden por la reactivación
de la lucha armada que no es más que conducirnos a la guerra. Ahora los
politólogos opinan que si privan de la libertad al expresidente se fortalece el
paramilitarismo.
Los medios comunicacionales al parecer algunos
manejan con objetividad el cubrimiento informativo de la situación de orden
político de este llamado a indagatoria de Álvaro Uribe Vélez, mientras que
otros subjetivizan, en su gran mayoría pertenecientes a los grandes grupos
económicos, terminan asumiendo una defensa a priori y a ultranza, verbi gracia
de RCN, Vicky Dávila en La W y Semana, que siempre aparece confesando a Álvaro Uribe
Vélez en una acción de arrepentimiento de “Gran Colombiano”, contrario a la
opinión pública, que tiene definida el comportamiento del exmandatario, de ahí
su pérdida de popularidad en las últimas encuestas. Este 8 de octubre se podría
producir un fenómeno socio político, como concentraciones del Centro
Democrático disfrazando un intento de levantamiento de la derecha con todas sus
fuerzas como rechazo al hipotético caso de privación de la libertad del
expresidente, acompañado por ende de sus bancadas en el Congreso, incitando al
presidente Iván Duque para adoptar medidas de Conmoción Interior. Sumado a
ellos se harán vigilias y ayunos en los sectores cristianos afines al uribismo
por la salvación de su mesías.
En América Latina los golpes de Estado
militares exclusivos han cesado, aunque existan otras modalidades como las
jurídicas y políticas, denominadas golpes blandos. Corresponde preguntar: ¿la
privación de la libertad de Álvaro Uribe Vélez llevaría al sector de militares
contrarios al Proceso de Paz, a un alzamiento como respuesta a quien los ha
defendido y avalado? EL 29 de agosto surgió un eco ciudadano de endilgarle la
responsabilidad de lo que ocurre a Álvaro Uribe, como el causante del
estancamiento y deterioro del proceso de paz, aún está alegre por la acción
disidente de la guerrilla de las FARC. También ese 8 de octubre se sentiría la
algarabía ciudadana, no cesaría si esto ocurriera, o sea la “privación de la
libertad de Álvaro Uribe Vélez”, la naturaleza se levantará y serian miles los
festejos de los sectores opuestos al uribismo: se entonarían los himnos y cánticos
de las madres de Soacha, la de los futuros pensionados, los trabajadores
gritarían emocionados por sus derechos laborales recortados, la población
desplazada se reanimaría y no deje de parar. Repensemos a Barranquilla y a
Colombia.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 1 DE SEPTIEMBRE DE 2019
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